Beffa nos explica porqué la Feria Abajo

Andrés Beffa explica en el libreto de feria de este año, del que podemos obsevar la portada, las razones por las que la feria fue trasladada al pabellón deportivo en 2005.

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Feria Arriba o Feria Abajo

Hace unas semanas, atendiendo la solicitud de reunión, de un grupo de vecinos que preconizaron una recogida de firmas para el cambio de ubicación de la Feria actual a la calle Real, mantuvimos un encuentro en la Casa de la Cultura, donde se me hizo entrega de un número considerable de firmas avalando dicha petición.

Como pudieron comprobar los asistentes a dicho encuentro, expresé, en primer lugar, el respeto por la recogida de firmas efectuada y luego una valoración del momento escogido, a un mes de las elecciones municipales, para proceder a la campaña de firmas, de la misma manera que se había realizado cuatro años antes. Se me dijo, y es público también, que efectivamente se hacía con la idea de presionar y que era el momento adecuado para hacerlo. La prueba de todo es que algunos partidos políticos que se presentaban a las elecciones municipales, llevaban el cambio de ubicación de la Feria a la calle Real. Ninguno de estos partidos se paró a pensar si era posible o no, vieron la posibilidad de arañar votos y lanzaron la promesa sin ton ni son.

También es bueno que se sepa, que los presentes en esa reunión, nos hicieron llegar que detrás de todo estaban también, sin duda, unos intereses legítimos de comercios y bares del pueblo que se sentían perjudicados con la Feria abajo.

Yo creo que los que me conocen, y es una gran mayoría de este pueblo que lleva dándome su confianza desde hace muchos años, saben que siempre intento ser un hombre prudente, responsable, que piensa mucho las cosas y reflexiona antes de tomar las decisiones. Por tanto, la decisión en su día del traslado de la Feria, quiero que sepan que se hizo bien meditada y reflexionada. Lo que creo también, es que nunca hemos sabido explicarla bien. Fue una medida de sentido común que, entiendo, este pueblo va a comprender, sin duda, cuando conozca sus razones:

La primera razón, el derecho al descanso y la tranquilidad de otros muchos vecinos del entorno de la calle Real, que venían quejándose año tras año de las incomodidades y molestias del corte de calles, el ruido, la suciedad, los vómitos, las peleas…y un largo etcétera de problemas que no estaban dispuestos a continuar padeciendo y con toda la razón reivindicaban un traslado de la Feria. Porque estos vecinos también tienen derechos y hay que escucharlos e intentar de darles soluciones.

Han padecido algunos, con enfermos de gravedad en sus casas, ese ruido infernal hasta las cinco de la mañana de los cacharros de feria, de las orquestas, de la gente, de…todo y he tenido, como alcalde, más de una vez, solicitar a más de un feriante que bajara los decibelios de su atracción porque a escasos metros, en la casa de al lado, había una persona en sus últimas horas y no podían sobrellevar el extraordinario ruido. Algunos hasta se marchaban de la calle, como era el caso del querido y recordado Antonio Ojeda. Estas situaciones eran reales con nombres y apellidos y a esto sí que no había derecho.

Entiendo que estas vivencias las desconozcan muchos de los que hoy día firman para que la Feria vuelva a la calle Real, pero son las situaciones desconocidas de ese día a día de feria que sólo unos pocos conocemos y a las que había que dar respuestas sensatas. A mi juicio, por encima de la incomodidad de bajar o subir a un recinto ferial que se sitúa sólo a 100 metros del pueblo, está el derecho al descanso y la tranquilidad de los que no la quieren. Pero esta, con ser la razón determinante, no es la única.

Otra razón fundamental, los requisitos técnicos y de seguridad que nuestra feria necesita en la actualidad, imposibilita totalmente el traslado a la calle Real. Hace muchos años, es bueno recordar, la traca se tiraba en medio de la calle y no pasaba nada.

El suministro eléctrico que conllevaba la feria se hacía de aquella manera, sin proyecto, con los mecanismos puestos con toda la provisionalidad del mundo y las mangueras eléctricas cogidas a la arboleda o tirada por los suelos, y no pasaba nada. Los feriantes venían sin requisitos ni 12 homologaciones en sus atracciones y se instalaban también de aquella manera, y no pasaba nada.

