domingo, 7 de agosto de 2016

"Curiosidades y Mitos en la Edad Media: La Homosexualidad y las relaciones sexuales", por Eduardo Navarro "Er Pedagogo Jimenato"

De su blog Andalucía y la Educación.
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¿Eran permitidas las relaciones homosexuales en la Edad Media?

El término en sí no nace hasta el XIX, claro está que siempre han existido relaciones de personas del mismo sexo. Curiosamente el término “gay” procede de la Edad Media y proviene del provenzal.


Aunque en un principio las relaciones entre dos personas del mismo sexo fuero más “toleradas”, el entrecomillado aludido nos lleva a posiciones como las de Juan Crisóstomo, que consideraba las relaciones entre hombres “contra natura”, lujuria y desenfreno sin una finalidad procreadora.  O en el reino visigodo el rey Chindasvinto (ciertamente un nombre que se las trae), que promulgó una ley que castigaba con la castración las relaciones entre dos hombres.

Esa “tolerancia” nos lleva a investigaciones como la del Boswell donde demuestra que se llegaron a bendecir uniones de personas del mismo sexo, también en los reinos cristianos peninsulares, se producen contratos entre dos hombres o entre dos mujeres por amor, que se puede interpretar como una forma de matrimonio.

Es cierto que aunque existiera la condena, las relaciones eran permitidas, sin embargo a partir de mediados del Siglo XII estas actitudes tolerantes cambiaron drásticamente, con una gran represión por parte de la Iglesia, se pasa del pecado al delito. Para Tomas de Aquino el propósito del sexo era la procreación y la homosexualidad una desviación del orden natural establecido por Dios.

En las documentaciones aparece la palabra “sodomía”, asociando a las personas que mantenían relaciones con personas del mismo sexo con herejes y de pecar contra-natura. Reflejado en también en las leyes civiles, como por ejemplo en las Siete Partidas de Alfonso X, “Sodomítico dicen del pecado en que cae los homes yaciendo unos con otros contra bondat et constumbre natural”.

Otra cuestión es la hipocresía, de cómo se vivía en los palacios y en las altas instancia eclesiásticas de forma privada. Como curiosidad reflejar esos comentarios “maledicientes” sobre dos reyes castellanos, ambos con estrecha relación con Jimena, hablamos de Juan II y Enrique IV, su hijo, y las distintas formas de relaciones sexuales que podían haber mantenido con mujeres y también con hombres.   

En al-Andalus se presenta de forma diferente, aunque el Corán y los textos religiosos sostenían actitudes negativas sobre la homosexualidad, no eran prohibitivas. En general nos encontramos con una sociedad “tolerante” en cuanto a la homosexualidad. Con la excepción de los intervalos en que gobernaron los almorávides y los almohades, con vertientes más fundamentalistas procedentes del Magreb.

Buena parte de la excepcional poesía andalusí, tiene un claro contenido homoerótico. “¡Cuántas noches me han servido las copas las manos de un corzo que me compromete!”. O las historias de los reyes, conocidas abiertamente, como el califa omeya Abderraman II, el rey de taifa sevillana al-Mutamid, los versos del Diwan del sultán granadino Yusuf III o las curiosidad del califa cordobés al-Hakem II, que tuvo descendencia por primera vez con una esclava vasca que se travestía como si fuera un efebo.

También en la poesía escrita por mujeres, como la de las hermanas Ziyab de Guadix, se trata el amor entre mujeres con normalidad, como cuando una de las hermanas vio a una esclava bañándose en el río y escribe: “Las lágrimas revelan mis secretos en un río donde hay tantas señales de belleza”.


¿Estaban permitidas las relaciones sexuales en cualquier día del año?
La Iglesia mantenía una serie de restricciones en los días que estaba permitido las relaciones sexuales. Obviando como se demostrará más adelante, que esto no lo cumplía ni Dios y valga la redundancia, haremos uso de la calculadora para realizar un arduo cálculo de los momentos que se podía permitir los actos sexuales, claro está para la Iglesia solamente con el propósito de procrear nuevos creyentes.  Y es que si te salías de estas fechas podías tener hijos leprosos o epilépticos

El sexo estaba prohibido los miércoles, viernes y domingos. Sólo por las noches. No se podía tener sexo en Cuaresma, tampoco 40 días antes de navidad y los 40 días previos a la fiesta de Pentecostés. Ni 5 días antes de comulgar ni un día después. Además estaban prohibidas las relaciones sexuales en los días que se celebrara un santo.

Así que si sumamos los días de cuaresma, navidad y Pentecostés, nos da un total de 120 días.
Sobre los santos pongamos un poco de imaginación y los subimos a los 130.
Tirando de más  imaginación pongamos que comulgue de media una vez al mes, lo que nos da en los meses que nos restaban otros 48 días a añadir la prohibición, ya llegamos a los 178 dias.
Ahora si a los 187 días restantes del año le quitamos los miércoles, viernes y domingo, nos queda en unos 3 meses aproximado y siendo optimista.

Con esas cuentas tenemos que a Juan Crisóstomo, nacido en septiembre, uno de los padres de la Iglesia, que se hace alusión al principio, sin embargo sus padres tuvieron relaciones “en el periodo anterior a la navidad”. De la misma forma nos encontramos que algunos de los Papas nacido en los Siglo XIII y XIV, tiempos de mayor intolerancia, aunque sus padres no cumplieron las reglas a rajatabla comprobando las fechas de nacimiento, lo dicho no lo cumplía ni Dios.

Como curiosidad la referencia al Rey francés Luis IX el Santo, porque este Rey si lo cumplía. Eso sí esperaba las fechas que estaba permitido, ahora en esas fechas podía hacer el amor en cualquier sitio, en cualquier momento y a cualquier hora. Cuestiones que llegaron a enfadar a su madre, Blanca de Castilla, porque encontraba fornicando en su hijo donde menos se lo esperaba. De tal forma que tuvo que crear una red de vigilancia con un control riguroso para que no fuera pillado por su madre cuando de manera honesta se entretenía en esos avatares con su señora esposa.

El “pobre” Rey, usando de nuevo la calculadora tenía pocos días para aprovechar para hace el acto sexual con su esposa, eso sí lo aprovechaba bien, cuentas esas lenguas maledicientes que al final le salía un porcentaje de “uno” cada tres días si se contara en todo el año, el “pobre”.

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