lunes, 25 de mayo de 2015

"Hacia el II Reencuentro de los Clubes de Jimena el próximo sábado", por Ignacio Trillo

Ignacio Trillo en su Jimena natal el pasado octubre en el I Reencuentro.
El próximo sábado se celebra el II Reencuentro de los Clubes de Jimena.
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Ignacio Trillo, uno de sus promotores escribe este interesante artículo que retrata a Jimena, sus gentes y su juventud en los años sesenta.
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HUBO un tiempo en que Jimena de la Frontera se hallaba en transición, pero en aquel entonces entre la postguerra y el atisbo a la modernidad.
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***Álbum con fotos y vídeo del I Reencuentro
*** Álbum de fotos antiguas de la época.

Aún se presentada y además sus gentes coexistían inmersos en el blanco y negro, como los flamantes televisores que, empezando por el de María de San Pablo, entraban ya en las repisas de los bares y en los comedores de las casas por primera vez.
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Igualmente, se habían abierto las puertas de la costa al turismo internacional, también en Jimena a la sangría emigratoria para ganarse el pan con destino a otras tierras extrañas y lejanas, comenzando a ir a menos la población activa campera del pueblo

No obstante, los paisanos hacían pinitos por asomarse a un escenario multicolor, semejante al que había aparecido en la pantalla de Cinemascope de la sala Capítol de Antonio Ramos, único escaparate existente con el que se veía como era el mundo, más allá de los folletines radiofónicos de lacrimógenos efectos colaterales en los pómulos de nuestras madres. A falta de películas de destapes que fueran calificadas 4R, gravemente peligrosas, por la censura eclesiástica, hacían furor las cintas americanas del Oeste, o de vida fantástica con cochazos y lujos por doquier con que aparentaba que vivían en ese millonario continente otras privilegiadas gentes que, en la parte norte de su geografía, gozaban de tanto progreso, felicidad y hasta de pecaminosas mujeres rubias, como Marilyn Monroe.

También para entonces y ya en verano se empezaban a ver los domingos por la mañana a algunos jimenatos en la playa de El Rinconcillo, dispuestos a ponerse la piel colorá como un pimiento rojo por los rayos del sol, e incluso los solterones, mayores que nosotros, osaban ir con destino a las playas de Manilva o Tarifa a observar desde la distancia a las descocadas suecas que empezaban a aflorar en bikinis.

Coincidía esa época con el transcurrir de la mitad de la década musical prodigiosa de los sesenta, y las canciones con nuevos ritmos, a falta de otros escapes, irrumpieron entre la adolescencia con un arrebato e ímpetu desconocidos con anterioridad.

En ese ambiente, ocurrió que unos muchachitos quinceañeros, en aquel momento la mayoría de edad estaba en 21 años, contribuyeron decisivamente a dar un gran salto generacional, rompiendo moldes al amparo de la creación de dos clubes juveniles: “Los Boys Scouts” y “Los Soñadores”, bajo el favor parroquial pero sin dogmáticas injerencias místicas ni de catequesis. 

Tuvimos, como elementos comunes que nos cohesionó: el compañerismo, la gastronomía sobre un mismo mantel de hule o papel, y sobre todo la música con el moderno y revolucionario picú, la nueva tecnología milagrosa de entonces, que con discos comerciales de vinilo, o de plásticos publicitarios de detergentes o bebidas, habían sustituido con nítido y mejor sonido a la gramola y a los pesados redondeles de pizarra con el sello del perro de la voz de su amo.

Y de fondo para esa cohesión juvenil, las atrayentes relaciones con las niñas de nuestra edad, fijando la atención y vacilando con los nuevos atuendos textiles que vestíamos, minifalderas en el caso de ellas, o, en plan bisex, anchos pantalones como tubos de Uralita acabados a la altura del tobillo en campanas, recorriendo como pasarelas las cuestas de las calles jimenatas, y coronada la nueva estética en nuestros extremos coronales con melenas planchadas que alisaban arrobas de pelos que dejábamos alcanzar los hombros, nada de las coletas de hoy, cuando no, patillas al estilo bandolero y en algunos casos poblados bigotes caídos sobre los extremos de las comisuras labiales; todo exigible por la moda ye-ye imperante, al que le acompasada el trasfondo músico-mítico de la “beatlemanía”, que tanto escándalo y enfado causaban en nuestras comedidas y correctas familias. 

Los acelerados bailes con los dinámicos “twists”, que tenían su precedente en el “rock and roll” anglosajón, hacían estragos en nuestras pistas de bailes improvisadas que llamábamos guateques. Sin trances de interrupciones, eran alternados por la música romántica bailada en la intimidad de pareja, que bajo la blanca palidez de una linda y frágil figura femenina en desarrollo, a la que le latía excesivamente el corazón, nerviosa y disimulando emociones, cuando la tenue luz era obligada para crear ambiente, de cara a que hechos una piña, nos moviéramos lentamente sin salirnos del mismo ladrillo o loseta donde empezó la pieza musical, fuera de Salvatore Adamo o de Matt Monro, y con ello pretendiendo ese trabajado contacto físico entre sexos entonces únicamente complementarios.

