jueves, 18 de septiembre de 2014

"Y colorín, colorado....", por Salvador Delgado Moya

Deseo compartir con vosotros un resumen de los cuentos infantiles populares que disfrutamos cuando éramos pequeños. Pero claro, todo cambia, y no quisiera fulminar las ilusiones y las vivencias acaecidas cuando pasábamos las páginas de esas maravillosas obras de arte de la niñez.

En estos tiempos, ha habido algunos pequeños cambios, pero espero que los disfrutéis y sobre todo que vuestra imaginación vislumbre el mensaje actual.


Erase que era, una niña de nombre “Caperucita”, que todos los días andaba por el bosque para llevar buenas viandas para su abuelita, de ir tantas veces caperucita, indagó cual sería la herencia de su abuela y descubrió que la pobre solo le quedaba la paga de viudedad, es decir, un porquería. A ella no le merecía la pena seguir con esa lucha, así que espero un tiempo hasta ver si le venía aprobada la ley de dependencia. Al final la abuela fue internada en un asilo. El lobo, por el contrario, tiene puestas varias querellas al National Geografic, por alteración de su intimidad, el sigue echando de menos a Félix Rodríguez de la Fuente...

¿Os acordáis de “Nemo” y “la Sirenita”?. Pues estos dos se asociaron y clandestinamente tienen montado una red mafiosa, dedicada a la entrada de inmigrantes por el mar en pateras, de vez en cuando Tritón se enfada, algunos de ellos llegan a las orillas de nuestro país pasando la última página del libro de sus miserables vidas.

Lo último que se sabe de “Aladin”, es que se hizo yihadista, y su propósito es reconquistar Al Ándalus. Ven Aladín, ven. Te estamos esperando.

“Los tres cerditos”, al ser expertos en viviendas, aprovecharon la burbuja inmobiliaria, y de casita de pajas, nanay de la china, chalet con cinco mil metros de jardín, pero claro el banquero siempre se los decía: “Llegaré y llegaré y con tu casa me quedaré...”, y así fue. Tuvieron que dejar la casa en dación de pago y a día de hoy se cree que viven con unos parientes en la localidad de Jabugo.

Debido al cambio climático, “La casita de chocolate” no podía subsistir, por eso, se lleno de ocupas que enarbolaban la libertad y la naturaleza. Para autofinanciarse, entre geranios, banderas blancas y fotos de Bob Marley, sembraron marihuana, y ahora si que si, era la casita de chocolate.

“Gepetto”, invirtió sus pocos ahorros en preferentes, y ya se sabe, para preferencia, los bancos. Este hombre, ya mayor, no podía hacer frente a sus deudas y se tuvo que deshacer de su hijo “Pinocho”, que le llevó a un lugar de donde nunca tenía que haber sabido y que no es otro que el IKEA. Según las últimas noticias que poseo, Pinocho se dedica a la industria del porno...

“Dumbo” tiene graves problemas de depresión, debido a una noticia que le atormenta, el nerviosismo se apodera de el cada vez que escucha que el rey Juan Carlos ha abdicado en favor de su hijo. Ya no tiene responsabilidades, tiene todo el tiempo del mundo para dedicarse a sus quehaceres, y eso lo está atormentando.

“Alí Babá”, repartió su botín entre los bancos de Gibraltar, Suiza y Las Islas Caimán. Los cuarenta ladrones solicitaban un ajuste de cuentas, y antes que se complicara la cosa, los hizo aforados del gobierno. El problema es que ya no son cuarenta ladrones, son cientos y cientos.

“El flautista de Hamelím” terminó su carrera en el Conservatorio y pudo sacarse el Máster en música y que le sirvió para lo que sirve un Máster en este país y lo aprovechó. Hoy en día toca a dúo en Benidorm con María Jesús y su acordeón.

También “La ratita presumida” hizo carrera, trabaja en Sálvame y en Hombres y Mujeres y viceversa. Todo un carrerón.

Sabíamos los nombres de “Blancanieves y los siete enanitos”, pero no sus apellidos y donde trabajaban, con el tiempo todo se va descubriendo. El binomio Ferrusola-Pujol no trabajaban en la mina, sino en Andorra... actualmente lo están pasando fatal debido a los préstamos hipotecarios que solicitaron y esos intereses les está amargando la vida.

Estos nuevos ejemplares están a la venta, eso si, previo pago de la Sgae.
Joder, joder, ¡cómo ha cambiado el cuento!.
Y colorín, colorado, este cuento se ha acabado.

Fdo. Salvador Delgado Moya.

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Imagen de www.webquest.es

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hasta los cuentos se transforman
y sus desenlaces cambian
También en la vida real
todo se transforma y cambia
y se asemeja más a cuento
que a la vida real misma.
No hay más que leer un periódico
o ver un telediario,
muchísimos, ya por millones
son los que viven del cuento.
Del cuento, sin hacer nada,
nada que no sea llevarse
todo lo que puedan y más
a paraísos fiscales
El pueblo lo aguanta todo
¡Vaya concha de galápago
que tiene en las espaldas el pueblo!
Todo cambia, todo cambia,
todo cambia y se transforma,
lo blanco a negro o a gris
a veces a colorines
pero el cuento no se acaba.
.
21.04.16 14:45 p.m.