jueves, 21 de abril de 2016

"Costumbres sexuales primitivas", por Cristóbal Moreno "El Pipeta"

RITOS ANTIGUOS RESPECTO  A LA FECUNDIDAD DEL MATRIMONIO
COSTUMBRES SEXUALES PRIMITIVAS-ANTIGUAS
   
    Normalmente, una vez “sentenciado oficialmente el matrimonio”, a la salida de la iglesia, del Juzgado o del Ayuntamiento, los familiares e invitados tiran a los recién casados arroz. Posiblemente muchos de nosotros nos hemos preguntados el por qué y desde cuando de esta costumbre.

    La costumbre de tirar cosas a los contrayentes viene de muy antiguo y tiraban cosas variadísimas. En cuanto al arroz, sabiendo que éste procede de Asia ( los primeros cultivos aparecen en China 5.000 años a.c., y a nuestro país llegó con la invasión de los árabes hacia el año 700 d.c.)  es lógico pensar que hasta entonces, el arroz,  nunca pudo utilizarse para estas celebraciones ni para nada.
    Con la dominación romana (desde el 218 a.c.) aprendimos a tirar a los novios trigo y ya con los árabes se fue cambiando el trigo por el arroz. Así que la tradición con arroz nos procede de oriente, posiblemente copiado de Asia.

     Con ello le desean dos cosas, prosperidad y fertilidad:
    1.- “Prosperidad, para repartir arroz todos los día de vuestra vida, y que os sobre para darle a los que no tienen”.
    2.- Fertilidad, “Que poseáis tanto arroz como para poder tener un gran número de hijos”.

                TRADICIÓN DE TIRAR COSAS A LOS NOVIOS

    Esta tradición de arrojar alimento a los recién casados se produce también en otras culturas antiguas, si bien con diferentes alimentos y cosas. En la Grecia clásica, se les arrojaba harina y dulces; en la India, granos de cebada; y en la Inglaterra del siglo XVIII, granos de trigo. Pétalos de flores, caramelos y hasta zapatos en Inglaterra durante la época Tudor. Costumbres de tirar alpiste, volar aviones de papel o burbujas de jabón, serpentinas de papel o matracas en miniaturas, suelen ser costumbres también aún en día en diversas partes del Occidente.
    También es verdad que, últimamente, algunas iglesias y parejas suelen prohibir algunos de estas cosas por diversos motivos (resbalones, que las aves puedan enfermar por comer arroz, o daños a las propias parejas, etc.).

 RITOS NUPCIALES CON FINES REPRODUCTIVOS

    Muchos ritos, aún actuales en ciertos países, heredados de un pasado muy remoto, tienen por objeto de que la mujer sea fecunda o madre de hijos varones. Así pues, tienen mucho de machismo, quedando la mujer relegada a tener más niños que hembras. En contraposición, el hombre primitivo parecía tener otro concepto de la mujer, sacando el máximo provecho de ella, por lo que el nacimiento de una hija lo veía como un beneficio. Apenas nacida, suponía ya un capital: futura madre, futura trabajadora, ella valía una fortuna. Por otro lado, contra más mujeres más posibilidad de tener muchos varones.
    Contaba E. Westermarck que en Marruecos y en otros países africanos, cuando conducen a la novia  a casa de su marido se procura que vaya montada sobre una yegua, para asegurar su fecundidad. También sobre un semental, con lo que se consigue que sea madre de hijos varones. Se intenta conseguir los mismo, si tras ella va montado un un niño pequeño.
    En algunos lugares de Suecia creen o creían los campesinos que la novia deber dormir con un niñito la noche posterior a la boda, para que su primogénito sea varón.
    En muchos pueblos eslavos, a la recién casada se le ofrece un niño, que ella coloca sobre su regazo, esperando obtener los mismos resultados.
    En Marruecos, la madre del novio se echa a la espalda, como si fuera un chico, un lío de ropas de su hijo. O bien se mece a la novia de la madre en una red, como si se tratase de la cuna de un niño.
    Entre los judíos orientales, después de la ceremonia, es costumbre que el nuevo matrimonio salten tres veces por encima de una bandeja llena de pescado fresco o de una vasija con peces vivos. A falta de los peces vivos pueden pasar siete veces por encima de un pescado.
    Los huevos se consideran también como agentes promovedores de fecundidad. Se cuenta que entre los judíos marroquíes es costumbre coger el día de la boda un huevo crudo y arrojárselo a la novia, significando con ello que dará a luz con facilidad y sin dolor. Mientras que los judíos rusos tenían por costumbre colocar un huevo crudo delante de la novia y le decían: -Para que tú puedas dar a luz con la misma facilidad con que la gallina pone un huevo.
    En Suecia, la novia se desata los cordones de los zapatos para llegar a parir con la misma facilidad con que se descalza.        


