lunes, 30 de agosto de 2021

1ª Parte: El Ave Fénix o resilencia de la democracia, por Enrique Alonso

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1ª PARTE: EL AVE FÉNIX O RESILIENCIA DE LA DEMOCRACIA “todo quedará atado y bien atado”

Cuando nuestro pasado, es historia de España 



Estimados lectores, después de una reflexión muy personal, quiero realizar un movimiento de timón de mi vida. Debo dejar los temas políticos, pero al mismo tiempo por mi edad, necesito seguir realizando ejercicios físicos y mentales. Para lograr que mis neuronas sigan estando el máximo tiempo posible funcionando, he pensado escribir en relatos cortos, la historia de España que yo viví. Empezaré a contar los hechos históricos después de la muerte del dictador, que coincidió con mis 20 años recién cumplidos.

 Esos años, de la muerte del dictador y lo que se denominó la Transición Española, fueron años convulsivos que me hicieron pasar rápidamente de la adolescencia a la madurez, de inmediato me di cuenta, que vivía una época histórica y empecé a guardar cientos de recuerdos de la España que yo viví, que quiero compartir con vosotros.

Puede ser muy interesante sacar esos acontecimientos y refrescar memorias y al mismo tiempo, enseñar a los jóvenes cómo se vivieron aquellos años de inseguridad, miedos y de esperanza. Escribiré artículos de forma narrativa, publicaré dos a tres artículos, si noto que son interesantes para los lectores, seguiré publicando, y si no tienen interés, dejaré de publicar. De antemano os doy las gracias por vuestra paciencia.

Quiero empezar después de la muerte del dictador. Cuando los españoles pudimos sacar la cabeza fuera del agua, vimos que el tsunami de la dictadura había borrado siglos y siglos de nuestra historia, y nos hacíamos la siguiente reflexión; que aquí por culpa del dictador, no habíamos heredado nada de nada de la sabiduría de nuestros antepasados, desde los fenicios en Cádiz hasta la II República, todo se lo llevó el tsunami de la dictadura. Con mucho esfuerzo, pudimos salir de esa ciénaga y nos pusimos de nuevo a caminar.

Franco había reiterado a sus fieles una promesa cuyo cumplimiento bloqueaba el cambio del sistema “todo quedará atado y bien atado” solía decir en sus tardes triunfantes a sus entusiastas. Se refería a que dejaría atado al ejército, a la iglesia y al capital, como sustento a su herencia. Pero al parecer esos nudos no fueron tan fuertes.

El Ejército. – Del seno de un ejército africanista enrolados en la guerra civil, surgió la “Unión Militar Democrática” oficiales y jefes que se graduaron en la Academia General Militar de Zaragoza, con otra mentalidad de cómo servir a España. El Consejo de Guerra que, en Hoyo de Manzanares condenó a nueve militares, dejó constancia pública de su existencia y de la oposición interna en el ejército.

La Iglesia. – Con su “vieja sabiduría”, desde el Concilio Vaticano, empezó a separarse del régimen que tanto había defendido y bendecido. Una iglesia que durante 40 años estuvo al servicio y defensa del estado, se alejaba del estado y con la excusa de la proclamada confesionalidad del Estado, pasaba a priorizar la defensa de los derechos humanos.

El Capital. – En cuanto al capitalismo industrial y financiero, con su “nueva sabiduría”, aplicó el “orden disperso” que consistía en priorizar sus intereses vitales de mercado. Así pasó de apoyar y negociar con la dictadura, a negociar con sus antagonistas naturales “demonios comunistas”  Sabedor de que el Partido Comunista tenía como prioridad en sacar del gueto social que estaba España, llegaron a un acuerdo, llamado “ruptura democrática” donde ambos pusieron sus intereses en fortalecer la naciente democracia, pero no implicaba arreglo de cuentas de los 40 años de corrupción, cuestión esta, que se ha mantenido en el presente y seguro que también en el futuro, porque el capital lleva en sus genes la corrupción.

Con esta descomposición de sistema, llegó el primer Gobierno de la monarquía de Juan Carlos I, que no pudo poner su impronta y tuvo que vivir sobre los residuos nauseabundos del viejo sistema. Estamos a mediados de 1976 y surgen tensiones internas de cómo se tiene que realizar las reformas.  Se barajan tres hipótesis. La reformista, castrense y la de un nuevo aplazamiento que siguiera tapando la crisis de Arias.

Los reformistas querían acercarse a la oposición y pactar una reforma. Los castrenses querían poner fin a los movimientos democráticos, por medio de los militares. Existía tal confusión que más de uno decía: “yo ya no sé, si soy de los nuestros”. El propio rey vacilaba entre la opción tímida y dudosa de un papel arbitral y distante o la apuesta comprometida por la democratización que le hiciera acreedor al reconocimiento del pueblo. Ante esta disyuntiva, solo con un referéndum despejará las incógnitas.

El viejo régimen quiso ser el ave fénix, pero resurgió como paloma de la democracia.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Estoy contigo Alonso siempre que se cuenten las auténticas verdades de las dos caras de la moneda: la de Franco y la del Rey, porque la de los sufridos españoles no salen ni salieron ni siquiera en los miseros céntimos de los pobres.
Aunque de todas formas, a estos jóvenes criados en falacias democráticas falsas todo lo que contemos los mayores les va a importar un huevo, y el ejemplo está,entre otros, en que ni han movido un dedo ni lo moverán por nada, no han protestado siquiera cada vez que le suben los años de cotización para cobrar una minima pensión enmascarada a una muerte temprana. Tampoco ahora lo levantan ni levantarán a favor de la naturaleza de nuestro municipio indignamente amenazada/o por el capital fotovoltaico, y tan ni siqiiera por este inmenso robo en la factura de la luz sobrante de abusivos impuestos que llenen interesadas arcas, tal como las del propio Estado, muchos nuevos ricos y otros mucho más ricos estan ya naciendo de ahi. Hoy los viejos pobres hemos llegado a no creer en nadie, ni siquuera en nuestros partidos de siempre, y menos en el Estado politico xe tanto monta monta tanto derecha como izquierda que izquierdas como derechas, pese a que un joven Rey tenga que agachar la cabeza por culpa de sus propios como de sus nobles, y asi, de culos vamos todos cargados solos de impuestos y cargas; y ni una puta manifestación masiva como las que haciamos en el pasado amedrentando a los corruptos poderes que nos vencieron tapándonos la boca con trabajo y bienestar hasta que volvieron a anteponer sus intereses. Y así estamos ahora estancados en una camuflada libertad democrática que de democracia solo tiene el nombre PEPESOEPODERMISTA, es decir ¡¿eso es lo que buscaban los tan peligrosos extremistas!? ¡Pues vaya mierda!
Y callo porque maduro rumiando planes perdidos en el tiempo tardío de siglas y nombres viejos.

Ignacio Trillo dijo...

Mi enhorabuena por el artículo y ánimos para seguir. Ignacio Trillo.