jueves, 2 de septiembre de 2021

2ª Parte: El Ave Fénix o resilencia de la democracia, por Enrique Alonso

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2ª PARTE: EL AVE FÉNIX (de la dictadura) 0 RESILIENCIA DE LA DEMOCRACIA “nunca pasa nada y, si pasa, no importa en el Palacio del Pardo”

 “Cuando nuestro pasado, es historia de España”



Horas posteriores a la muerte de Franco, surgieron por todos los rincones “figuras grises “como tinieblas que no dejaban ver la realidad de los acontecimientos de España. El rumor de la muerte del dictador estaba en las bocas de los españoles ¿Todos nos preguntamos qué estaba ocurriendo? ¿Por qué, aunque Franco ya llevaba muerto un montón de horas, oficialmente seguía vivo?

El 20 de noviembre, a bastantes horas de la muerte de Franco, salió una edición extraordinaria del Boletín Oficial del Estado. Nos pusimos a buscar, la muerte del dictador, porque ya llevaban horas en los medios de comunicación hablando del fallecimiento, pero en el boletín no se encontraba nada escrito sobre su fallecimiento, solo de forma indirecta, como si se sobreentendía, decía: “se suspendían todos los actos públicos”. Tuvo que pasar dos días cuando el 22 de noviembre se publicó en el Boletín Oficial, su muerte, con el acta notarial del suceso.

Ese mismo desconcierto del B.O.E del 20 de noviembre, se tuvo en nombrar la sucesión del Rey. La sucesión era de forma automática según la Ley de Sucesiones, pero antes de poder aplicar esta Ley, debía de ser proclamada oficialmente la muerte del dictador. El B.O.E del 22 se publicó oficialmente la muerte del jefe del Estado, entonces, no antes, se restauró la monarquía. Por lo tanto, estuvimos dos días (20 a 22) sin un dictador como jefe de Estado en la dictadura.

En una dictadura cuando muere el dictador sin sucesor, no existe dictadura, porque la dictadura lleva implícito la existencia de un dictador, nunca ha existido una dictadura sin un dictador que ejerza el papel del jefe de Estado. Por lo tanto, legalmente, al no existir la dictadura y una monarquía, el sistema de gobierno legítimo de esos dos días era el anterior al establecimiento de la dictadura del 1939, y ese era La República. Aunque no esté escrito en los libros de historia, los españoles tuvimos dos días oficiales, siendo republicanos. Yo lo celebré cantando con voz muy bajita y en mi casa, el Himno de Riego.

Desde el 1 de abril del 39 hasta el 20 de noviembre del 76. Para Franco, la paz de esos 36 años había sido la continuación de su guerra por otros medios. Esa es la gran diferencia del final de la II Guerra Mundial con el final de la Guerra Civil Española. Cuando se acabó la II Guerra Mundial, se acabó la guerra y no hubo represalias hacia al pueblo alemán e italiano; nuestra Guerra Civil no terminó en 1939, porque no se acabaron las represalias y los asesinatos hasta la muerte del dictador. Con su muerte se vio que la aniquilación de sus enemigos había sido un fracaso.  Por lo tanto, si se quería la paz, tendría que reconocer la existencia de la España vencida que estaba saliendo de la larga travesía del desierto y cobraba conciencia de su implantación social.

En la 1ª parte, escribo sobre “todo estaba atado y bien atado” que luego se demostró que no estaba tan atado, más bien, todo estaba amortajado, porque todo lo que creó Franco, a su muerte, se disipó como humo. Sucumbieron hasta los Principios Fundamentales del Movimiento “familia, municipio, sindicato” eran por su propia naturaleza inalterables y solo se podía cambiar por un referéndum, este solo lo podía convocar el jefe del Estado y este para ser jefe del Estado previamente tenía que jurar fidelidad a esos principios. Estábamos ante un problema metafísico que se llama el “movimiento continuo”. Esta tesitura se pudo lograr maniobrando dentro de la ley, así se pudieron cambiar esos Principios F. del Movimiento por los Principios Constitucionales que propugna como valores superiores “la libertad, la justicia, la igualdad y el pluralismo político” La soberanía nacional reside en el pueblo español, (no en una persona) del que emanan los poderes del Estado. Eso se logró en 1979 con el referéndum de la Constitución. Ya hablaremos como se logró resolver ese problema del movimiento continuo que se llamó “la transición española” en próximos capítulos.

Volvamos a lo que el régimen tenía previsto para los españoles, como los pilares básicos inalterables de una sociedad: todos naceríamos en el seno de una familia estructurada, dentro de un municipio y, los trabajadores tendrían que estar de forma obligatoria en el sindicato vertical. El desconcierto y el derrumbe de esos principios para los de régimen, surgió cuando algunos quisimos reclamar el derecho de pensar por cuenta propia. Esta actitud iba en contra de lo que Franco entendía que era la democracia. Así en uno de sus mítines en Andalucía explicó que era para él la democracia.

“La democracia no es la explotación del hombre, ni de las masas, no es el hambre y la desesperación de los hogares, amparados en el formalismo de presentar unos nombres cada cuatro años y pregunta a cuál queréis, para que la masa, engañada, conteste como en aquella primera elección, y digan: ¡Barrabás!” Dejaba bien claro que, para él, el pueblo era un ser infantil, sin capacidad de diferenciar entre el bien y el mal de las cosas, es decir; Para Franco y sus ortodoxos, los españoles con democracia, llevaría a España al caos.

Con este panorama, los políticos demócratas vieron que ese referéndum sería harto difícil, casi imposible sin la cooperación internacional, para que la monarquía saliera de esta encerrona. Por lo que decidieron jugar la monarquía en el Extranjero.

Esa carta será la tercera parte del capítulo: EL AVE FÉNIX 0 RESILIENCIA DE LA DEMOCRACIA.

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