lunes, 21 de febrero de 2011

"Palabras de moda 4: Chocho", por José Antonio Hernández Guerrero

Aunque a los habitantes de nuestra Provincia nos sorprenda, esta palabra, que, hiere el pudor de algunos interlocutores, no es un "gaditanismo" -ni posee en su origen la connotación soez ni el significado genital que le atribuimos en este territorio meridional de la Baja Andalucía. "Chocho" significa, por el contrario, "huevo huero, podrido, procedente de la gallina clueca".
De este sentido inicial ha derivado el adjetivo -"chocho"- y el verbo -"chochear"-, palabras con las que designamos a aquellas personas decrépitas, achacosas, caducas, débiles y enfermizas que, por su senectud, han perdido la memoria, tienen perturbada la razón y han de permanecer inmóviles como la gallina clueca. Sebastián de Covarrubias, en su Tesoro de la Lengua Castellana, nos dice que "chocho es el que sabe poco y es como un niño de teta".
Posteriormente, en las diversas zonas geográficas de nuestra Península, este vocablo ha ido adquiriendo diferentes valores metafóricos y distintos sentidos sexuales. Si entre nosotros significa el "órgano genital femenino", en los alrededores de la Sierra de Gata se usa para referirse al "ombligo"; en vasco expresa el "miembro viril" o, incluso, el "niño". En casi toda la geografía española "chocho" es el nombre que se asigna a los "altramuces", -leguminosa, en forma de vaina, cuyos granos achatados se pueden comer tras remojarlos en agua salada- y, si pedimos "chochos" en Salamanca, nos ofrecerán una confitura blanca, muy dura, de forma esférica, elaborada de azúcar y con rajita de canela en medio.
En la Pícara Justina, obra que, publicada en 1605, pertenece a uno de los géneros más representativos, genuinos y populares de nuestra historia literaria, la palabra "chocho" significa cualquier cosa dulce que se regala a los niños para que no molesten, para que callen, para que obedezcan o para que hagan lo que no quieren: "La buena pieza de vuestra prima, que se fue anoche sin más, y sin hacer cuenta ni pagarme un chocho".
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***Enviado por José Antonio Hernández Guerrero, catedrático de Teoría de la Literatura y Literatura Comparada y Director del Club de Letras de la Universidad de Cádiz, escritor y articulista.

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