miércoles, 2 de noviembre de 2022

Los barcos de la cueva de la Laja Alta en Jimena, un misterio por resolver más de cuatro décadas después

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Leído en el diario ABC. Por su interés reproducimos esta noticia.

Los barcos de la Laja Alta, un misterio por resolver cuatro décadas después

Continúa la polémica sobre si las pinturas de Jimena datan de la Prehistoria o son de la Edad Media

ÁLVARO HOLGADO

A menudo los descubrimientos arqueológicos, mucho antes de que lleguen los expertos, tienen un protagonista inesperado. En el caso del descubrimiento de las pinturas de la Laja Alta fue Salvador Corbacho, vecino de Jimena de la Frontera (Cádiz), en la comarca del Estrecho de Gibraltar. Hace 44 años, animado por la curiosidad, cuentan las crónicas de la época, se acercó a ver lo que le habían comentado que eran unas pinturas sobre unas piedras de la zona.

El resto es historia: Corbacho estaba, sin saberlo, frente a las que posiblemente son las primeras representaciones rupestres de embarcaciones a vela más antiguas de las que del Mediterráneo. Ocho barcos pintados, a tenor de las pruebas posteriores, casi por seguro prehistóricas, y que, por otra parte, pusieron para siempre en el mapa a este pequeño pueblo de menos de 7.000 habitantes. Casi pasado el medio siglo, Jimena basa casi toda su identidad turística en ellos.

Lo que tampoco sabía Corbacho es que esos barcos pintados se convertirían en uno de los grandes debates arqueológicos todavía inconclusos en el ámbito nacional. «Si esas embarcaciones no tuvieran velas, no habría ningún problema», explica Antonio Morgado, arqueólogo e investigador de la Universidad de Granada. «La cuestión es que tenemos una imagen de las sociedades prehistóricas donde la tecnología, parece, no tiene cabida».


Nueva tecnología

Morgado es precisamente quien llevó a cabo la última gran investigación sobre el terreno. En 2018, con la incorporación de herramientas como técnicas con fibra óptica, escáner 3D, procesamiento de imágenes con cámaras digitales y el uso de nuevos programas informáticos, sus avances fueron contundentes.

El resultado: dataciones absolutas, insiste el investigador, que afianzan la hipótesis de que las pinturas datan de mucho antes de la época fenicia, como en algún momento se creyó. La clave está en los pigmentos. De las 39 figuras que se tenían documentadas, se llegaron a contabilizar más de 50. Todas ellas hechas con el mismo material. Todas datadas hace 6.000 años, durante el Neolítico Reciente y el Calcolítico del sur de Iberia.

«Lo que nosotros seguimos es un proceso científico. Lo más probable dentro de lo falsable. No defendemos a capa y espada ninguna propuesta, pero los datos que existen apuntan a esa conclusión. Lo que no se puede hacer es seguir con el método de 'esto se parece a aquello' y decir 'esto no vale' sin evaluarlos», resume Morgado.



Polémica

Sus críticas apuntan en una dirección concreta. Surgen tras la publicación de un nuevo estudio hace dos años por parte de la Universidad de Cádiz y que sugería que las pinturas del abrigo de Laja Alta son, en realidad, galeras pintadas entre los siglos XII y XIV.

A través de un Trabajo de Fin de Máster, avalado en las investigaciones del Grupo de Estudio de las Formaciones Sociales de la Prehistoria Reciente de la UCA, la hipótesis daba un vuelco a lo creído hasta el momento.

«Todos aquellos elementos técnicos que han servido para adjudicar una cronología prehistórica de las naves pueden justificarse y encajar con los conocimientos que tenemos de la tecnología naval medieval», explicó al respecto en 2020 María Lazarich, doctora y directora del grupo de investigación. Ésta ponía el foco (y la incertidumbre) en «las falsificaciones rupestres existentes de tiempo prehistórico» y los «trazos con continuidad fuera de costras fosilizadas sobre roturas de panel, que hasta ahora habían pasado desapercibidas» en las cuevas. La tesis, propuso, tendría que «hacer reflexionar sobre la antigüedad de estas naves».

En definitiva, se trataba de un jaque a la investigación de Morgado y que podría tener incluso su incidencia social, en tanto que la idea que se tenía del máximo baluarte del pueblo de Jimena desde su descubrimiento en los años 80, caería de seguir en esa línea.

Morgado contraataca con firmeza respecto a esta última investigación. «Nosotros creemos que eso ya está superado. La diferencia está —subraya— entre la datación relativa de este último estudio, es decir, la comparación entre lo que se sabe que hay y lo que no, y la datación absoluta aportada por el equipo de Morgado, basada en los resultados de técnicas concretas para fechar los objetos de estudio. El investigador granadino, es más, anuncia que trabaja en una nueva publicación que vendría a terminar con el debate en los próximos meses en base a este tipo de datación.

El eje de la polémica, en resumen, se basa en que de confirmarse con esta nueva investigación que se trata de pinturas rupestres del 4.000 a.C., hablamos de un lugar único en toda Europa. Eso es lo que hace al abrigo especial y, al mismo tiempo, pone todas las dudas sobre la mesa.

En ese sentido, lo más problemático en el corto plazo tiene que ver con la preservación misma del lugar. Parte de los datos recogidos en 2018 implican que el abrigo se está deteriorando por la erosión continua del levante. Y necesitan ya un proyecto de conservación que permita seguir investigando de cuándo vienen.

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