miércoles, 24 de septiembre de 2014

"Dos amores", por Salvador Delgado Moya

Hoy la he visto otra vez. Es irremediablemente hermosa; su pelo, sus ojos, sus labios, su rostro, Dios!, que guapa!!!. Cada vez que la veo me estremezco. No lo puedo evitar, creo que me regenera todas las hormonas de mi cuerpo. Su olor es mi valeriana, su mirada mi debilidad, su voz mi hipnosis y sus besos... sus besos son mi locura. Llevo bastante tiempo con ella, pero no es suficiente. Es la droga de mi vida, y esa adicción es la que me ayuda a vivir. Ella es la que me reconforta , es la que me aconseja, la que acaricia, la que hace llorar y reír, es mi compañera de almohada, es mi confidente, es mi espía, ella es mi seguridad y a la vez mis temores, ella es la que le pone una pizca de azúcar o de sal a nuestras circunstancias. Ella es ella. 


Pero un día todo fue cambiando... Ese día desee la muerte. La vi con él... ella se lo daba todo. Lo mismo que yo recibía, ella lo estaba ofreciendo. Pero quien es él?, Porque tienen que venir a removerme las entrañas?, No hay más mujeres en la faz de la tierra?. Lo veo venir. Lo veo. El final de todo será que me encontrare desahuciado, porque ella ha encontrado otro amor, otro calor, otra pasión... Otro amor, más joven, con nuevas sensaciones, otros objetivos, otras experiencias, otra forma de pasar por la vida. 

Ayer los vi juntos. El les ofrecía sus brazos, ella le respondía con un batallón de besos. No quedo un solo milímetro de su piel que ella no recorriera con sus labios, eran como el agua que apacigua el frenético fuego, y yo mientras, me consumía en las llamas de la envidia y la incomprensión. A estas alturas pasa más tiempo con el que conmigo. Ella sigue igual, impávida ante la nueva situación, sin desviarse ni un ápice del comportamiento que había tenido siempre. No lo soporto!. Escucho de su boca las mismas frases que un día ella a mi me regalaba. Inocente de mi... Antes me creía el centro de su mundo y ahora me encuentro deambulando en la periferia de su vida. Llore y lloro cada vez que los recuerdos juntos . Ya no me quedan lágrimas, las he cambiado por la resignación. Sabía que esta situación no podía durar mucho, hasta que un día pasó lo inevitable ...
- Cariño, te ocurre algo?, dijo ella. .
- Dimelo tu. Quiero una explicación sincera y clara, tanto o más que el amor nuevo que estas descubriendo. .
- Amor mío perdona!. Tienes que comprender que tengo tanto, tanto amor, que lo tengo que repartir. Dijo ella. .- Pero no con otro hombre!!!. .
- Si vida mía, con otro hombre... Ese hombre es tu hermano y los dos sois los ojos que me hacéis ver la vida de una manera indescriptible. .
- Lo siento mami. Perdóname. Te quiero.

4 comentarios:

Maribel Sánchez González dijo...

No tengo palabras, me he quedado muca, solo puedo decir, BRAVO, no se quien eres, pero eres grande.


Pacurro dijo...

Bien Salvador, como siempre

Cristóbal Moreno "El Pipeta" dijo...

Lo presentía. Lo he ido presintiendo mientras leía; será por lo de escribir. No obstante has sabido dejar muy bien la incógnita hasta el final.
Ya sabes que me gustas !Eh...¡ !No pienses mal, todavía no! Me gusta como escribes, ya lo sabes. Deleitarnos es tu deber; que no se pierdan tus escritos por los rincones.
Un abrazo

Anónimo dijo...

Dice un bonito bolero
que también lo canta el Cigala
¿Cómo se puede querer
a dos mujeres a la vez
¿Y no… estar loco?
Pero hay muchas mujeres
que a dos hombres
a la vez quieren
y los quieren por igual.
¿Y esas mujeres no están locas?
Están alegres, pletóricas
y llenas de felicidad,
a esos dos hombres que ellas quieren
fue ella quien les dio la vida
esos hombres, son sus hijos,
y estarán un poco locas,
locas de amor y de cariño.
.
21.04.16 12:43 p.m.
.
Antonio. -El niño del Corchado-