martes, 10 de enero de 2012

Palabras de moda 34 : Enero

Por José Antonio Hernández Guerrero.
La palabra “enero” procede de  la voz latina  “ianuarius”, que significa “portero”, el encargado de abrir y de cerrar la “ianua”, la “puerta”. Ésta, en la interpretación mitológica, era el lugar perteneciente a Jano -en latín, Janus, Dianus, el Apolo del sol- el dios tutelar de las puertas del cielo, de los caminos de la vida y del transcurso del tiempo. 
Los romanos, para significar que tenía el don de recordar el pasado y de predecir el porvenir, lo representaban dotado de una cabeza de dos caras que estaban orientadas en dos direcciones opuestas. También lo pintaban con una llave en la mano izquierda para expresar su convicción de que era el dios que abría el año. En la mano derecha portaba una baqueta, una vara que usaban como arma los porteros romanos para defenderse. El templo en el que le rendía culto, cuando estaba cerrado, simbolizaba la paz, y, cuando estaba abierto, la guerra. La fábula pinta a Jano como el portero porque, como numen tutelar del año, abre la puerta de esteperiodo de tiempo.
Al comienzo del mes de enero, la “puerta” que nos permite la entrada al nuevo año, nos resulta obligada una reflexión sobre el tiempo, sobre esa realidad vital esencial, que,objeto de la Filosofía, de la Literatura, de la Teología y de la Mitología, hasido interpretada, a lo largo de toda la Historia de la civilización humana,desde diferentes perspectivas y ha sido medida con distintas medidas y pesada con diversas pesas. 
El tiempo es, además, uno de los factores humanos que cada uno de nosotros puede pensarlo y, por lo tanto, vivirlo de formas distintas. En contra de todas las apariencias, el tiempo es una de las dimensiones humanas más dúctiles, más maleables y más manipulables. Para el ser humano, si emplea con habilidad la memoria y la fantasía, el tiempo es algo más que una mera sucesión lineal de instantes y posee múltiples dimensiones; es algo más que un simple receptáculo, un estrecho camino, un río sinuoso, una rueda imparable, una rueca, una aburrida noria, unfrágil cofre, un arca; es más que plata u oro. Es la moneda que podemos capitalizar, rentabilizar, derrochar y malgastar. Con el tiempo podemos comprar, sobre todo, vida. 
En contra de lo que nos dicen las ciencias, podemos perder el tiempo y recuperarlo, pararlo y aligerarlo, estrecharlo y ensancharlo, alargarlo y acortarlo, enriquecerlo y empobrecerlo. ¿No es cierto que usted ha vivido unos minutos larguísimos y otros cortísimos? ¿No es verdad que ha revivido momentos de felicidad o dedolor? El tiempo, efectivamente, es un billete ambivalente: su valor dependedel empleo que de él hagamos.  
Una de las maneras de descubrir los diferentes significados que se le han atribuido es considerar las distintas maneras de medirlo y, sobre todo, analizar los nombres con los que sedesigna a cada una de diferentes sus divisiones y tramos que, como afirma Mariano Peñalver, empleamos para “dominarlo”.
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*** Enviado por José Antonio Hernández Guerrero, catedrático de Teoría de la Literatura y Literatura Comparada y Director del Club de Letras de la Universidad de Cádiz, escritor y articulista
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Foto de estatua del dios Jano en el Museo Vaticano.

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