martes, 12 de abril de 2022

"La guerra de Ucrania, una puñalada al liberalismo económico", por Enrique Alonso

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La guerra de Ucrania, una puñalada al liberalismo económico

No creo equivocarme cuando escribo que una gran mayoría pensábamos que, en Europa las guerras imperialistas o nacionalistas ya estaban superadas en el siglo XXI. Pero la invasión de Rusia a Ucrania nos demuestra que nada ha cambiado desde nuestra existencia en la tierra.

Desde que el ser humano se dio cuenta que era más fácil invadir la tribu vecina y apropiarse de sus recursos que trabajar para obtenerlos, no hemos parado de utilizar la violencia como medio de obtener esos recursos ajenos. Hasta la última gran guerra del siglo XX, todas las invasiones, romanas, árabes, españolas, francesas, alemanas…  se basaban en esquilmar los bienes ajenos, por medio de la fuerza que da la agresividad nacionalista.

Al terminar la II Guerra Mundial, el capital se dio cuenta que el mundo tenía suficiente cultura y conocimientos para no dejarse engañar al usar el nacionalismo o imperialismo como método coercitivo, para esquilmar los recursos económicos ajenos. Por eso, en ese nuevo orden mundial nacido en la posguerra, los dueños del dinero en el mundo occidental abandonaron las ideas nacionalistas al servicio del capital y se apropiaron de la idea política del liberalismo, que también está al servicio del capital, pero que utiliza medios “pacíficos” para enriquecerse.

Después de la II Guerra Mundial, surgió un nuevo “orden mundial bipolar”. Por una parte (occidente) cambió el nacionalismo por el liberalismo, la otra parte (Europa oriental) mantuvo el nacionalismo en su versión comunista, hasta 1991 que cayó urss, transformándose en la Rusia que abrazó el liberalismo, renunciando a su nacionalismo como método económico.

El capital, utilizando las ideas liberales, inventó una nueva arma como invasión pacífica “la globalización” con esta nueva idea se podía invadir toda la tierra, sin necesidad de utilizar las armas bélicas. Cada país tenía un sitio y una misión en este mundo globalizado. Esto ha sido así durante 75 años, hasta que Rusia ha utilizado de nuevo su viejo sentimiento nacionalista para apropiarse de los recursos económicos de Ucrania, dando una puñalada al capitalismo liberal que le acogió. Con la invasión de Ucrania, ha desatado un nuevo desorden mundial y la muy posible desaparición de la globalización como bazar común, por la vuelta a la bipolarización económica mundial. Rusia ha dejado de ser un socio de fiar en la economía liberal y tiene que ser apartada.

Ese concepto liberal de la economía llamada globalización que, solo globalizó a los multimillonarios, mientras dejaba crecer la desigualdad entre los trabajadores, hemos alimentado un monstruo que ahora nos está devorando. La guerra de Ucrania nos ha enseñado los peligros de este gran bazar mundial que es la globalización: la dependencia comercial de Europa de Rusia, China, India que, hasta la invasión de Ucrania nos decían que en Europa vivíamos muy bien, gracias a esos países, porque fabricaban las cosas muy baratas. Con la invasión rusa ya no es así, esos países con la invasión a Ucrania, no se han posicionado con occidente y tampoco son de fiar.

 Con el embargo económico, nos hemos dado cuenta de que los microchips, para la alta tecnología no se fabrican en Europa, solo se fabrican en los países de China, Japón y Corea del Sur, tampoco a nadie pareció inquietarse que en Europa no se produjese gas o petróleo que hace que estemos en las manos de Rusia, que era la encargada en la globalización de suministrar la energía a Europa, o hasta que no llegó la pandemia no nos dimos cuenta en Europa, de que solo China fabricaba mascarillas. Ahora nos damos cuenta de que la globalización es el monstruo pacifico que inventaron para que “viviéramos mejor” y resulta que nos puede devorar si el mundo no actúa rápido para evitarlo.

La puñalada que ha dado en Ucrania el viejo nacionalismo económico ruso, al liberalismo económico globalizado, ha dejado en estado de muerte a nuestro orden mundial que hemos tenido durante 75 años. De este desorden mundial que estamos viviendo, tiene que surgir el nuevo orden para el siglo XXI, de sus cenizas, surgirá como el ave Fénix, un nuevo orden que sustituya a la globalización como sistema de producción y consumo en el mundo.

Cuando se callen las armas en Ucrania, surgirá el nuevo orden del siglo XXI. Tendremos que elegir entre el “orden del más fuerte”, y volver al  mundo bipolar (cada país se tendrá que armar hasta los dientes, para ser el más fuerte en ese nuevo orden bipolar del mundo) o en el “orden social” que impere los ideales de paz y justicia como meta común, no como un bazar o mercado, sino como una gran casa donde podamos vivir todos, por igual.

 Mucho tendrá que evolucionar el egoísmo de los seres humanos en su manifestación económica, para cambiar y unificar miles de leyes en el mundo para alejarse del orden bipolar y elegir el “nuevo orden social” para que vivamos en la paz y en justicia social, en esa casa común llamada tierra.

Nuestro egoísmo tiende a volver al orden bipolar donde la ley, será la fuerza y el miedo en ese mundo dividido en dos partes con armas atómicas "Rusia - Estados Unidos" . Como prueba de que caminamos hacía ese mundo, es el aumento de la extrema derecha en todo el mundo. Después de un millón de años de nuestra evolución como homo sapiens, todo esto que estamos viviendo, nos llevará a un retroceso en nuestra convivencia a nuestros valores y a un enfrentamiento o alineamiento bipolar del mundo, separado por un nuevo telón de acero y la intolerancia de la ultraderecha.

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2 comentarios:

E.Alonso dijo...

Cuando Ucrania era una República Socialista Soviética de la URSS, estaba considerada como el granero de la Unión Soviética, ahora que es un país de Europa, es el granero de Europa. Siempre ha sido una tierra muy fértil que ha quitado el hambre de muchos países.

A parte de su potencia agrícola, Ucrania es una mina en “tierras raras”, recursos imprescindibles para la alta tecnología. Ucrania es por tanto un territorio de gran potencial de metales raros, sus recursos de estos elementos son los más grandes de Europa. Con 22 formaciones de metales raros como, zirconio, litio, tantalio, niobio, berilio, galio, grafito, rhenium, titanio…, pero sobre todo destacan los yacimientos de manganeso que representan la tercera reserva más importante del mundo. Todas estas riquezas, están en la zona sur y en el este de Ucrania, “por pura casualidad” es la parte que se quiere quedar Rusia.

Esta es la verdadera y única razón de la invasión de Rusia, las demás razones como: el lenguaje, neonazismo en el país y la OTAN son simplezas banales para justificar una invasión que no quiere aparentar que sea una invasión económica.

E.Alonso dijo...

La COVID 19 se alía con Occidente.

Moscú está a punto de no poder pagar su deuda pública y la única opción para evitar entrar en el default, es echarse en brazos de China, eso sería catastrófico para los intereses de Europa.

China por miedo a un rebrote de la COVID 19 con la variante ómicron ha devuelto al país a un confinamiento masivo y ha puesto en alerta a su economía, con lo que se pensará muy mucho en salvar a Rusia del impago de su deuda pública en dólares. ¿Esto se pudiera considerar un arma biológica? A veces los virus actúan como amigos.