martes, 13 de abril de 2021

"Y es que por la boca muere el pez", por Gabriel Meléndez

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Y es que por la boca muere el pez



En la noche del jueves 8 de abril, el comité de La Liga lanzaba un comunicado oficial donde por fin se confirmaba el que no hubo ningún tipo de insulto racista, exculpando así al jugador del Cádiz C.F., Juan Ruiz Torres (Juan Cala). 

Todo tras un exhaustivo repaso, estudio e investigación de todos los audios e imágenes disponibles, de un total de 14 cámaras y 7 micros de muy alto alcance, que siguieron y ofrecieron el encuentro. Todo ello mediante un trabajo de seguimiento a manos de una empresa especializada en estos asuntos (además de leer los labios en toda expresión que se diga en caso de que no se aprecie el audio).

Este dispositivo audiovisual es el que se utiliza para partidos del Tipo B, como lo fue el Cádiz CF 2 Valencia CF 1 del pasado domingo, ya que no se consideraba como un derbi o partido de la jornada. Estos medios se vienen utilizando años antes a esto de la pandemia, y donde a pesar de haber espectadores con una afición cantando y animando, se pudieron comprobar muchos insultos raciales. Uno de ellos y quizás el más significativo al quedar sin sanción, fue aquel donde Sergio Busquets le dijo "mono" de manera muy despectiva al lateral izquierdo del Real Madrid, Marcelo (partido del Tipo A, que cuenta con más cámaras y micros). Y eso que había público más que suficiente en los graderíos para que no se escuchará como así pasó en los micros, pero que sí se pudo leer muy claramente en boca de Busquets (aquí no hizo falta el audio).

Según La Liga y tras finalizar toda investigación, de Juan Cala son estas las palabras y frases las que se oyen y perciben de sus labios, todo ello en el intervalo que dura la jugada del conflicto, en un partido donde sin público es de lógica el poder percibir de mejor forma todo lo que sucede en el campo como así en la zona de banquillos. Lo primero que se escucha es “mierda”, justo tras el encontronazo con el defensa francés del Valencia CF. y muy encima del portero Che quien patea el balón hacia delante y no recrimina nada del insulto ya que no lo hubo. Le sigue un “déjame en paz” (una vez el jugador del Valencia empieza a increpar a Cala, estando cerca el colegiado). Terminando con, “perdona, pero no te enfades, yo no te he dicho eso” (momento en que se le echa encima el jugador del Valencia).

Un minuto después y en plena tangana, es cuando se oye lo de “negro de mierda”, con un acento sudamericano (la voz de Gabriel Paulista). Pero la prensa valenciana insiste en que el insulto puede ser una vez cuando Diakhaby se enfrenta en el cara a cara con Cala, tiempo en el que realmente transcurre (según lo ya investigado y confirmado) lo de, “perdona, pero no te enfades, yo no te he dicho eso”. Resaltar que muy pocos segundos después al cara a cara entre Cala y Diakhaby, es cuando el otro zaguero gaditano (Fali) se da cuenta de la movida y entra a separar, y tengan muy por seguro, que, si en ese momento como así denuncia el Valencia CF., Cala hubiera insultado de forma racista al jugador del Valencia CF, Fali se lo hubiera recriminado.

Fali es jugador del Cádiz desde el mercado invernal de fichajes en la temporada 2018-2019, y, para que todos los sepan, es de etnia gitana, autentico como el que más, que habla sin tapujos, sea de lo que sea, y que para nada se cortó al comentar sobre lo de la pandemia que estamos sufriendo, así como de sus raíces y proveniencia de una familia muy humilde. Y si no sigan sus declaraciones de cómo vive el fútbol, y que arte tiene jeje, con eso del "pumba", cada vez que despeja el balón de cabeza, un monstruo, pero bueno, bueno del todo. Un jugador que hasta hace año y medio era un total desconocido en el fútbol. Lo poco que se sabía es que fue canterano del FC Barcelona, jugando en su filial en la Segunda División, pasando después por el Nastic de Tarragona también en la Segunda, hasta llegar al Cádiz entonces también en Segunda.

