martes, 19 de mayo de 2020

"Libertad de risa torera", por Cristóbal Moreno "El Pipeta"

LIBERTAD DE RISA TORERA
La desescalada avisa cachonda de que solo buscamos a la libertad.
Libertad cohibida que nos van soltando con un necesario cuenta gotas. Algo locos esos regalos forzados por hostigamientos de la economía. Es un frío manto de semiesclavitud con ventanas abiertas al aire, desde donde se observan a las calles descafeinadas. Tiempo que alerta a la inconciencia por la indecisa conciencia de lo desconocido. Tiempo infectado por el Covid-19, que mata al miedo en la soledad injusta de la vejez. La juventud acusada por sus años inocentes como portadores, y acosada hasta demostrarnos su responsable obediencia y valentía, resulta que tampoco son indemne.

El miura, que no aguanta caricias ni bromas, ni brama ni se le ve; el principio de su cornada no se siente por igual ni de misma forma en la gente. Poca son las armas que hay para combatirlo porque se aprovecha de la ignorancia, de la imprudencia y de la costumbre con sus armaduras de recambio.

Algunos inconscientes maletillas se arrojan descubiertos a la arena, y saltan la barrera por encima del pasillo, ignorando a los burladeros y a los policías de ésta difícil plaza tan grande como el planeta.

El toreo es peligro, y peligro es torear a un toro con cien cuernos, de casta no amaestrada, y amañada en su mezcla de razas.

No hay capa que lo capee, ni muleta que le engañe; no hay banderillas que le pare ni estoque que le mate, ni tampoco puntillero que le remate.

El matador lleva jeringuilla de inocua agua, y la cuadrilla, a pecho descubierto únicamente defiende y se defiende con una servilleta de mascarilla y un traje sin luces.

El caballo va sin peto y el puntillero: un bolígrafo enfermero que se clava rojo en el lomo del papel negro y fiero.

El albero es una sala de camillas con los heridos y los muertos de la cuadrilla.

La plaza un cachondeo de asientos frágiles y falso reposo que va al foso de los ataúdes, donde los corneados lo han sido por un león con dientes como astas de toro.

Los públicos pacientes son pacientes que respiran eco de miedo, amarrados al encierro por una manada de minúsculos dragones que echan fuego a borbotones, por los ojos, por la nariz, por la boca y por los cuernos.

Nada se le achaca a los toreros, bravos guerreros que caen cansados y heridos en la sala de cura de la enfermería, con solo una jeringuilla por espada.

Y acabado el encierro, a falta de bares, restaurantes y cafés,  la gente salta y corre por las calles;  y los toros-dragones, como moscas van picando los ijares; ¡pobres necios!, mejor que abran los bares para que beban alcoholes por las napias, y a los bichos, al pasar por la garganta, quemándose ebrios los maten.

Bares, bares..., borrachos de fiestas, de fútbol y de comadres, que abran a pares, mejor borrachos que seca su sangre en un suspiro sin besos.

3 comentarios:

Gonzalo Polo dijo...

Guste o no, somos un país de bares, bares de los que dependen muchos miles de trabajadores y sus familias; bares de los que depende una gran industria de fabricantes de bebidas espirituosas. Somos un país en el que el vino es considerado alimento.
Luego vienen "descelebrados", cuya amargura es tal, que son capaces de acusar a alguien de hacer apología del alcoholismo por mentar la cerveza, mientras lucen camisetas que rezan "dos cervezas o no dos cervezas" y que ocultan orondos torsos y barrigas cerveceras.
🍺🍺 beer or not 🍺🍺 beer.

Anónimo dijo...

Bonito relato!!!
Esperemos que más pronto que tarde la presidencia saque el pañuelo azul, y aunque su “bravura y encaste” le sean merecedora de tal reconocimiento; sirva este para anunciar su tan esperado fin.

Anónimo dijo...

Me gusta como este escritor utiliza la prosa poética en relatos y escritos, incluso en poema libres, y como los enriquece con metáforas, prosopopeya, incluso intoduce otros recursos más propios de la poesía como metonimia,epíteto, hipérbole etc. Todo esto da bailes de disfraces a las palabras y adorna las frases. Es un habla de teatro o de antiguos romanceros, y lo más importante lleno de mensajes o que con el mensaje entretiene con cierta lírica.
En mi casa solemos decir hoy en Buceite hay un trabajo de Cristóbal El Pipeta, y enseguida todos visualizamos nuestros teléfonos en su sinfonía buceiteña del blog de ese bonito pueblo.
Además de él, el blog tiene otros escritores muy buenos y lo adorna un gran catedrático de la Teoría de la Literatura Comparada, filólogo por la universidad de Sevilla, Ciencia de la Información, Lenguajes y Manifestaciones Artísticas, Arte y Humanidades. Leer su biografía en Internet, y nos daremos cuenta que lujo tiene el blog en sus filas, en el de su pueblo, como gusta exponer a todos los que desean saber sobre su humilde sencillez. Aquí en Cádiz estimamos un montón a ese cadista carnavalero, dueño de la palabra. San Pablo de Buceite lo tiene fichado en su historia desde que se estrenó como cura. Sabemos que le aprecian, le quieren y le honran con un monolito en su calle principal, muy cerca de aquella iglesia que estrenó cura en el centri del pueblo. Que envidia San Pablo, como quiere ÉL a ese pueblo y a su gente, comi se le llena la boca hablando de vosotros y de sus primeros pasos en ese chiquito y precioso pueblo, del que muchos hemos tenido la oportunidad de degustar sus buenísimas y jugosas naranjas, asi como sus calles, su iglesia y su Casa de la Cultura, guiados por esa bellisima persona y buen escritor que ha hecho de un maldito virus una hermosa fiesta taurina entremezclada del virus como toro de fuego en una plaza hospital con sus medicos, enfermeros y demas maletillas.
Mucho ha gustado éste poético relato. Gracias Cristóbal, te seguimos ansiosos y ansiosas.