   ENDOGAMIA Y EXOGAMIA

    La sangre que pierde la joven virgen, al primer contacto con el hombre, solo se produce una vez en la vida de una mujer. Y este fenómeno no solamente ha llenado de estupor (por su rareza) al primitivo, sino que condicionó particularmente el régimen del matrimonio, una vez que la mujer dejó de ser cogida por todo el clan y los hijos ser hijos de todo el clan.
    En el espíritu del hombre prehistórico se planteó este problema: ¿Qué hacer con aquella sangre?.
    Inmediatamente se adoptaron dos condiciones contrarias. La primera afirmaba: Esa sangre es benéfica y por tanto debe conservarse en el clan.
    La segunda, admitida luego por la inmensa mayoría de los pueblos, aseguraba: Esa sangre solo puede ser maléfica y por ello es preciso, a toda costa, expulsarla de la comunidad.
    De allí nacieron dos regímenes matrimoniales totalmente contrarios: la endogamia, o matrimonio interior, y la exogamia, o matrimonio exterior.

                ENDOGAMIA

    En la endogamia, la mujer solamente podía ser desflorada por un hombre de su clan, y únicamente se podía casar con varones de su mismo clan.
    La endogamia existía en muchos pueblos antiguos a los cuales las prescripciones prohibían contraer matrimonio con extranjeros.
    Muchas razas, aún hoy, se abstienen, desaprueban o prohíben totalmente el casamiento y relación sexual con personas de razas distintas.  La libertad de sexo en países donde impera o imperaban la endogamia es tal que la relación entre hermanos y hermanas están plenamente admitidas. De ahí el levirato, por el que un hermano soltero debía casarse con la viuda de su hermano mayor y dar a los hijos que tuvieran el nombre del difunto.
    Si la viuda se casara con un hombre de otro clan el difunto se ofendería y estaría deseoso de venganza.