El baile, en tan puritana época, era considerado como el único lugar en público donde un hombre toca, magrea o abraza a una mujer pasando los dos desapercibidos. En la calle realizarlo hubiera sido impensable. Asimismo, como respuesta, los lozanos aspirantes a convertirnos pronto en varones mayores teníamos que acostumbrarnos a sufrir en el pecho o en las costillas las durezas de los codos de la candidata resistente a que se produjera un excesivo acercamiento que elevara algunos centígrados la temperatura ambiental corporal. La represión entonces era brutal y las válvulas o técnicas de escapes que se empleaban inenarrables.

Hoy esta historia, protagonizada por aquellos menores de edad, algunos aún imberbes, para los que no la vivieron, puede resultarles simple y fuera de cualquier excepcionalidad, típica de la época. Sin embargo, no fue así. 

Partíamos de oscuras y primarias sombras. Así, dejamos, como había sido tradicional hasta entonces, de rivalizar, a pedrada limpia, entre un separado, social y políticamente, barrio arriba y barrio abajo, o viceversa ¿Quién de aquella generación, aún más en las anteriores, no tiene una pitera en la cabeza, en la frente o en la pierna, producto de esas rudimentarias y salvajadas contiendas desarrolladas con citas previas en los alrededores del pueblo en las que ambos barrios se enzarzaban? Hasta aquel instante, las peleas, las hondas hechas de sogas, desde donde se lanzaban las chinas o los pedruscos, o las flechas con rudimentarios arcos, no podían faltar, o en el cuerpo a cuerpo las patadas en las espinillas, en esa hostilidad de enemistad manifiesta entre ambos grupos sociales que tenían el lugar geográfico de nacimiento, más a lo alto o mas debajo de las cuatro esquinas del bar España como origen de identidad. 

Por el contrario, todo cambió una vez puestos en marcha ambos clubes. Se empezó a competir inicialmente cada uno por su lado pero de forma pacífica para la organización de excursiones, cacerías con trampas o escopetillas de plomo, comidas, fiestas y bailes, hasta dar el siguiente paso encaminado a la confraternización.

En aquellos momentos representaron estos cambios una gesta. Esos pequeños pasos, en los jóvenes de hoy que no conocieron aquella sociedad tan cerrada, les sería imposible interpretarlos, sin embargo constituyeron auténticas epopeyas de rebeldía en un entorno tremendamente hostil para la mezcolanza social, la mudanza, la innovación o la asunción de nuevas modas o gustos musicales. Todo lo anterior que ya era obsoleto, como pelar la pava separado por una reja entre noviazgos, se nos presentaba para que lo reprodujéramos sin modificación alguna, con el mensaje de que había sido de idéntica forma durante siglos.

En esta línea, nuestra irrupción generacional, encarnaba más que un síntoma de que estábamos zarandeando los pétreos cimientos de una comunidad tremendamente conservadora, fuera cuales fuera la ideología mamada o el bando que le hubiera tocado nacer, que estuvo instalada anteriormente en la rutina milenaria, a la vez que fuimos levantando tremendas ampollas en el seno de familias que nos habían educado en el apartheid y en la resignación de que nada podía o debía cambiar.

En este sentido, ninguno de nuestros mayores era consciente de que la nueva cultura igualatoria que se estaba implantando entre la juventud de Jimena, sin ser consciente estaba a nivel de los fenómenos de adolescentes que igualmente se daban en Europa, continente del que no se sentían partícipes y que lo veían como si se encontrara a años luz de distancia, sobre todo entre la mocedad angloamericana, y que más temprano que tarde, estaba siendo asumida por estos chavalillos de tan serrano pueblo, situado al sur del sur de un mundo que entonces acababa en Los Pirineos.

Cómo olvidar aquí la enorme ayuda que nos significó radio Gibraltar a la hora de ver la vida y la música de otra manera. Sin rival que lo emulara, Jimena fue, con aquellos chavales, y hasta varios años después, esa adelantada de una modernidad que por el contrario no calaría ni se extendería a los demás pueblos colindantes de la serranía de Cádiz y de Málaga.
Más tarde, la emigración laboral por falta de trabajo y de expectativas de futuro para la mano de obra juvenil, cualificada o no, o la estudiantil, en Jimena no se podía estudiar más allá de la reválida del cuarto de bachiller ante la carencia de Instituto e incluso de cuadro de maestros que osaran a preparar a alumnos para luego examinarse por libre en Algeciras, hizo por su vaciamiento languidecer hasta llegar a desaparecer esos dos clubes, hasta entonces espacios social y lúdicamente plenos de actividad.

Pues bien, pasado casi medio siglo de aquello, con gran éxito de convocatoria, setenta y cinco jimenatos, ya un poco más estropeados y arrugados que entonces, pero con las mismas ganar e ilusión sobre todo de compartir historias del presente y saber de los recorridos que fueron de cada uno y cada una, se produjo el esperado y ansiado reencuentro, procediendo de los distintos orígenes y destinos y de las diversas faenas laborales o jubilares, con o sin la pre delante, que nos tienen ocupados, para volvernos a ver y compartir un día inolvidable junto a los que siempre residenciaron en Jimena.

