jueves, 1 de octubre de 2015

"Música enlatada", por Francisco Quirós "Pacurro"

Días pasados, asistí a la feria de un pequeño y a la vez bello pueblo de la Serranía de Ronda. La verdad que el ambiente que se respiraba era de lo más grato. No había diferencia de edad, tres  generaciones bailaban al son de la orquesta.
 
Con el debido respeto lo de orquesta es un eufemismo, en lo alto del entablado solo había dos personas, dos micrófonos, un teclado y un par de amplificadores. El dúo hacía lo que podía  y sabía por animar el cotarro. No es menos cierto que el público era poco  exigente y se arrancaba  a bailar a las primeras de cambios.


Yo que de bailón tengo más bien poco, eso me da oportunidad de prestar más atención a las canciones, debo confesar que cuando escuché el pasodoble “María la Portuguesa”,  dije para mis adentros. ¡Si Carlos Cano levantase la cabeza! 

A todo esto la melodía  de las canciones, tienen mucho de fraude,  era más que evidente que lo que sonaba era artificial, la música había sido   extraída con anterioridad  por medios informáticos o de índole parecida por eso lo  de enlatada , circunstancia que se ha convertido en algo habitual en esa clase de acontecimientos festivos.

Reconozco que aún siendo un profano en la materia, pienso que dos o tres personas con cierto oído musical, unas ligeras nociones de música y mucha lata,  pueden formar algo parecido a una orquesta.
 Todo ello va en detrimento de las auténticas orquestas que no pueden competir en precio con ese tipo de agrupaciones.

Me viene a la memoria cuando era un niño y adolescente nombres  de orquestas como Monfrino,  Tony  Roda, Gino Font y Los Bombines. En mi juventud tuve la gran suerte de disfrutar de Casablanca, Acuario, un poco más madurito Vuelo Chárter, Came Ros, Ídolos  y otras que no me vienen a la memoria. Combinaban metales con instrumentos eléctricos, aquello si era música en directo, versionando   éxitos de siempre con los del momento, con más o menos  calidad, pero sin trampa ni cartón.

Quiero hacer un inciso  en la orquesta Monfrino, fue durante al menos dos décadas la orquesta más popular en el Campo de Gibraltar y pueblos limítrofes de la provincia de Málaga, no solo amenizaban los bailes, si se terciaba actuaban como banda de música, interpretando dianas floreadas, pasacalles o acompañando la procesión del Corpus Christie. 

Cabe la posibilidad que el precio de las auténticas y buenas orquestas sea prohibitivo para poblaciones  donde tienen que ajustar los costes  al mínimo por culpa del presupuesto  y es justo reconocer que las otras agrupaciones hacen el apaño y encima son mucho más baratas.

Sería cuestión que se planteara ahorrar en otras cosas, fuegos artificiales, alumbrado etc.,  así poder contratar una de calidad,  aseguraría el éxito de la caseta donde actuasen. Para ello el público en general debe ser más exigente y hacer valer que una Feria tenga muchas más enjundias que un bautizo, una comunión, una boda  o una verbena de barrio.

En este aspecto las nuevas tecnologías que tanto bien nos han hecho, en lo que se refiere a este apartado hemos salido  perdiendo.

Es mi deseo hacer constar, que no tengo nada en contra de los grupos musicales de dos o tres componentes que se valen de las  modernas tecnologías. Su trabajo es totalmente legítimo,  ellos no tienen culpa de los avatares de los nuevos tiempos y si les llaman para actuar están en su derecho de hacerlo. 

Un ejemplo de todo lo relatado es nuestra orquesta Gato Negro. No han tenido más remedio  que adaptarse a estos y malos tiempos, si querían sobrevivir.

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