Hoy, convendrán conmigo, que las cosas han cambiado y para bien, sobre todo en lo que respecta a garantizar la seguridad de las personas. Las exigencias se han multiplicado, como tiene que ser, porque por los primeros que tenemos que velar todos, es por nuestros hijos y nietos que son los verdaderos receptores de la feria, de sus actividades y de las atracciones de las que disfrutan.

La Feria, tal como se concibe en la actualidad, tiene que reflejar los intereses de los diversos tipos de usuarios que la disfrutan. Eso es lo que pienso yo y pensamos muchos. Debemos ofrecer una feria para los más pequeños, para los jóvenes, para los adultos y para los mayores y hay que intentar de conjugar los intereses y las ilusiones de todos. Y para eso se inventaron los recintos feriales, lejos de las zonas residenciales y con las infraestructuras necesarias para dar respuestas a las exigencias tanto técnicas como humanas.

Para los más pequeños, las pequeñas atracciones de feria (babys, cama elástica, etc…) y los concursos y actividades que se programan año tras año. Para los jóvenes, su caseta de la juventud, a imagen y semejanza de cómo se montan en las demás ferias de los alrededores y sus atracciones de más riesgo y potencia (coches de choque, pulpo, etc…). Para los adultos, su caseta municipal, sus bailes, sus caballos, su tiro al plato, etc…). Para los mayores, sus fiestas, su merienda, sus concursos. La verdad que son los menos exigentes. Pues bien, todos estos intereses hay que conjugarlos intentando de contentar y dar a cada uno lo suyo para que pueda disfrutar de su feria. Y eso es lo que intentamos hacer año tras año desde la Comisión de Festejos que los organiza. Que es difícil, ya lo sabemos. Que pretendemos hacerlo lo mejor que sabemos y podemos, no les quepa la menor duda.

Pues bien, este planteamiento de Feria que debe de contentar a todas las partes, no tiene posibilidad alguna de que se desarrolle en nuestra calle Real, en primer lugar, por falta de espacio físico para dar cabida a tantas atracciones y casetas, y, en segundo lugar, por el impedimento insoslayable del suministro eléctrico, donde no sólo Endesa se niega a suministrar por falta de infraestructuras municipales en las condiciones que se venía haciendo antes, sino que no hay un solo técnico que se quiera hacer responsable y avalar un proyecto que posibilite la Feria que queremos en la calle Real. Hoy en día, las medidas de seguridad son tan enormes en el apartado del suministro eléctrico, que imposibilitaría económicamente la Feria.

Algunos me han preguntado por qué el Carnaval sí y la Feria no. En el carnaval sólo vienen atracciones infantiles y con pocos requerimientos de suministro eléctrico. Para que se hagan una idea, la Feria que se monta en el recinto ferial necesita 30 veces más potencia eléctrica que lo que demanda el carnaval y, por tanto, no existe en la actualidad, ninguna posibilidad de poder realizar el suministro en las condiciones que Endesa exige. Esto lo saben muy bien los técnicos en la materia.

Pero hay más, el riesgo tanto para las personas, como para las viviendas también es enorme, y así nos lo hace saber año tras año, con las pequeñas atracciones que se montan en el carnaval, el servicio de bomberos. Las dificultades de acceso a muchos puntos de la calle, cuando se ocupa por los feriantes en el carnaval, tiene en prevención a toda la plantilla que temen, pueda darse cualquier tipo de emergencia, o bien en una atracción, o bien en una de las viviendas colindantes. Nunca pasa nada, hasta que ocurre y mi experiencia como Presidente del Consorcio provincial de bomberos me lo corrobora un día sí y otro no. Y no podemos jugar con las probabilidades porque tarde o temprano nos toca el premio. El premio no es otro que sentarse delante de un juez y dar explicaciones del por qué de las cosas y, en este caso, me parece a mí, que pocos argumentos para convencer me amparan. Y eso como comprenderán es muy duro, cuando sobre todo se tiene familia.

