sábado, 6 de marzo de 2021

"Homenaje a la mujer", por José Antonio Hernández Guerrero

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Homenaje a la mujer

En el día dedicado a la mujer me siento en la necesidad y en la obligación de mostrar mi respeto, mi admiración y mi agradecimiento a una mujer concreta en la que resumo las cualidades de todas las mujeres con las que he convivido, con las que he trabajado y de las que he aprendido. Confieso con todo descaro que de todas ellas he aprendido a vivir, a crecer y a disfrutar.

Hoy -os pido que me perdonéis- no me refiero, aunque también las aplaudo, a esas mujeres que los medios de comunicación presentan como modelos ejemplares de la lucha por reivindicar sus derechos humanos. Dedico mi homenaje a una mujer concreta que, con sus comportamientos, más que con sus discursos, me ha acostumbrado a escuchar, a contemplar y a meditar, a calibrar la importancia de los asuntos menudos y a interpretar los papeles secundarios a los que no solía dar importancia.

Hoy menciono, sin decir su nombre, a quien sin reservarse tiempo alguno y sin pretender destacar, con su lucidez, con su modestia y con su firmeza, ha contribuido, de una manera decisiva, para que realizáramos y culmináramos las tareas familiares y profesionales de las que, sin duda alguna, ella es la autora y la protagonista principal. Lo menos que puedo hacer es reconocer cómo, a veces sólo con su mirada limpia, refleja el resplandor directo de la satisfacción que ella experimenta por el “privilegio”, como dice ella, de acompañar en los momentos de alegría compartida y participar en las situaciones dolorosas logrando que la vida en común transcurra con dignidad. 

Estas son las razones que, a mi juicio, explican la marea de respeto y de cariño que, inevitablemente, desbordan mi capacidad para explicar mi alegría y mi agradecimiento. Ante su grandeza y ante su sencillez sólo caben el asombro y el estremecimiento; sobran las palabras.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Has intentado representar a un tipo de mujer, a un conjunto homogéneo de mujeres incursos en la sociedad representada por el hombre y para el hombre: la que siempre se ha sometido o ha sido sometida por el todopoderoso masculino con el juramento de por vida ante un templo religioso, ante una autoridad civil o militar, o ante un contrato particular entre la pareja mixta, sea verbal o escrito, que ya hoy -menos mal-, se puede revocar en todos los casos.

Perfecto, pero, ante muchas féminas puedes, que hayas quedado regular nada más, cuestión mental y personal de la lectora -menos del lector, pero también-, según su cultura, su razonamiento -particular o político-, sus ideas femeninas propias, inculcadas o aprendidas y muy en especial, pero que muy en especial, de como sea con ella su pareja masculina (fondo de la cuestión). Pero no siempre, ha de ser así, tampoco, pues dependerá también y en mucho, de la propia personalidad de ella misma (ya ha quedado más o menos clara la del hombre), con el secretismo, la traición y la infidelidad (esas cualidades que ha intentado el hombre desecharlas como si fueran únicas del género masculino) y que ellas en su baúl han encerrado siempre con mil candados.
Ambos géneros se equivocan y, pocas excepciones hay en esos temas: él lo lleva en los genes del machismo y ellas en las sofisticadas neuronas mentales que la propia naturaleza inventó para la inteligencia, continuidad y/o supervivencia del género humano, ante los propios desafíos de la más original y la todopoderosa diosa del máximo exponente habido y por haber que también tienen nombres femenino y masculino: Naturaleza y Universo.
Tu inmensa capacidad, como las más ínfimas, siempre serán escasas para adjetivar y maximizar con el culto saber de hoy al género femenino, ya no de todas las especies, si no exclusivamente al de la mujer. Mi ejemplo: escribas lo que escribas de ellas siempre, siempre se quedará corto..., por muy bien que lo hagas tú, yo o cualquier escritor, ¡ni ellas mismas serían capaces! TAL ES ASI LA MUJER; y espero que lo cojan como un halago y tú -mi buen amigo- como una parte más (congruente o incongruente) de las letras, que solo son (cualquier signo) una variedad de la expresión, con más o menos acierto.
Gusto es leerte, seguirte y estrechar tu mano.
En todos tus libros, artículos, comentarios y muchos etc, tienes tu casa y está la casa de todos...
Gracias, gracias y gracias.

Gonzalo Polo dijo...

Estoy de acuerdo contigo, excepto en que el machismo está en los genes del hombre. El machismo es causa de la educación.

Campuscrea dijo...

Agradezco -queridos amigos- vuestras pertinentes y oportunas ideas. Las leo y las releo para interpelar mis palabras, mis ideas, mis actitudes y, sobre todo, mis comportamientos. Sigamos trabajando y luchando para colaborar en la extinción de ese secular -¿milenario?- machismo que aún sigue vigente en la sociedad, en las familiar y en las mentes. No son suficientes lo "cánticos" en loor de las mujeres. Un abrazo. José Antonio

Anónimo dijo...

Perdón Polo, perdón hombres y perdón mujeres si a alguna puedo ofender, nunca es ese mi propósito, respeto demasiado a la mujer, no puedo, pero si sé, porque lo he visto demasiado, como se ofende a una mujer, como se le amenaza y como se le pega, tortura y mata. También sé porque lo he vivido, como la mujer ofende, maltrata, traiciona y mata al hombre, pero muy pocas veces con la fuerza física; la mujer es mucho más inteligente que la fuerza del hombre, y no digo más, porque aprenderían mucho más cosas de su propia psicología en momentos interesados o extremos.
Pido perdón porque he de recordar que nosotros pertenecemos al género animal; cada animal tiene su propia inteligencia natural y varia de unos a otros. La nuestra, para la mayoría de las cosas (no para todas) está en la cúspide animal, como seres humanos que somos, sin embargo, no deberíamos olvidar que todavía nos queda bastante de nuestros orígenes como variante animal y una de ellas, por tanto genética, es utilizar la fuerza para todo, incluido el sexo. Las hembras pocas veces utilizan la fuerza, suelen utilizar la psicología, la inteligencia. Pues bien, aún los animales nos dicen con nada más fijarse en ellos, como el macho utiliza la fuerza contra otros machos y contra la manada de la que es el señor, dominante y cuidador de su harén. El macho pelea y se mata (guerras) la mujer se defiende como sea porque utiliza su mente para hacer dominio de las situaciones; para el sexo utiliza la cabeza y su feminidad y el hombre su fuerza y su valor, como cualquier animal. Eso es genética y también cultura.
Gracias por opinar Sr. Polo. Mis respetos, cuando respeta.

Gonzalo Polo dijo...

Bueno, pertenecemos al reino animal y somos el género humano.