jueves, 27 de diciembre de 2018

El obispado de Cádiz da validez a bodas, bautizos, comuniones, etc.. oficiadas por el falso cura que estuvo en Jimena y San Pablo

El falso cura tras una procesión en San Pablo, y una foto de redes sociales.
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Información de la Cadena Ser.
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La Diócesis de Cádiz ha validado los sacramentos administrados por Miguel Ángel Ibarra Marín, de nacionalidad colombiana, que ejerció de párroco en Jimena, Estación de Jimena y San Pablo de Buceite desde su llegada a España en 2017 y que este curso pasó a Medina Sidonia, aunque ha sido cesado por el Obispado tras conocerse que no había sido ordenado nunca sacerdote.


Una responsable de prensa del Obispado explicó hoy en la Cadena SER que, debido a que quienes acudieron en su día en Jimena para proceder a su bautismo, comunión, boda o cualquier otro sacramento, lo hizo de buena voluntad, por lo que han validado los mismos a pesar de que una investigación ha demostrado ahora que el párroco nunca había sido ordenado sacerdote y, por tanto, no puede ejercer como tal.

En la Procesión del Silencio en la Semana Santa de San Pablo de Buceite.
La Diócesis de Cádiz ha cesado a Miguel Ángel Ibarra Marín, de nacionalidad colombiana, como párroco en Medina Sidonia tras conocer que no había sido ordenado nunca sacerdote.

A través de un comunicado, la Diócesis de Cádiz y Ceuta ha señalado que Miguel Ángel Ibarra Marín llegó a Cádiz través de un acuerdo firmado con el Arzobispo de la Archidiócesis de Santa Fe de Antioquia (Colombia), a la que pertenecía.

El supuesto sacerdote había ejercido en varias diócesis colombianas y habría entregado toda la documentación requerida en estos casos.

Desde el inicio de este curso, Ibarra oficiaba en las parroquias de Santa María La Mayor y Santiago Apóstol en Medina, aunque había llegado a España en el año 2017 y había ejercido en Jimena de la Frontera (Cádiz).

Fue el pasado 13 de diciembre cuando la Archidiócesis colombiana avisó a la Diócesis de Cádiz y Ceuta de que, tras una denuncia de falsedad en sus documentos de ordenación, se había llevado a una investigación en la que se concluía que Miguel Ángel Ibarra no había sido nunca ordenado sacerdote, aunque según la documentación que aportaba ejercía desde enero de 1998.

En la Procesión del Silencio en la Semana Santa de San Pablo de Buceite.
Ahora será Joaquín Fluriach, sacerdote en otra parroquia de Medina Sidonia, quién suceda a Miguel Ángel Ibarra en sus funciones como párroco.

Fuentes obispales consultadas por EFE han indicado que todos los sacramentos oficiados por esta persona son válidos, ya que “la gracia de Dios está por encima de las personas”.

Sin embargo, “las confesiones son nulas porque se ha traicionado la confianza del creyente”.

No es la primera vez que la Iglesia se encuentra ante una situación como esta, ya que en el año 2012, el Arzobispado de Sevilla relegaba de sus funciones a Ángel Orellana, quien llevaba ejerciendo como sacerdote en la sevillana parroquia de Santa María de las Flores y San Eugenio durante siete años, pese a no estar reconocido como cura.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Me lo estaba temiendo.
Las confesiones son nulas.
Y ahora que pasa con todas las creyentes de buena fe que le pusimos al tanto de nuestros pecados.
Carmen

Anónimo dijo...

¿Qué es de todas y todos
los que de muy buena fe
fueron al confesionario
a exponerles sus pecados
y obtuvieron absolución
y tranquilo se marcharon
pensando que todas sus faltas
les estaban perdonadas
y que por desgracias ya han muerto
sin poder volver a confesarse?
Mucho yo me estoy temiendo
que en lo de las confesiones
en el Obispado de Cádiz
no lo han estudiado muy bien
o sencillamente, se han equivocado.

Anónimo dijo...

Hay cosas mas preocupantes dentro de la iglesia y fuera de ella que una persona se haya pasado por un cura falso

Anónimo dijo...

Mi confesión sobre mi voto a Vox era broma y que me acosté con mi vecino también quería dejarlo claro por si sale el tema
Porque no estoy por una España grande, libre y única. Tampoco por una pequeñita y poco juguetona de mi vecino