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Pregunta por los bares de San Pablo,
de Buceite, dónde se que a veces vas.
"El Pipeta" es mi apodo y el de amigo sin conocerte estás entre los mejores.
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SONETO HOMENAJE A ANTONIO "NIÑO DEL CORCHADO", NUESTRO VECINO DE ANTAÑO
Hubo una vez un esporádico poeta y amigo
Que a éste nuestro pueblo de San Pablo de Buceite
Todavía a veces se asoma presto con su abrigo
¡!Muy buen amigo cuánto quiere a nuestra gente!
Y es que de niño a quién a sus padres bendigo
Se crió junto al río Guadiaro con la corriente
¡La Central eléctrica del Corchado te digo!
Y allí murió su padre en un fatal accidente
Supe se llamas Antonio por sus comentarios
Poemas llenos de sencillez y sentimientos
Conseguí su teléfono y hablar como amigos
Lo perdí y disminuyó la forma de unirnos
Sé que vives en Algeciras lugar de ensueños
Para él éste poema de amigos alejandrinos
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4 comentarios:
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A Cristóbal Moreno, El Pipeta
buicetero samplableño,
un entusiasta de las letras,
buen escritor y buen poeta,
pero, ante todo, buena gente,
al que siempre por amigo, tuve.
Leo tus escritos y tus poemas
como lo de los otros cuatro amigos
que formáis el quinteto de Buceite.
Hace un tiempo con bastante timidez
tuve la osadía o la inconciencia,
de un adolescente o de un infante,
de enviar mis pobres comentarios
a donde escriben y publican,
tan buenos escritores como ustedes,
tal vez fueron cosas de la chochez.
Los años que, como ves, nos vuelve niños.
¡Qué lejos está mi niñez ¡
¡Qué lejos aquellos años,
que en El Corchado pasé ¡
Donde viví feliz, muy feliz y libre.
Siempre a El Corchado y a San Pablo
los llevo en mi corazón
y sobre, todo a sus gentes.
Para ti amigo, con mi admiración por buen poeta y escritor, un afectuoso saludo y un abrazo.
Antonio. El niño del Corchado.
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Amigo Antonio:
Me lancé a escribir para desahogarme, y me atreví a publicar algo en algunos sitios para ir perdiendo el miedo. Siempre escribí mucho (mi trabajo de oficinista durante "la mili" y después mi profesión me obligó a ello); de niño, la gramática me arreglaba las notas medias aunque la ortografía me restara algunas décimas. Las noches fueron mis aulas, las madrugadas mis apuntes, y el trepar escalones en mis diversos trabajos mis premios y mi experiencia, dentro y durante una época de paro y pobreza heredada. Jamás me he sentido escritor ni poeta, simplemente un enamorado de la escritura deseoso de saber más. Mis inquietudes y mis deseos, mi visión del mundo y su belleza, de lo que se ve y de lo que no, de lo que está y no se aprecia, de lo conocido y de lo desconocido y, la forma de poder expresarlo, queda a diario, simplemente y no más allá, amontonados y/o esparcidos en un montón de folios garabateados y llenos de apuntes reales o de ficción, perdidos en cualquier habitáculo de mi casa. Nada en eso difiere entre tú y yo, si acaso, la personalidad propia de cada uno. Somos, hemos sido, rompedores de ataduras y reglas porque te hacen perder la libertad de ser. Y, al gustarnos tanto la libertad, incluso la literaria, nos atrevemos a expresarnos y en escribir tal como somos, tal como nos ven y tal como sienten y saben nuestra gente, nuestro pueblo, nuestros vecinos, y huimos (aunque incursemos a veces) de lo que otros entienden como absolutamente correcto y/o perfecto, lo que nosotros obviamos, pero dejamos para los especialistas que han aprendido a hablar y escribir en una lengua más científica, culta o avanzada.
Y huimos, porque nosotros escribimos tal como hablamos con el pueblo llano, con nuestro pueblo y toda la gente de todos los pueblos y, si acaso, nos amoldamos al vulgarismo de la calle, que es como nos entendemos los que nos hemos criados en esas calles. Y esto también es una cualidad, y es para nosotros más fácil: ascender que para ellos descender.
Además, aprendimos a no volar demasiado alto y a sentirnos más de "los de enmedio", por si acaso. Ahí, entre la masa, nos sentimos más seguros y previsores, que no cobardes, ni muy valientes.
Si no escribimos libros, es porque nos da igual, hoy es muy fácil publicar un libro (los hay malísimos), y si acaso lo hacemos, es por eso de "la inmortalidad". ¡Ahí está y me da igual lo que digan, porque con eso, con estar publicado, ya me siento satisfecho...!
¡Pues va a ser que no! Esos mil o mil quinientos Euros que cuesta publicarlo para inmediatamente quedar relegado al olvido, y sin haber recuperado o incluso habiéndolo hecho con mucho trabajo, me los gastos yo, en mi familia que mucha falta les hace. Con que ellos me recuerden, para mí ya es suficiente.
Así es que, amigo Antonio, yo te aseguro que, todo lo que has escritos en comentarios a Buceite. com, lo hemos entendido perfectamente con tu poesía libre y armoniosa, llena de sentido lógico, sencillez y naturalidad, por y para el pueblo -nuestros orígenes-. Eres, has sido, el trovador más popular que ha tenido esta bloq de Buceite.com, llegando incluso a echar de menos tus aportaciones eléctricas del "Niño del Corchado". Aunque, y es también lógico, que existan lectores que no estén de acuerdo, por eso tienen, han de tener, la libertad de leerte o no leerte, y eso, nos pasa a todos.
También es natural, que todos no seamos iguales a la hora de expresarnos hablando o escribiendo. Si fuera igual sería muy pesado y, hasta lo literalmente perfecto, que lo hay, llegaría a aburrir de la misma forma que aburre hasta la buena opinión política, que también aquí hay mucha mala, regular y buena, pero todas, finalmente, llegan a saturarnos en cuánto se convierten en disparates o repetitivas.
- ¡La buena literatura no cansa!
- ¡No, no cansa, estoy de acuerdo!, ¡pero mucho depende también del lector...!
Enhorabuena a los dis, al menos se lee otras cosas mas que politica y política. Buenis cinentarios y buen Soneto.
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Amigo Cristóbal:
Cada uno de tus escritos
lo mismo que tus poemas,
sean en Buceite.com,
en Speculum u otros
derraman sencillez, verdad
y por encima de todo
nobleza de corazón.
Un abrazo amigo, que Dios te bendiga los mismo que a San Pablo y a sus gentes.
Antonio. El niño de El Corchado.
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