Sierra Crestellina, Casares. |
Leído en Málaga Hoy. Por su interés reproducimos esta noticia.
El último tuvo lugar tuvo en la montería celebrada hace dos fines de semana en una terreno de Benarrabá
Javier Flores
El último tuvo lugar tuvo en la montería celebrada hace dos fines de semana en una terreno de Benarrabá
Javier Flores
La triquinosis, enfermedad que afecta al cerdo y que se considera erradicada de Europa, ha vuelto a dar señales de existencia en algunos cerdos asilvestrados de cotos situados en los términos municipales de Banarrabá, Gaucín y, especialmente, Casares.
No obstante, los últimos casos detectados se produjeron en una montería celebrada el pasado fin de semana en un coto perteneciente al término municipal de Benarrabá. El positivo fue confirmado por el veterinario que actuó en la montería, Alonso Badillo, además de por el propio alcalde de Benarrabá, Silvestre Barroso, que también mostró su preocupación por esta situació, por lo que pidió que se facilite la realización de los pertinentes controles. El principal foco parece estar situado en un coto perteneciente al término de Casares, aunque limítrofe con Benarrabá y Gaucín, lo que hace que los animales recorran también estas áreas.
Precisamente, con este objetivo se mantuvo el pasado lunes una reunión entre representantes de los tres ayuntamientos implicados y responsables de Sanidad y Medio Ambiente, que persiguen hacer todavía "más exhaustivos" los controles que se realizan.
Barroso mostró su preocupación por la presencia de triquina en los cerdos asilvestrados que son frecuentes en la zona, en especial, por las consecuencias que pueda tener para la salud si alguno de estos ejemplares es matado de forma incontrolada y termina siendo consumido por personas, lo que podría ocasionar la muerte. Por ello, insistió en pedir que se faciliten la realización de controles, en especial, para aquellas familias que suelen realizar matanzas, y que con la crisis han introducido la fórmula de mezclar las carnes de los cerdos domésticos con los que han podido matar en el campo fuera de las monterías organizadas de forma oficial.
En cuanto a las propias monterías, desde los consistorio se ha llegado al acuerdo de digestivo, un equipo que garantiza al 100% la presencia o no de la enfermedad, ya que, hasta el momento, los controles se venían realizando con un trininoscopio, un sistema fiable en la mayoría de los casos pero que no alcanza la seguridad total. Además, fuentes próximas a los hechos aseguran que los agentes de Medio Ambiente han recibido instrucciones de extremar al máximo los controles en las monterías autorizadas para que ningún cerdo asilvestrado que sea abatido salga sin haber pasado por el protocolo sanitario de seguridad. Además, veterinarios oficiales también están realizando visitas para verificar que se sigue el adecuado protocolo.
No obstante, las fuentes consultas insisten en recomendar que únicamente se acuda a monterías autorizadas y con los pertinentes controles sanitarios, ya que la mayoría de los cazadores que asisten a las mismas que quieren llevar a casa las piezas cazadas. Mientras tanto, los responsables municipales defienden la realización de estas monterías, que suponen ingresos económicos y la eliminación del problema que supone en la zona el elevado número de cerdos asilvestrado que hay en sus montes, que suelen ocasionar importantes daños en las explotaciones agrícolas.
Precisamente, con este objetivo se mantuvo el pasado lunes una reunión entre representantes de los tres ayuntamientos implicados y responsables de Sanidad y Medio Ambiente, que persiguen hacer todavía "más exhaustivos" los controles que se realizan.
Barroso mostró su preocupación por la presencia de triquina en los cerdos asilvestrados que son frecuentes en la zona, en especial, por las consecuencias que pueda tener para la salud si alguno de estos ejemplares es matado de forma incontrolada y termina siendo consumido por personas, lo que podría ocasionar la muerte. Por ello, insistió en pedir que se faciliten la realización de controles, en especial, para aquellas familias que suelen realizar matanzas, y que con la crisis han introducido la fórmula de mezclar las carnes de los cerdos domésticos con los que han podido matar en el campo fuera de las monterías organizadas de forma oficial.
En cuanto a las propias monterías, desde los consistorio se ha llegado al acuerdo de digestivo, un equipo que garantiza al 100% la presencia o no de la enfermedad, ya que, hasta el momento, los controles se venían realizando con un trininoscopio, un sistema fiable en la mayoría de los casos pero que no alcanza la seguridad total. Además, fuentes próximas a los hechos aseguran que los agentes de Medio Ambiente han recibido instrucciones de extremar al máximo los controles en las monterías autorizadas para que ningún cerdo asilvestrado que sea abatido salga sin haber pasado por el protocolo sanitario de seguridad. Además, veterinarios oficiales también están realizando visitas para verificar que se sigue el adecuado protocolo.
No obstante, las fuentes consultas insisten en recomendar que únicamente se acuda a monterías autorizadas y con los pertinentes controles sanitarios, ya que la mayoría de los cazadores que asisten a las mismas que quieren llevar a casa las piezas cazadas. Mientras tanto, los responsables municipales defienden la realización de estas monterías, que suponen ingresos económicos y la eliminación del problema que supone en la zona el elevado número de cerdos asilvestrado que hay en sus montes, que suelen ocasionar importantes daños en las explotaciones agrícolas.
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