No podía ser otro jornada cualquiera que el pasado doce de Octubre del 2014, donde antiguamente se exaltaba la festividad como día de la Raza, en conmemoración al descubrimiento de América por las huestes del Reino de Castilla, así como por su colonización para la salvación divina de las almas de aquellos pobres indios que hasta entonces no conocían al Dios de los católicos. En nuestro caso, el encuentro no era de una raza superior ni para salvar a nadie, sino la de una espécimen generacional muy especial de jimenatos que antaño y por primera vez hicieron tabla rasa de cuestas, de pendientes y geografías callejeras o fronterizas esquinas, como orígenes de cuna, para fundir el barrio de arriba con el de abajo y viceversa, a la vez que para romper ancestrales prejuicios y también a superando reales diferencias sociales de cara a emprender el camino de la convivencia pacífica compartiendo las parcelas de vidas en común que unían.

Y ese reencuentro no solo resultó un éxito sino que además supo a poco. https://www.youtube.com/watch?t=674&v=W82roQCEZ_s Por ello, el próximo sábado, treinta de mayo, a partir de las doce de la mañana, en tardía primavera pero antes de que llegue el día cuarenta y el calor nos haga quitar el sayo para emprender temporal camino de asuetos, playeros o vacacionales, esperando esta vez que la lluvia intermitente del pasado día otoñal no aparezca, nos volveremos a ver en el mismo sitio de cruce -entre Jimena, La Estación y San Pablo, y gracias nuevamente a la generosa acogida de Manolo Gavilán en el desahogado espacio que posee- para compartir abrazos, emociones, gastronomía, charloteos, y… también música, sobre todo buena armonía de revival, y hasta en directo, tal vez lo que se echó en falta en la anterior cita.

En consecuencia, que estamos convocados de nuevo, y que para reforzar, fortalecer y estrechar el nuevo reencuentro, vamos a contar con la esplendidez del jimenato grupo musical OBA, que nos va a extasiar con las versiones musicales partiendo de aquel ayer, catapultándonos en su recorrido pentagrámico de la época sesentona al cancionero de hoy. Y en esta ocasión, tampoco hay ninguna excusa para que alguien falle.
Así pues, hasta pronto. Nos vemos.

Convocantes. Por “Los Boys Scouts”: Juan Ignacio Trillo Huertas. Por “Los Soñadores”: Gabriel Meléndez Duarte
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ANEXO 1: OTROS POST ESCRITOS INTERRELACIONADOS CON MI VIVENCIA EN LA JIMENA DE LA FRONTERA QUE ME VIO NACER Y CRECER

CUANDO DE NIÑO ME FUI DE CINE  (un apunte biográfico de mi infancia con la actriz sueca, Anita Ekberg, el español Fernando Fernán Gómez y el italiano, Vitorio de Sica)https://ignaciotrillo.wordpress.com/2012/10/02/11624/

LA TRAGEDIA TAURINA DE JIMENA EN 1961 (murieron dos gibraltareños y quedó herida la hija del primer ministro británico Macmillan) https://ignaciotrillo.wordpress.com/2013/02/05/14892/

CÓMO ÉRAMOS: ADOLESCENCIA, SCOUT Y MÚSICA (contiene la música que oíamos de Radio Gibraltar y los discos de vinilo que nos llegaban desde El Peñón) https://ignaciotrillo.wordpress.com/2012/11/01/12928/

CRISIS ECONÓMICA Y EMIGRACIÓN EN JIMENA  (La dura emigración jimenata que se iniciara a principios de los sesenta, a la luz de la crisis económica de hoy):  http://linkis.com/wordpress.com/GIy3c

CÓMO LLEGÓ LA IIª REPÚBLICA Y SU PRIMER ALCALDE A MI PUEBLO (La sencilla historia sobre cómo se enteraron radiofónicamente de la llegada de este evento)  https://ignaciotrillo.wordpress.com/2012/04/14/6767/

MI PESADILLA CON WERT (el relato a través del sueño sobre el modelo de enseñanza bajo el franquismo y que al parecer tenemos que volver)   https://ignaciotrillo.wordpress.com/2012/03/18/6032/

GIBRALTAR, ESA GRAN COARTADA DE RAJOY: (De la misma forma que lo utilizó Franco cuando se veía exteriormente presionada su Dictadura para que diera paso a la democratización, al igual lo ha empleado Rajoy cuando se ha visto en aprietos en los casos de corrupción que fatalmente corroen al PP)  https://ignaciotrillo.wordpress.com/2013/08/12/18762/

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DOS ÁLBUMES DE FOTOS Y VÍDEO DE GABRIEL MELÉNDEZ DUARTE

>>> ÁLBUM CON MÁS DE 260 FOTOS DEL I REENCUENTRO EN PASADO MES DE OCTUBRE.

>>> ÁLBUM CON MAS DE 80 FOTOS ANTIGUAS DE LA ÉPOCA DE ESTOS CLUBES JIMENATOS.

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