Sentí un simple mareo y me desmayé. ¡Vaya!, de buenas a primera, cuando menos te lo esperas, o cuando lo que esperas es otra cosa, te sientes mal y te desmayas. No sientes nada, no oyes, no ves..., ¡si, veo algo allí en la lejanía! ¿Un resplandor? Espera..., veo allá, al fondo, una luz blanca, brillante, intensa, atrayente y la curiosidad me lleva hasta ella: es un túnel completamente iluminado, resplandeciente..., en el que penetro, es como una puerta que traspaso, antes había mirado hacia atrás. ¿Así es...?¡Pues vaya!. Te encuentras tranquilo, sosegado, en paz con todo, nada te duele y te sientes en la gloria. Te vas y..., ¿qué pasa?: me quedo allí tendido, inerte, sin mi, vacío, y me estoy mirando desde lo alto.
Vuelo..., y desde arriba vi todo lo que había por debajo de..., mi?: las cosas, las personas, la familia..., pero te hallas tan bien que todo pasa a un segundo plano. La paz es infinita; miro hacia atrás y veo como el túnel se aleja, dudo en volver a él, quiero pero no puedo, ha desaparecido allá a lo lejos. Comienzo a caer en un negro pozo, la neblina me rodea, siento un cosquilleo en...
Te cuento: tienes sueño, mucho sueño..., caes, caes; después volveré... Te duermes y ya no eres nada en la oscuridad que ni la ves ni la sientes ni estás. Así fue también cuando nací, pero al revés, es lo “primero” que piensas.
Basado en experiencias reales de conocidos y familiares ¿Realidad del más allá o poder cerebral?. Muchas coincidencias con infinidad de historias.
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