domingo, 11 de diciembre de 2011

"Inventar el futuro", por José Antonio Hernández Guerrero


No es que, ante el panorama tan oscuro que se nos avecina, neguemos el derecho a llorar, sino que opinamos que, además, es necesario que los líderes hagan un esfuerzo por levantarse de la cama dispuestos a imaginar nuevas soluciones.
Hemos de convencernos de que, en estas situaciones de hundimiento económico y de depresión psicológica, necesitamos que los políticos, sin mentirnos,estimulen la fantasía y abran caminos inéditos que nos ayuden a sobrevivir y, aún más, a hacernos más humanos. Sí; para descubrir nuevas fórmulas económicas,además de trabajar, es imprescindible estimular la imaginación creativa porque,como es sabido, la generación de oportunidades tiene mucho que ver con la ficción literaria. Por eso les exigimos a los políticos que, sin engañarnos, se atrevan a adivinar el futuro y que, además de explicarnos la gravedad de los problemas que nos acucian, inventen sus adecuadas soluciones; por eso les urgimos para que, además de testigos cualificados de los desastres, sean eficientes artífices de nuevas realidades. En estos momentos de ansiedad, sólo sirven aquellos que sean capaces de reaccionar mejor y más rápidamente ante las amenazas que surgen dentro y fuera de nuestro territorio. El buen político es quien es un experto en generar futuros más confiables, quien no se equivoca demasiado cuando predice el futuro.
Si los militantes del PSOE han de elegir a un líder que sea capaz de reinventar el partido, los demás votantes hemos de exigir al Gobierno que acierte con las fórmulas que superen la crisis económica, que aplique unas normas que sean capaces de invertir la tendencia de la corriente descendente y que abra sendas imaginativas, aptas para la creación del empleo y para la disminución del déficit público. Por eso nos permitimos sugerirles que no insistan tanto en que las arcas están vacías sino que, por el contrario, nos expliquen con claridad, los procedimientos que van a emplear para sanearlas. Las tentaciones culpabilizadoras o exculpatorias frenan la salida de la crisis del socialismo español, y, lo que es más grave, impiden la solución de la crisis económica y laboral de la gran mayoría de ciudadanos. Los llantos amargos, las quejas lastimeras y los reproches airados, por muy justificados que sean, sólo sirven para malgastar las escasas energías que nos quedan y para estrechar los ya angostos callejones que conducen a la recuperación económica. Los proyectos de reconstrucción exigen que, además de recordar el pasado,observemos el presente e inventemos el futuro.
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*** Enviado por José Antonio Hernández Guerrero, catedrático de Teoría de la Literatura y Literatura Comparada y Director del Club de Letras de la Universidad de Cádiz, escritor y articulista
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