miércoles, 21 de abril de 2010

Un vecino de Jimena narra para una producción francesa sus vivencias en el campo de concentración de Rivesaltes

Nota de prensa del Ayuntamiento de Jimena.
La pasada semana, un equipo cinematográfico francés encabezado por el director José Jornet, se desplazó a Jimena para grabar una entrevista al jimenato Joaquín López Morales, quien durante varios años estuvo recluído en el campo de refugiados francés de Rivesaltes, situado cerca de la frontera con España, un lugar que ahora pretende rehabilitarse como museo.
Jornet pretende recopilar el testimonio de personas que se vieron empujadas hacia un campamento de refugiados y campo de concentración que ha marcado la historia reciente de su región desde su creación en 1939. El lugar, clausurado en 2007, está siendo convertido en un centro de recuerdo y recuperación de la memoria histórica, gracias al empeño personal del presidente del Consejo General de los Pirineos Orientales Christian Bourquin.
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-Estado actual del campo de refugiados-

A lo largo de su historia, por estas instalaciones pasaron decenas de miles de refugiados y prisioneros españoles, judíos, gitanos, alemanes, soviéticos, argelinos y prisioneros de las colonias, según la coyuntura histórica de cada momento.
El Camp Joffre de Rivesaltes fue una base militar del ejército francés construida en 1938 sobre unos terrenos despoblados de las comunas francesas de Rivesaltes y Salces
Su primer objetivo fue el de instruir a las tropas francesas de ultramar. Sin embargo, los acontecimientos históricos internacionales convirtieron aquellas instalaciones en un campo de refugiados donde terminaron confinados 15.000 españoles que habían luchado en la Guerra Civil en el bando republicano y que se vieron obligados a huir tras la caída del frente de Cataluña.
A partir de 1942, la colaboración del gobierno de Vichy con las autoridades alemanas aumentó la presión sobre la población judía en la llamada zona libre, llevando a la adopción de diversos decretos para su segregación y en muchos casos, su deportación a campos de exterminio en Alemania. Los judíos fueron enviados al campo de Drancy, los gitanos al de Saliers y los españoles al de Gurs.
Concluída la II Guerra Mundial, Rivesaltes se llenó con los prisioneros de guerra capturados por los franceses, principalmente alemanes, muchos de los cuales fallecieron en el interior de sus instalaciones.
En la historia negra de Rivesaltes figura también el haber sido campo de internamiento de desplazados por la guerra de Argelia así como refugiados coloniales llegados desde Guinea o Vietnam del Norte. En sus últimos años, el viejo campo de concentración fue usado como centro de internamiento de inmigrantes ilegales.
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