                EXOGAMIA

    En la exogamia las mujeres tenían que casarse con mujeres de otro clan, o ser desflorada por un extranjero para poder contraer matrimonio con alguien de su propio clan.
    La exogamia prohíbe casarse a madres con hijos o padres con hijas. También a hermanos y hermanas cuando son hijos de los mismos padres.
    Esto está permitido cuando se trata de reyes, faraones o gobernantes.
    También existe el llamado incesto ritual o “profesional”. Es el que confiere poderes mágicos practicados por ciertos sacerdotes y miembros de sectas secretas.
    En Mozambique un cazador de hipopótamos cohabita con su hija antes de partir de caza. Eso le traerá suerte.
    En otras tribus se han encontrado fórmulas para poder burlar el rigor del régimen exogámico, y se permite a las mujeres contraer matrimonio, dentro de su mismo clan, con la condición de que la desfloración no la efectúe su esposo. Lo ideal para tan delicado menester es un hombre de otro clan o un extranjero al país.
    Son muchos los pueblos entre los que es costumbre -ante la repugnancia de los novios de desflorar a la novia- de que las jóvenes y las niñas sean desfloradas por medio de una relación extramatrimonial por cualquiera que no sea el esposo, ante el temor supersticioso que guarda relación con el miedo a la sangre del himeneo.
    Los hechiceros, jefes y curanderos, hombres dotados de especiales poderes extraordinarios , eran los que se hacían cargo de la desfloración al estar libre de los supuestos peligros de esa primera sangre. Incluso se ofrecían recompensas a los desfloradores.
    En otras regiones se entregaba a la virgen a cualquier forastero, incluso mediante pago, para tal tarea de desvirgar. Incluso en algunas tribus de Asia el padre tenía la obligación de desflorar a su hija, aunque, al igual que al igual que al forastero, no se le permitía efectuar el coito completo.
    Según Merker, entre los masai africanos se practica todavía hoy el “jus primae noctis” como continuación de una antigua costumbre. El derecho de desflorar a la novia corresponde al compañero de armas del joven marido. Si no conoce el derecho de la “primera noche” cuando se le pide, es objeto de insultos y del desprecio general.
    En ciertas tribus australianas existen casos en que todos los hombres del poblado puedne cohabitar con la novia, antes de que se case.
    Y entre los banaros de Nueva Guinea era costumbre que el suegro o un amigo de la familia pasara las primeras noches con la joven recién casada.
    Ya Conchobar, rey de Ulster, en tiempos de Jesucristo desfloraba a todas las vírgenes de su reino, constituyendo dicha desfloración uno de sus deberes como monarca.
    Hasta hace poco, en la costa de Loango, del África Ecuatorial, la primera noche de bodas se vendía a cualquier hombre que tuviera interés en pasarla con la novia. Al parecer, las vírgenes casaderas se cubrían completamente con un manto y luego ib an de aldea en aldea para ofrecer en las plazas el derecho de la “primera noche”. El hombre a quien le interesaba solía entregar, como pago, algo material; si bien en todas partes tenía derecho a efectuar ella una entrega completa. Este acto no impedía que las muchachas se casaran, sino que más bien resultaba una condición previa para ello.
    Decía Marco Polo, que recorrió el Asia Central en el siglo XIII, sobre los tibetanos: “Cuando los viajeros pasan entre ellos, las viejas del lugar les llevan las muchachas solteras para entregárselas”.
    Y añade, asombrado:
    “Ningún hombre se considera ofendido si un extranjero tiene íntimas relaciones con su mujer, con su hermana, o su hija... Por el contrario, ve en tales relaciones un indicio de buena suerte”.
    En los puertos de la India, se pedía el servicio de la desfloración a los marinos portugueses y holandeses, y se les retribuía.
    Y NOSOTROS CON TANTOS PREJUICIOS.
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Fuentes: El amor en los pueblos primitivos (José Repollés Aguilar)
    www.hola.com/novias/2011082454175/tirar-arroz-confeti-bodas/
    https://es.wikipedia.org/.../Conquista_musulmana_de_la_península_ibéri...
    https://es.wikipedia.org/wiki/Hispania_romana
    www.miraflores.cl/historia-del-arroz/
    https://es.wikipedia.org/wiki/Arroz
            www.saberia.com › Ciencias Sociales   
eHow en Español»Lifestyle»La historia de la tradición de tirar arroz en una boda

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Fotografías de  www.flickr.com

1 comentario:

Anónimo dijo...

De costumbres sexuales
primitivas o modernas,
hay muchas más en el mundo
que granos de arroz da
la mejor de las cosechas.
Sea en pareja o no
por mucha monotonía que haya
cada encuentro es diferente.
Referente a ritos nupciales,
y a las desfloraciones
que en las diferentes culturas
se practiquen libremente,
nada hay que objetar,
salvo el que en Europa tuvimos
El Derecho de Pernada,
abuso de autoridad,
derecho de la primera noche,
o derecho al desflore.
Y la novia seguro
que del acto conocía,
lo que tenían que hacerle,
ella no se sometería
a ese escarnio libremente
e iría al desvirgo forzada
como al matadero va la res.
.
22.04.16 7:10 a.m.
.
Antonio. –El niño del Corchado-