Leído en el diario Europa Sur. Por su interés reproducimos esta noticia.
María afronta la Selectividad en un aula vacía para cumplir su sueño de ser enfermera
La jimenata María Pérez realiza la Prueba de Acceso a la Universidad separada del resto de alumnos por sus dificultades de salud
La joven sufre el síndrome de May-Thurner, médula anclada, mutación gen MTHFR y Ehlers-Danlos y ahora afronta unos desmayos con causa aún desconocida
En la foto de portada María junto a sus padres tras finalizar una de las pruebas de Selectividad. / Claudio Palma
Gloria Maza
Jimena/La joven jimenata María Pérez no está esta semana en un aula llena de nervios y bolígrafos. Pérez termina este jueves los exámenes de la PAU (Prueba de Acceso a la Universidad) sola, en una clase apartada, para no desconcentrar a nadie si su cuerpo decide desmayarse de nuevo. Le ha pasado más de siete veces en un solo mes y en una ocasión llegó a estar 13 minutos sin conocimiento. Nadie sabe aún por qué.
Pero esta es solo una página más del largo libro esta estudiante ha tenido que escribir antes de llegar hasta las puertas de la Universidad. Todo comenzó en una clase de Educación Física, en 2022. Sintió un mareo y de pronto no podía mover las piernas. Más de un año en silla de ruedas. En el hospital de La Línea, el diagnóstico se quedó corto: "Es psicológico". Sus padres, desesperados, buscaron respuestas. Pidieron segundas y terceras opiniones. “Pagué al mejor psiquiatra de España y me dijo que mi hija no tenía nada psicológico. Que luchara por saber qué tenía”, recuerda su padre.
Y lucharon hasta descubrir que María sufría el síndrome de May-Thurner: una vena en la zona ilíaca presionaba una arteria. La operaron en Málaga en 2023. Pero no era lo único. "Un dolor paralizante desde la espalda hacia delante, como si tuviera nudos dentro del cuerpo", como relata su madre, apuntaba a otra dolencia. En 2024, fue intervenida en Barcelona por médula anclada. A esto se suman otras enfermedades: mutación del gen MTHFR, Ehlers-Danlos, inestabilidad cráneo-cervical y atlantoaxoidea, y la sospecha de un síndrome de activación mastocitaria. Ahora, los mareos y desmayos que comenzaron el pasado octubre suponen para María y su familia un nuevo reto ante los médicos para dar con un diagnóstico.
María, sin embargo, nunca ha dejado de estudiar. Vomitando, con dolor de cabeza, en rehabilitación… siempre con un libro en la mano. Incluso pidió el reconocimiento de discapacidad para poder seguir adelante. “Lo único que quiero es estudiar”, repite. Su sueño: ser enfermera. "Sabía que quería ser enfermera desde pequeña cuando cuidaba a mi abuelo", reconoce la jimenata.
Todos sus diagnósticos y tratamientos los ha tenido que afrontar por la sanidad privada: rehabilitación, operaciones, consultas, analíticas. En la pública solo escuchaban una palabra: “psicológico”. Su familia ha llevado al hospital a juicio, no por dinero, sino por justicia. “Queremos que no le pase a más niños”, afirman.
Pero no está sola. El instituto se adaptó para que pudiera acudir en silla de ruedas. Compañeros, profesores y especialmente su tutor se han volcado con ella. Incluso quienes apenas la conocían. Sus amigas no la dejaron rendirse: cuando una vez dijo que dejaba el instituto, la sorprendieron esa misma tarde con una merienda. Hasta 15 personas la acompañaron a Barcelona en su operación más reciente.
“Quiero que se visibilicen las enfermedades raras, que haya una guía para saber qué hacer, a dónde acudir”, pide. No quiere que ninguna otra familia sienta la desesperación y desorientación que sufrió la suya cuando empezó su odisea. Tanto sus padres como ella se vuelcan en ayudar a pacientes de enfermedades raras de toda España.
Hoy, en ese aula vacía, María no está sola. Está acompañada por su carácter y su resiliencia. Porque sigue soñando con cuidar a los demás. Fuera, familiares y amigos la esperan tras cada examen, como siempre, acompañándola en cada paso.
1 comentario:
Fuerte!!Fuerte Maria, Silvia, Fernando y Jaime, porque lleváis una lucha grande, pero ahí estáis, adelante, siempre p'alante!! Sois ejemplo para muchas personas
Publicar un comentario