“UN LLANTO GENERAL” POR EL JOVEN SEBASTIÁN CONDE GODINO (1920-1936).
El domingo 6 de Octubre de 2024, se cumplió el 88 aniversario del trágico asesinato de este joven jimenato.
A Sebastián Conde Godino, lo fusilaron en Jimena de la Frontera cuando tan solo tenía 16 años, sin ningún tipo de delito reconocido ni juicio previo.
Sebastián nació una mañana de Navidad, el 2 de enero de 1920, en la Calle La Loba de Jimena de la Frontera (Cádiz). Su padre, Sebastián Conde Camacho, era Trabajador del Campo y tenía 38 años. Su madre, Francisca Godino García tenía 20 años.
Durante los siguientes años nacieron las 3 hermanas de Sebastián, Rosa en 1925, Francisca en 1928 y María en 1931.
Según el censo municipal del Ayuntamiento de Jimena de la Frontera de Junio de 1936, elaborado un mes antes de la Sublevación Militar Fascista, Sebastián Conde Godino vivía con su familia en el nº 11 la Calle Galán y Hernández (actualmente serían las viviendas del Paseo o Plaza de la Constitución). Fue un niño que estuvo en la escuela, ya que según se desprende del censo oficial, tanto él como su hermana Rosa eran alfabetos.
Según testimonios orales del pueblo, Sebastián era un joven inquieto y jovial que, entre otras actividades, distribuía entre los vecinos la prensa republicana.
La familia de Sebastián, a diferencia de otras muchas jimenatas que se marcharon en la denominada “Huía” hacia Málaga, en el verano de 1936 no abandonó nunca Jimena de la Frontera. Tras la toma de Jimena el 28 de septiembre de 1936, por las fuerzas militares rebeldes y el apoyo de familias de derechas del pueblo, Sebastián es detenido el 3 de octubre y encarcelado en las celdas del Juzgado ubicado entonces muy cerca de su casa. Según la memoria oral de los vecinos, la detención se justificó por imputarle al joven la participación en la quema y posterior jubileo de alguna de las 2 iglesias del pueblo que fueron saqueadas.
Durante los 3 días de la detención la madre de Sebastián, Francisca Godino, al vivir muy cerca del Juzgado estuvo pendiente de cualquier movimiento, además de llevarle comida a su hijo durante los días de cautiverio, por las noches no dormía pendiente de cualquier “movimiento” en el Juzgado con su hijo.
La angustia y la incertidumbre durante esos 3 días provocó que en la madrugada del día 6 de octubre de 1936, el día en que se llevaron a su hijo con destino al cementerio ante el pelotón de fusilamiento, Francisca se quedó dormida sin poder oír los gritos desgarrados que durante todo el camino de su “calvario”, Sebastián iba dando ante la certidumbre de su muerte.
En el trágico final de Sebastián en la madrugada del 6 de octubre, también le acompañaban otros 3 hombres adultos encarcelados en las celdas del Ayuntamiento, Pascual Collado Jiménez, Industrial del Comercio de la harina de 48 años, y Diego Rodríguez Rodríguez, jornalero del campo de 38 años y Salvador Valenzuela Pro, también jornalero del campo de 36 años, los cuatro iban atados con alambres. Según relatan los testimonios orales llegados a la familia de Pascual Collado Jiménez, el joven Sebastián Conde gritaba desconsoladamente por su madre, y que en un momento de la subida al cementerio, Pascual Collado insultó a los carceleros que los custodiaban, que “si no les daba vergüenza en asesinar a un niño tan joven”, y que “ya no subían más (a la altura del arco del reloj, una de las entradas al Castillo), que si tenían que matarlos que los mataran allí”. Los tiros del asesinato de las 4 víctimas fueron oídos por los vecinos de las calles colindantes, y la madre de Sebastián se volvió “loca” tras conocer en la mañana que a su hijo lo habían matado esa misma madrugada.
En los días siguientes a la toma de Jimena por las fuerzas rebeldes y tras los primeros fusilamientos, se realizaron misas para honrar la sublevación de los militares en la Iglesia de Santa María la Coronada, ubicada en las inmediaciones de la vivienda de la familia de Sebastián, y según los testimonios orales Francisca Godino, enloquecida por el asesinato de su hijo insultó con palabras de “asesinos” a los militares que asistían a la misa que era pública en los aledaños de la iglesia. Francisca Godino, fue detenida, pelada, la hicieron tomar aceite de recino y la encarcelaron.
El recuerdo de aquel crimen sobre Sebastián Conde Godino y otras tantas personas no quedó en el olvido y entre las familias que lo sufrieron, y los testimonios orales de esa información se mantuvo en la memoria a pesar de la brutal represión, y el miedo y el silencio que provocó posteriormente en el pueblo, miedo y silencio que a pesar de las libertades y democracia existentes, hasta hace muy poco tiempo ha perdurado en muchas familias.
Pero ese silencio y miedo público, implantado en Jimena de la Frontera desde el otoño de 1936, se rompió un 26 de noviembre de 1977, cuando el poeta y escritor jimenato Diego Bautista Prieto redactó un poema llamado “Un Llanto General”, donde denuncia el asesinato de Sebastián Conde Godino, 41 años después y recobradas gran parte de las libertades públicas con la llegada de la incipiente democracia a nuestro país. Este poema fue publicado posteriormente, para general conocimiento de todo el pueblo, en el libro de la Feria de Agosto de 1980 de Jimena de la Frontera.
Ojalá algún día puedan ser recuperados e identificados los restos de Sebastián Conde Godino y de cada uno de los represaliados en el municipio de Jimena de la Frontera. Recuperación e identificación de personas que fueron víctimas por una represión ávida de sangre y de odio, para que nunca caiga en el olvido y para enseñanza de las nuevas generaciones de jimenatos y andaluces de lo que no debe volver a repetirse.
No los olvidamos. Siempre presentes.
Jimena de la Frontera 5 de Octubre de 2024. Fdo. Pascual Luis Collado Saraiva.
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