jueves, 26 de marzo de 2015

"A Vd. Señora ...", por Salvador Delgado Moya

A VD. SEÑORA. La del terciopelo tintado de azul cielo, de rostro enmudecido y facciones desprovistas de optimismo.
A VD. SEÑORA. Agitadora de sentimientos, incitadora de pasos al unísono, causante de lágrimas contenidas elevadas sobre varales de agradecimiento.
A VD. SEÑORA. Hermosa, bella, inquietante, de verdades, confesionaria, cómplice, notaria de imposibles.
A VD. SEÑORA. Herramienta frenética de palpitaciones, heroína de los no tan devotos. Luz el penumbra. Tempestad de poder.
A VD. SEÑORA. Causante de bajadas en reclinatorios, amoldando rotulas receptoras y silenciadoras de gritos mudos salidos del alma.

A VD. SEÑORA. La de lágrimas brotadas de un rostro inolvidablemente hermoso. Líquido semi-salado de concentración de deseos.

A VD. SEÑORA. A la que quisiera venerar postrado a tus pies y liberar las dosis de fe que un día me brindaste.
A VD. SEÑORA. Visitadora ocasional de callejuelas impregnadas de azahar, de personas y almas presentes y ausentes desde la perspectiva sublime que te proporcionan tus incondicionales.
A VD. SEÑORA. La de expresión indescriptible, rabiosamente atrayente. Sosiego, resignación, comprensión y dedicación.
A VD. SEÑORA. La de la música nocturna de tambores y cornetas. De saetas y sentimientos dedicados y transmitidos desde lo más profundo del emisor.
A VD. SEÑORA. Te acompaño con los pies descalzos y fríos provocados por la sintomatologia de la realidad, remediado, indoloro y sanado por tu magia.
A VD. SEÑORA. La portadora de pétalos rojo sangré y de blanca alma. Siempre serás la flor que permanecerá perenne en los sentimientos de tus observadores.
A VD. SEÑORA. Precursora de mi locura en lo terrenal y embaucadora y transportadora de lo celestial.
A VD. SEÑORA. Inquilina puntual de un escenario apoyado sobre varales de madera tallados con la incondicionalidad de sus porteadores.
A VD. SEÑORA. La que torna hacia su mirada, reconfortadora en presencia y gratificante en el diálogo visual.
A VD. SEÑORA. Punto de inflexión entre el deseo y el propósito de lo irreal.
A VD. SEÑORA. Nocturna, vigilante, contemplativa, observadora, resignada y cómplice, atenta de las almas de su propiedad.
A VD. SEÑORA. Arquitecta de proyectos casi inverosímiles de nuestras vidas. Espeleologa de los entresijos de nuestros deseos. Maestra de las inquietudes, responsable de mi causa latente de devoción, y traductora de mis peticiones.
A VD. SEÑORA. Te ruego que siempre me tiendas la mano y me fortalezcas en el recorrido suntuoso de la vida, experimentando verdades dolorosas acontecidas por motivos inexplicables de la realidad.
GRACIAS.
A VD. SEÑORA. PARA VD. SEÑORA.
De un agnóstico adoptado.

Fdo. Salvador Delgado Moya.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Después de leer ”A Vd. Señora”
que en verdad me ha tocado
en el resorte de… mi alma
No, solamente me ha gustado
sino que me ha retrotraído
a los, aquellos pretéritos años
en los que encontré a una Virgen,
Virgen del Escapulario
en una iglesia de Córdoba,
porque allí, estaba estudiando.
De ella me enamoré
si es que eso es posible,
enamorarse de una imagen
siendo un preadolescente,
no con amor concupiscente,
tampoco con amor de hijo
y que aún hoy día para mí,
es un amor inexplicable.
Cuando he leído el artículo
veo que es muy parecido
a lo que yo le escribí un día,
que yo titulé ”Mi Salve”
Este artículo es ”Tu Salve”.
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11.04.16
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Antonio. –El niño del Corchado