jueves, 2 de julio de 2015

"Perra vida", por Francisco Quirós "Pacurro"

El pasado martes 30 de junio, recibía como un auténtico mazazo la noticia de la muerte de Loli González Gil, rondaba los sesenta, meses arriba o abajo. Hace tiempo que no sabía de ella, ya que residía en Casares. Éramos amigos y vecinos desde la infancia, todavía recuerdo las noches de verano, cuando nuestras madres y abuelas sentadas al fresco charlaban con tranquilidad combatiendo el calor y los mosquitos, mientras los chiquillos de la calle correteábamos sin descanso.

Loli se distinguió por su belleza, fue dama en la feria de 1971, precisamente la primera vez que se elegía corte de honor en Tesorillo, dos años más tarde fue distinguida como reina de las fiestas. No solo atesoró belleza exterior, aún lo era más interiormente. Persona noble, sencilla, cariñosa y con una eterna sonrisa a pesar de los avatares de la vida nunca o casi nunca perdía la sonrisa. No olvidó sus antiguas amistades, cada vez que nos encontrábamos su alegría era más que notable.


Era la menor de dos hermanas, perteneció a una familia de condición muy humilde, donde tuvo que soportar muchas apreturas y dificultades. Muy joven su padre enfermó gravemente, con una enfermedad larga que le fue minando lentamente con un final terrible, Loli prácticamente sola tuvo que bregar con la situación ya que su hermana reside en Cataluña y desde la distancia hacia lo que podía.

Se caso y uno de sus tres de sus hijos nació con problemas de audición, pueden imaginarse todo lo que eso lleva consigo, médicos, hospitales, intervenciones quirúrgicas etc., un auténtico calvario, la vida no le fue ni mucho menos fácil, lo problemas le perseguían, la mala suerte se cebó con ella.

Cuando en su madurez había alcanzado la tranquilidad, su situación era estable, cuando por fin todo se normalizaba y ahora tocaba disfrutar de su esposo, sus hijos, familiares, amigos, viene la Parca y se la lleva. Debo reconocer que cuando escribo el presente, me encuentro bajo el impacto emocional de la noticia, una persona cercana y amiga se ha ido cuando aún le quedaba mucho por vivir, pero aún así esta vida me parece injusta, desconozco que o quienes la dirigen, pero se equivocan por completo. Dudo de las convicciones religiosas, aunque por otra parte pienso que los que creen en otra vida y tienen claro que aquí no acaba todo, al menos pueden agarrarse a ese consuelo.

Dentro de muy poco, me olvidaré de todo esto, volveré a tropezar con la misma piedra, preocupándome por trivialidades, seguiré existiendo pero no viviendo.

No recordaré que esta vida tiene mucho de perra vida.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Francisco Quirós, has acertado plenamente en tu comentario es verdad que Loli "la del Cristo" como cariñosamente todos la recordamos, ha sido un ejemplo de sencillez y cariño, gran resignación en las contrariedades que la vida le ha proporcionado. Descanse en paz.

Martín Blanco

Anónimo dijo...

Esta mujer como muchas,
…y muchos
vino a la vida a sufrir,
y solamente a sufrir.
(Que en paz descanse)
Para los que el más allá
lo tenemos algo difuso,
no podemos comprender
para que estamos aquí,
si sólo somos iguales
al nacer y al morir.
Para millones es la vida
un continuo calvario,
y como decía mi madre
nadie se va de este mundo
sin saber que ha estado en él,
Pero muchísimos que se van
después de haber comprobado,
que por la vida ha pasado
y la vida nunca supo
que por aquí había estado,
y si lo supo parece
que miró para otro lado.
Qué injusta es la vida,
unos nacen con estrella
y muchísimos estrellados
y para más injusticia,
hay quienes les ponen
la pierna encima,
para que no se levanten.
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14.05.16
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Antonio. -El niño del Corchado-