Tras todo el meneo inicial y una vez que Rafael Giménez (Fali) entra en acción para separar a Diakhaby de Cala, hay una imagen en la que Cala se queda prácticamente sólo en el centro del campo, aislándose de la tangana y así no entrar al trapo para recibir una posible segunda amarilla que lo hubiera expulsado del terreno de juego. Total, que se le ve con una cara de no saber que está pasando, de indignación y tristeza, como así dejó de ver en su rueda de prensa, porque no se creía lo que estaba sucediendo, ya que el nunca soltó de su boca algo así (más demostrado está). Mientras, el club valenciano, seguidores, twitteros relacionados al politiqueo basura del enfrentamiento y la división (bien de derechas como de izquierdas, pues hay de todo en las redes), utiliza esa misma imagen para decir que la cara de Cala reflejaba otra cosa, el sentir vergüenza por lo que había proferido hacia el jugador francés. Y es que cualquiera ya puede ser psicólogo u psicoanalista.

Mientras unos, desde el pasado domingo, ya mandaban a la cruz, linchando y prejuzgando sin pruebas al jugador cadista, otros hablaban de la posibilidad de un malentendido e invento para provocar la segunda tarjeta amarilla de Cala. Tras la confirmación de que no hubo ningún tipo de insulto racial, el club valenciano sigue con su erre que erre, con su presidente tirando ya, no sólo contra el Cádiz y su jugador, sino contra la propia Liga, demás clubes que no les apoya (o sea, todos, 19 de 20) y la Real Federación de fútbol español.

Desde el mismo domingo, Irene Aguiar, asesora jurídica y experta en derecho deportivo, llamaba a la prudencia y a la no acusación directa, siempre y cuando no hubiera pruebas. El Valencia decía que el árbitro les obligó a salir al terreno de juego, lo que no era cierto. También decían que un jugador del Cádiz que escuchó lo del insulto, se lo iba a decir a Cala para que pidiera perdón a Diakhaby, lo que también era mentira. ¿Qué podemos concluir de todo esto si ya hasta se sabe que lo del insulto racista es mentira?

¿Cuántas veces nos hemos tropezado, caído, e incluso en esas de casi a punto de perder el equilibrio?, situaciones todas en las que se nos escapó algún, mierda, jooo, me cago en la...y todas esas cosas bonitas que se dicen, pero que para nada tiene que ver con un insulto racial.

Lo dicho, a pesar de las investigaciones, de los estudios llevados a cabo y tras la conclusión del mismo, el Valencia C.F. se niega a aceptarlo. En el caso del Cádiz C.F., no se descarta una posible acción penal, afirmando que se está tomando nota de todo cuanto siga aconteciendo en relación al tema, por si se ha de realizar no una, sino varias denuncias.

¿Y ahora qué había que hacer contra quienes se saltaron la presunción de inocencia?, lo que a mi ver es una cagada monumental. Señorías, que os habéis pasado por los forros el estado de derecho, que habéis avivado con puro fuego y con el odio más envenenado un linchamiento público contra una persona sin haber pruebas. Linchamiento que ya no solo os servía para poner a parir a una persona y su familia, sino con el agravante de extenderse al equipo, a la afición, los gaditanos y contra los propios andaluces como con su forma de hablar, algo que se ha podido ver en muchos chats, twittero/as, y demás redes sociales.

Ahora que ya se sabe que no hubo insulto. ¿Saldrán ustedes a dar la cara? ¿Vais a pedir perdón a Cala? ¿Quiénes van a pedir responsabilidades contra el equipo que abandonó un terreno de juego sin un motivo real (lo cual es sancionable), equipo que además sigue empeñado en creer lo del insulto aun a sabiendas que la investigación se ha cerrado exculpando al jugador del Cádiz?

Los puntos se ganan en el terreno de juego y no en los despachos. Y es que por la boca muere el pez. “Ese Cádiz, oehhh”.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Cada vez en más ámbitos se quieren cargar la "presunción de inocencia", pilar de un estado democrático de derecho. Por otra parte, los que hemos jugado al fútbol hemos escuchado dentro del campo muchos piropos: cabr... hijo de p... te voy a matar... te voy a partir la pierna..., sin defender expresamente dichos modales históricos, ninguno llevaba "intencionalidad delictiva" y todo se quedaba dentro del terreno. Al final un saludo y adiós. Ahora hay demasiada hipersensibilidad y un periodismo cada vez más bajuno y patético. Entrenadores, jugadores, ...hasta el utillero hablando y tapándose la boca por aquello de váyase que "me lean los labios".