domingo, 10 de octubre de 2021

“5 de mayo 2021” , por David Romero

>> David Romero Pacheco en buceite.com 

David Romero Pachezo, ha publicado este relato en la sección de narrativa del núm. 46 de la revista del Club de Letras de la Universidad de Cádiz SPECULUM, que se publica en la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, dirigida por el profesor José Antonio Hernández Guerrero.

“5 de mayo 2021” 

Desde el bus, camino de facultad. Escondido tras la música profunda en mis auriculares; alto el sonido de su volumen, potente su ritmo..., mientras pienso en ti. Busco entre las miradas de los otros pasajeros. Querría salir de mí, y no solo permanecer aquí, adentro. El resto, cada individuo algo diferente y totalmente afuera de mí, mira por la ventana ajeno a mi mundo, a mi deseo de intromisión, a mi yo ansioso de encontrarte. Viajamos todos juntos y sin embargo no tenemos nada en común, salvo tiempo compartido, y ese espacio, tan estrecho y en movimiento. 

Los observo tras sus mascarillas, semiocultos. Busco en sus miradas, y presto atención, reparo un tiempo suficiente en ellas. Huérfanas de sus bocas, sus ojos perfilados del trazo de la pintura tratan de resaltar toda expresión, de mostrar todo lo que es el ser humano que contienen. Seres humanos que trato de adivinar, sobre todo a las ellas que mi mirada selecciona más, sobre las que se retiene más tiempo, sintiendo con fuerza no querer permanecer más ajeno; anhelando saltar a ellas, penetrar su mundo, saber algo de quienes son, adentrarme en su intimidad, provocar un abrazo humano, calor y emoción, escuchar y hablar, ser mimado y mimoso, dar y recibir el coctel completo que al ser mamíferos necesitamos para sentirnos ser. Individuales, pero con esta hambre inmensa y sed del otro, de compartir y de ser compartido. Mi tensión aumenta en mi mirada, desafiante a la vez que asustada, y sin embargo no me ves. Ridículo. Doy un salto atrás. Vuelvo a mí, adentro, me escondo tras mi mascarilla de sonidos, detrás del grito de mi música. Me refugio y vuelvo a ti, allá, al otro lado. Miro tras la ventana, el mundo avanza y te veo; probablemente aún acostada, entre los gatitos, en tu otro tiempo, y solo quizás, echándome también de menos. 

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Quizás, quizás, quizás..., no sé ella, pero si yo; yo estoy también aquí, por donde pasas y pisas, por donde andas y piensas, por donde respiras mi mismo aire, ese aire qué expulsé y quedó enmarañado tras de mi expectro y entre tú y tu nariz morena ¡Ay, moreno...! Moreno como mis deseos mis pensamientos y mis sueños. Morenos tu y yo, aqui y allá y en allende tuyo, contigo, teniéndote a costa del sangrado de tu corazón y del mio, y el de ella, y en el de ella, en este trío de dos...

Casi pierdo el tiempo, moreno, con tu par de Romeos para una sola y hermosa criatura, repito, y..., con terceras partes de una temporal partitura que suenan en mi cabeza llena de chucherías sexuales.

Sí, estoy y te veo, pero tú eres ciego a cualquier otra ilusión como la mía. Estoy con mi corazón allá donde quieras que tu estés y, seré tuya sin objeción alguna, en cuanto tú me veas por dentro y desde tu fuera, porque fuera estoy y, tú no me ves venir, porque nunca me ves de ir hacia ti, ingenua de mi, ¿por qué me enamoraría de tu flaco cuerpo y de tu grosor biológico? ¡Mirame en todas, y me verás en una, tan invisible y bella como soy! Soy..., tú vida, esa vida paralela que tanto buscas y poco encuentras, yo..., soy ella, la de allende, la de hoy y la de siempre ¿Vos no me vés? ¿...?
6 de mayo de 2.091

Anónimo dijo...

Quizás, quizás, quizás..., no sé ella, pero si yo; yo estoy también aquí, por donde pasas y pisas, por donde andas y piensas, por donde respiras mi mismo aire, ese aire qué expulsé y quedó enmarañado tras de mi expectro y entre tú y tu nariz morena ¡Ay, moreno...! Moreno como mis deseos mis pensamientos y mis sueños. Morenos tu y yo, aqui y allá y en allende tuyo, contigo, teniéndote a costa del sangrado de tu corazón y del mio, y el de ella, y en el de ella, en este trío de dos...

