jueves, 18 de febrero de 2016

"Yo soy un cateto", por Francisco Quirós "Pacurro"

De nunca me gustaron las parodias, que los humoristas o muchos de ellos hacían o continúan haciendo,  sobre las personas de los pueblos, a lo mejor porque me sintiera aludido.

El que menos el difunto Juanito Navarro, que para nada discuto que fuera un buen actor cómico. A mí personalmente cuando encarnaba al cateto de pueblo, maldita la gracia que me hacía. Es más hasta el Maestro Gila, en esa faceta me parecía esperpéntico. Les doy mi palabra de honor que en la actualidad me la refunfuña.

No hay que irse muy lejos, en una urbe  cercana a nosotros, nos llaman catetos o paletos, los pobres ignorantes.

Es de justicia reconocer que en los años cincuenta y hacia atrás, las diferencias sociales, culturales, etc., entre las poblaciones rurales y las grandes urbes eran de mucha índole.


Pero llegó la emigración y desgraciadamente los catetos tuvieron que marchar, bien al extranjero, bien a la zonas más prosperas de nuestro país.

 La mayoría de esos catetos, triunfaron, a base de mucho trabajo y muchos esfuerzos, prosperaron, adquirieron propiedades , dieron estudios a sus hijos, los cuales continuaron engrandeciendo los éxitos de sus padres,  consiguiendo una calidad de vida  más que  aceptable. 

Porque digo todo esto, simplemente porque he nacido, me he criado y vivo en un pequeño pueblo. Donde la gente se saluda por la calle. Si algún problema grave te acucia por seguro que algún vecino te echará una mano. Todos nos conocemos y aunque le demos a la sin hueso, a la hora de la verdad estamos prestos para socorrer a quien lo necesite. 

Me siento orgulloso de ser de pueblo, si volviera a nacer pediría hacerlo donde vine al mundo, si no fuera viable al menos en uno de ellos, a ser posible no muy grande.

No utilizo con destreza la pala para el pescado, no pelo las gambas con los cubiertos, como  el pollo o las chuletas de cordero con las manos. Si voy a un restaurante y me ofrecen la carta de vinos, es como si me entregaran el Código de Hammurabi en versión original.

Saludo a viva voz con un  ¡eeeeeeeeehhhhh!,  hablo con la zeta, me gusta la manteca colorá y el pan moreno del campo. En resumidas cuentas no tengo modales refinados. Confieso públicamente. ¡ Yo soy un cateto!. A mucha honra.

Claro que muchos presuntos catetos, nacidos en localidades recónditas de nuestra geografía, son  personajes celebres en las letras, las ciencias, las artes, el deporte. 

Sirva este ejemplo. Santiago Ramón y Cajal, nació en Petilla de Aragón (Navarra), un pueblo en la actualidad, con menos de quinientos habitantes .Federico García Lorca en Fuente Vaqueros (Granada) poco más de cuatro mil habitantes, Andrés Iniesta, Fuentealbilla (Albacete), mil trescientos.

Pacurro

7 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Nooo, ahora ya no hay catetos!: hay castas...; por tanto hemos seguido andando "pa trá". A saber:
- los del escalón más alto de esas castas son los del agujero económico, es decir, "to ezos que zan llevao el dinerito al quinto carajho, y lo zotros que teniendo mucha pazta, no lo han trincao".

- Le siguen: "to aquello pelota que como lo parázito etaban pegao a ellos mamoneando de la jharca to lo que le dejaban pillá, y depué to lo político que nunca habían tenío ná y ze metieron en la olla grande no pa ayuá a la ghente zino pa zecale lo bolzillos".

- En tercer lugar eztán la claze media, eza que zan cargao y que intentaban tirá pa lante por zu cuenta y riego, habiendo tenio que zerrar zu negocio tra haberse quedao pelao, arruinaito perdío.

- Porùrtimo lo trabajaore, que no zolo no tienen pazta zino que tampoco tienen comía, pero aún le quea la ayua no pa compra vianda o ropa pa zu crío zino pa pagá la lú e lagua y la contribuzión de zu caza pa no quearse vendío bajo la eztrellas; y to aquello que habiendo pasao portoezo, y ya zin caza ni na, ya no tienen donde caerze muertos".

- Y puesto a descartar descartaremos a todos aquellos, bastantes gracias a Dios (y no digo muchos porque parecen demasiados), de todas las clases sociales, incluidos políticos (y ahí entran todo tipo de mandatarios) que siguen trabajando contra vientos y mareas e intentan, por todos los medios, darle un cambio de rumbo al sistema que se está desmoronando como los bloques de hielos de los polos de la Tierra. Y es que, donde abunda la podredumbre, también suele haber siempre, a quien no logran alcanzarle con ella. Difícil tarea. Incierto futuro. Donde la única culpable es la naturaleza ¡Toma ya!, por haber hecho al humano tan imperfecto (Bueno, el imperfecto a lo mejor es el bueno, porque los únicos que aparecen en la historia -por lo que se ve- es el que no lo es tanto).
Así que, Pacurro, no te preocupes tanto por ser una cosa u otra, eres como eres y ya está. A mi no me pareces ni tan cateto ni tan malo.
Un saludo y, enhorabuena por tus aportaciones, seguro que algo enseñan, menos a aquellos que lo "saben todo".

Pacurro dijo...

Gracias por la extensión e intensidad de tu comentario. Anónimo de las 1:50

Anónimo dijo...

Paco: Y los cientos de "catetos" jóvenes con estudios superiores que son ejemplo de profesionalidad en puestos importantes, que brillan por su talento aunque muchos de ellos han tenido que emigrar al extranjero ? Lástima de "catetos" que no están entre nosotros.

Gonzalo Polo dijo...

A mí me gusta vivir entre catetos y por algo será. No se preocupe, Pacurro, y disfrute.
G.Polo

Anónimo dijo...

Zemos loj mejore. Nojotro noj decemborvemo en el campo y en la ciuda. Y que venga un zeñorito de ciuda al campo,que he maj torpe que un niño de padres viejo.

Anónimo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Anónimo dijo...

Cuando yo era un zagalillo
Todo el mundo era cateto
Al que no era de Madrid
Fuese de otra capital o no
Decían que era un paleto
Como allí llamaban a los catetos
Los que no eran de una capital
Y venían de un gran pueblo
A llegar era tratado
También estos de catetos
Y el que de un pueblo mediano
Llegaba a dicho gran pueblo
Ellos y ellas eran tildados,
Cómo no, también de catetos
Y el que a un pueblo pequeñito
Llegaba de una cortijada
También de él se decía
Vaya tío o tía más cateto.
En definitiva, todos, todos
Hemos sido o somos catetos
Y también los madrileños
Cuando en los fines de semanas
Se escapaban en aviones
Para hacer compras en Londres
O a París a ver el porno.

2:16 p.m.

05.05.16 2:16 p.m.
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Antonio.-El niño del Corchado-