¿Dónde y a quien le colocamos en la puerta de su casa los coches de choque? ¿Dónde y a quién colocamos en su puerta la Caseta Municipal ¿ ¿Dónde y a quién colocamos la caseta de la juventud? ¿A quién le colocamos la tómbola? ¿ De dónde traemos el suministro eléctrico? ¿Quién nos firma el proyecto para montar la feria arriba? ¿Quién se salta a la torera las recomendaciones de las fuerzas de seguridad y del servicio de bomberos de los inconvenientes y los peligros que conllevan la feria arriba?. Y podría seguir preguntando. Por cierto, para conocimiento público, uno de los que venía pidiendo el cambio en la reunión de Abril del 2.007, jamás posibilitaba cuando la feria era arriba, que le colocaran ni un cacharrito, ni una turronería, ni nada de nada y además de malas maneras. La feria arriba sí, pero en su puerta no.

Los que organizamos la feria sabemos de todos estos imponderables para que pueda volver con ese mismo diseño de antaño a la calle Real. Quiero informar, como ya sabe la gran mayoría, que la ubicación actual de la Feria es provisional y que la idea futura es que la misma, se sitúe en terrenos de cesión de La Viña, en un recinto ferial permanente, para poderlo utilizar a lo largo del año y alejado de la zona residencial como es debido, pero dotado de las infraestructuras necesarias para dar los servicios pertinentes, tanto a las casetas como a las atracciones de feria. Sencillamente, como está ocurriendo en todas partes.

Quiero apuntar también, que estoy totalmente de acuerdo con los que opinan que la feria no es lo que era. Ni aquí ni en ningún otro sitio, salvo contadas excepciones. El sentido social y festivo de la feria de antaño duerme el sueño de los justos hace ya mucho tiempo. Aún estando en la C/ Real, la feria no volverá a ser lo que fue, aunque a algunos nos pese. Ya ocurría hace 7 años cuando se tomó la decisión del traslado. Ni con las atracciones que se contrataban gratuitamente para el público, ni con las buenas orquestas, ni con las actividades que se realizaban, la feria levantaba cabeza. Entrando la madrugada, la caseta se quedaba desierta y allí siempre estábamos los mismos pensando qué podíamos hacer, para incentivar la participación y el divertimento de la gente. Sí, allí estábamos los de siempre, de los que reclaman el traslado no recuerdo a ninguno.La otra cosa que me rebela es que quieran utilizar a las personas mayores en el asunto. De pronto el eje central de feria arriba o feria abajo es la preocupación que les ha entrado a algunos por las personas de edad. Hay que ver lo que les preocupa. Yo creo que ni duermen, pensando en nuestros mayores subiendo y bajando la cuesta.

Sí somos conscientes y conocemos las dificultades y las quejas de algunos que les cuesta, sobre todo subir. Las conocemos y las compartimos. Pero es de justicia que se sepa que, precisamente para ellos, intentamos todos los años dar soluciones al inconveniente de la cuesta. Incluso algún que otro año, con la contratación de un microbus que al final tuvimos que desestimar porque es que no lo utilizaban. De los mayores ya nos preocupamos y se refleja sin duda, en que los actos verdaderamente multitudinarios de los pocos que quedan en la feria, llevan el sello de la participación de ellos. Allí están todos. No creo que sean muchos los mayores de nuestro pueblo que se queden sin disfrutar de sus actividades porque no se puedan desplazar. Claro que hay algunos, pero ya nos encargamos los que estamos en la organización de traerlos y llevarlos cuando lo necesitan. Ese es nuestro trabajo, ese trabajo callado que, por cierto, desconocen los recolectores de firmas.

De todas formas, hicimos una propuesta, que entendemos muy razonable, desde la Junta Municipal a todos los presentes en la reunión mantenida. Empezar a trabajar desde el día después de la Feria de este año a través de una Comisión de Festejos, abierta a todo el que quiera participar, para intentar sondear la opinión de todos los vecinos (niños, jóvenes, adultos y mayores) acerca de qué clase de Feria es la que quieren para su pueblo y, a partir de ahí, pensar en qué tipo de recinto ferial es el que necesitamos que sin duda, vele y garantice, los derechos de todos a la diversión y al descanso.
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Andrés Beffa García. Presidente en funciones de la Junta Municipal de Distrito de San Pablo de Buceite.