lunes, 6 de julio de 2020

"El libro del rincón", por Cristóbal Moreno "El Pipeta"

Cristóbal Moreno Romero "El Pipeta" ha publicado este relato en la sección de narrativa del núm. 40 de la revista del Club de Letras de la Universidad de Cádiz SPECULUM, que se publica en la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, y dirige el profesor José Antonio Hernández Guerrero.

“EL LIBRO DEL RINCÓN”
 
¡Qué lástima de hojas sueltas desparramadas por los rincones, por los cajones…! ¡Qué lástima de versos sueltos escritos en trozos de papel, y en la cal de la pared…! ¡Qué lástima de versos olvidados entre la prosa de un nivel! ¡Ya es hora de que escribas un libro! Un libro de una historia, de tu historia, o su historia, de otra historia, cada vida tiene una;  sé tú su Dios. Haz que baile, que cante, que sufra o que luche en un tablao con alfombra de un folio. Escribe ese libro como tantos otros lo escribieron, pero escríbelo.

Dicen que escribiendo se consigue la eternidad, créetelo, y esculpe la piedra… Aprende a vivir entre los escalones de cada párrafo, aunque… para subirlos o bajarlos, grítale a la verdad, a la vida o a la ficción y escucha como hablan las letras mientras pasean o trepan. Aprende a vivir entre cada palabra y trátalas con cariño; acarícialas con zalamería. ¡Escribe un libro…! pese a que después de leído alguien lo guarde en un rincón.  Pues otro alguien lo volverá a leer y renacerá de nuevo junto a su autor.

Un libro es el resultado de un parto, y nacerá hablando sin boca, incluso sin lengua y a la vez en muchas. Un libro –es letra sin voz y con ella˗˗ puede hablar en todos los idiomas existentes, incluso habla pensando. Los libros son sabios sin saber leer, pero saben educar y contar historias a los que saben leer y no saben leer. Un libro es como una persona, pero solo sabe lo que sabe, y no sabe aprender más, pero camina, navega y vuela por las retinas y por los oídos; después, se esconde entre las neuronas y espera, se moderniza, mientras aprende electrónicamente a aprenderse; y aprendió. Aprendió desde sus orígenes a ponerse delante del perro para ser el mejor amigo del hombre. Aprendió que sin él, el humano sería menos culto y menos Dios.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Un lujo leerte Cristóbal.
Saludos desde Sant Antoni de Portmany

Cristóbal Moreno dijo...

Mis tres pueblos: San Pablo de Buceite, Guadiaro y San Antonio del Portmany en Ibiza, tres joyas de mi vida. En Guadiaro y San Antonio dejé la mitad de mi corazón y la otra mitad está en mi Buceite de mi alma. ¡Qué pena de amigos desperdigados! ¡Qué tiempos más jóvenes! Un abrazo.