Casi pierdo el tiempo, moreno, con tu par de Romeos para una sola y hermosa criatura, repito, y..., son terceras partes de una temporal partitura, que suenan en mi cabeza llena de chucherías sexuales.
¿Mi nombre?
Sí, ese, estoy y te veo, pero tú eres ciego a cualquier otra ilusión como la mía. Estoy con mi corazón allá donde quieras que tu estés y, seré tuya sin objeción alguna, en cuanto tú me veas por dentro y desde tu fuera, porque fuera estoy y, tú no me ves venir, ni siquiera cuando estoy en el gel de tu dentro, porque nunca me ves de ir hacia ti, ingenua de mi, ¿por qué me enamoraría de tu flaco cuerpo y de tu grosor biológico? ¡Mirame en todas, y me verás en una, tan invisible y bella como soy, con mis ojos traspasándote! Soy..., tú vida¡vida mía!, esa vida paralela que tanto buscas y poco encuentras, yo..., soy ella y aquella, la de allende y la de aquí, malagueña, la de hoy y la de siempre ¿Vos no me vés? ¿...? Estoy en tu mirada y tú en la mía, tumbados ambos sobre el palpitar del amor.

¡Si, no hay error!:
10 de octubre de 2.091

Anónimo dijo...

Pues, amada suya, has hecho dos trabalenguas mentales iguales para un bonito relato de amor; ignoro el sentido, aunque me parece entender que la autora puede/ha de ser una antigua amiga viva y enamorada de él y llena de celos hasta los dos moños (bueno, ambos llevan "ñ") que le durarán queriéndole hasta que muera el 10 de octubre de 2.091. Al menos le das y no le quitas vida, eso está bien.
Estupendo David, reflejas muy didáctica y sentimentalmente lo que añoras: a tu compañera y a su cercanía dándote amor y compañía. Bonito. Enhorabuena.
Morir rumiando celos es también parte parcial del erróneo querer.

David RP dijo...

En primer lugar, enviaros un saludo, al pueblo y sus gentes, a sus lectores. En segundo, dar las gracias al trabajo desinteresado de Bernardo, que, con un esfuerzo constante y posiblemente a deshoras, conduce y anima el blog (acumulando ya varios años), y tras cada número de esta nuestra Speculum del Club de las Letras de Cádiz, traslada aquí los relatos de la gente del pueblo, y alrededores, que nos damos el lujo de jugar a escribir. Agradecer también los comentarios, siempre en cada relatillo, y pedir disculpas de algunas de las respuestas ausentes (por tiempo y por vida), que aún en la ausencia de éstas, les aseguro, siento y trasmito el cariño que me despierta recibirlas.

En cuanto a la admiradora anónima, o quizás un anónimo vestido del disfraz literario, decirle que quedo encantado de su juego de palabras, "un diario", repetido, pero con variaciones que te obligan a leerlo dos veces para detectarlas, y con dos fechas, ambas de un futuro lejano en 2091. Encantado de que con la excusa de un relatillo mío, haya generado este juego de creación, que en cualquier caso, el o ella, o ambos, o ninguno, hoy día se entienden todas las posibilidades, han contribuido a un poco de la magia que permite hacer literatura.

Un saludo, y feliz día,
David RP.



Anónimo dijo...

Siento no querer descifrarte lo por ti indescifrable, pero en ambos bis, y muy completo, como en otros, está los nombres con el mismo apellido y raíz. Misión tuya es, querido, hallarme allá dónde la sangre se mezcla con la del "rocío marino", donde en allende aparece y en Uruguay, no hay, diga lo que diga el mundo, diga lo que diga ella, y piensen lo que piensen las féminas mentes que opositan por el científico biólogo, del que con su libro habla de selvas y cuentos. Acuérdate: te conocí gracias a ese tu libro salvando a un perro, atropellando a un gato y tirándote a una anfibia amazónica (cosas de la ciencia con los relatos).
Qué más quisieran algunas indias andaluzas, algunos amigos desletrados y algún lector des-encapuchado, descapullarse en una librería y en el escaparate de su librera.
Cosas del mejor amor como ese Romeo y aquella Julieta de otros tiempos menos permisivos y más pretendidos, igual que: "Por un caminito muy estrecho va caminando un bicho y el nombre renegado ¡coño..., que ya te lo he dicho, por cuarterones...!".
¡Ah, ya sabes querido mio, cuanto te quise, querré y quiero!.
Pista: también soy escritora y esto es admiración admirable, mi forma de decir las cosas, pues soy como las palabras mal "escribidas" y bien remendadas, para que sean bien entendidas.
Y si, como te dije, estoy celosa palabra, de ti y de tu palabra, y de tu lucha, de tus amores y de tus aventuras y de mi desventura, ¡cosas de la vida, con sus ideas de la palabra y de las letras!
Pero en algo no tengo celos ni te envidio ¡Palabra! De tus años y de mis años, porque los pasamos juntos, por algún tiempo, el suficiente, para poder decirte esto y más, volverás..., latino.