lunes, 6 de enero de 2014

"El tesoro de un pueblo. El piñonate de Jimena", por Francisco Jiménez "Currini"

Currini afanado en su piñonate.
Del blog Reflexiones de Francisco Jiménez "Currini".
Cuando yo era un niño hace ya más de 50 años, la verdad es que escaseaban bastante los dulces y aunque había una confitería que los elaboraba con bastante exquisitez, solíamos comprarlos poquísimo porque el dinero( como digo siempre) se necesitaba para el puchero ó las “papas fritas con tomate".

En Jimena la gente humilde  tenía la forma de paliar esta escasez del dulces, en el verdadero sentido de la palabra.

Con un poco de harina, un chorreón de aguardiente y un poco de miel, se hacían en invierno en casi todas las casas, de vez en cuando, unas “tortas fritas”, unos “borrachones”, unos “rosquitos de aguardiente” y unos “mantecaos” que además de darle a las calles del pueblo un olor especial, permitía  el que nos reuniésemos alrededor de los lebrillos  tapados con aquellos paños blancos y veías como se repartían platos y platos a los vecinos para que disfrutasen y compartiesen lo que había.
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 A partir de estas fechas,cuando entran los fríos y se acerca la Navidad, era cuando más se apetecía el hacer en las casas estos dulces caseros que además concentraba a las vecinas prestas siempre a echar una mano.

El Piñonate, era el hermano mayor  sin discusión alguna, de los dulces hogareños y no todo el mundo podía permitirse el hacerlo con tanta frecuencia, porque sus ingredientes resultaban un poco caro, sobre todo porque necesitaba una gran cantidad de huevos, almendras y aliños, siendo el precio de estos  bastante elevado.

Aquello de hacer piñonate en una casa era un verdadero ritual y cuando realmente se hacía era para la boda de algún familiar, a veces en Navidad y también para regalar  o enviarlo a familiares  que vivían fuera de la localidad.
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 Considero que el “piñonate” es como un tesoro que se guarda en el pueblo y aunque van transcurriendo los años, siempre hay personas que tienen su receta y de cuando en cuando lo hacen de forma primorosa, sin querer desdeñar ni mucho menos los que se hacen en las panaderias y confiterias jimenatas que son los que suelo tomar con mis amigos Los Miercoleros.

El Ayuntamiento del Pueblo, colabora en mantener la tradición y en más de una fiesta local, se reparte el piñonate a los visitantes como el mejor regalo que se puede hacer.

En el Google hay una página estupenda donde un grupo de jóvenes  se suelen reunir por Navidad en Jimena y detallan paso a paso y de forma ilustrada como se hace el piñonate y me ha encantado tanto que no puedo por mas que tomar su receta  prestada y ponerla en este vuestro blog por si algún dia de frio y lluvia os da por intentarlo.
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Receta
La receta no es muy precisa debido a sus variaciones. En  la localidad campogibraltareña de Jimena de la Frontera se elabora a base de rociados de miel recogida en las colmenas cercanas, además de harina, huevo, aceite de oliva, aguardiente, almendras, piñones, ajonjolí, canela, clavo, matalaúva y cáscara de naranja.
Ingredientes
Masa: 4 huevos, dos huevos de aceite, un huevo de aguardiente, 1/2 kilo de harina. (Se usa un huevo vacío como medida). Aliño: 1/2 puñado de almendras tostadas y molidas, 1/2 puñado de piñones tostados y molidos, 1/2 puñado de ajonjolí tostado ligeramente y molido (al tostarlo tapar, pues salta), 1/2 puñado de matalauva tostada y molida, 1 rama y media de canela y un clavo tostados ligeramente y molidos (para tostarla deshacer la canela en trocitos, remover mientras se encuentra en el fuego) y un trozo de piel de naranja ligeramente tostada y molida. Miel: 1/2 litro a punto de bola (o caramelo). Y un poco más para adornar (ésta no es necesario que esté a punto de bola). Aceite para freír la masa.
Preparación
Se mezclan los huevos, el aceite y el aguardiente en un recipiente y se baten con una batidora. Se le añade la harina y se amasa hasta que la masa no quede ni blanda ni dura. Se deja reposar dos horas. Se hacen fideos (churros) largos de un centímetro de diámetro aproximadamente con esta masa, y se fríen en abundante aceite caliente. Para poder freírlos más rápidamente podemos dar a los churros forma de acordeón (zig zag). Se fríen los churros. La masa frita se desmenuza. Los ingredientes del aliño se tuestan y se muelen por separado. Se mezclan los ingredientes molidos del aliño y se añaden a la masa frita que tenemos en el recipiente. La miel se pone a punto de bola. Para ello la hervimos durante un buen rato. Estará lista cuando vertamos una gota de miel en un vaso de agua fría y la gota quede formando una bola que no se deshará entre los dedos. Entonces retiramos del fuego y vertemos sobre la mezcla de masa y aliño removiendo para que se mezcle todo. Añadimos un poco de harina ligeramente tostada y terminamos de mezclar. Se vierte esta mezcla en los moldes presionando fuertemente con una maza. Debe quedar muy apretado. Se desmoldan y se adornan los piñonates con un poco de miel, almendras fileteadas, piñones y grageas de caramelo. Los moldes más adecuados son de madera, cuadrados de una cuarta de lado y unos cinco centímetros de alto.

Las medidas de dos huevos de aceite y un huevo de aguardiente, se refiere a un huevo de gallina de tamaño normal que era la medida antigua que siempre se utilizó en el pueblo.

Esto de hacer piñonate es un reto que  teníamos que afrontar alguna vez “Los Miercoleros” y como veis lo afrontamos..... hicimos piñonate exquisito a lo antiguo bajo la dirección de mi prima Catalina Jiménez Bueno y con la ayuda especial de mi hermano José Jiménez " El Letri".

Un abrazo.
Currini
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1 comentario:

Anónimo dijo...

¡Muy bueno, Currini, haber si llegamos a la receta original y su procedencia, pues seguimos creyendo que es mora y a lo mejor no lo es!.