lunes, 18 de enero de 2016

Recuperación de hechos y personajes de nuestra historia: "Juan March Ordinas, pirata, político o industrial", por Cristóbal Moreno El Pipeta

PREÁMBULO:
Sin hablar de la I Guerra Mundial, es muy difícil entender como durante la misma, fueron bastante los españoles que más o menos ricos se hicieron de grandes fortunas. Al mismo tiempo, el lector advertirá, como las guerras en sí, interesan a algunos, desprendiéndose que son ¿serán? un gran negocio para la élite de siempre. También el lector se dará cuenta del por qué se escribe tanto de este hombre, Juan March, y evaluará el motivo de hacerlo aquí en el término municipal de Jimena de la Frontera, y muy especialmente en San Pablo de Buceite.


     ¿Tan importante fue su aportación a la Gran Guerra; hubiera, sin él, estallado la Guerra Civil española; habría triunfado el mal llamado Movimiento Nacional (el levantamiento, la insurrección) sin su intervención?.

    LA GRAN GUERRA

    La Gran Guerra (en Estados Unidos conocida como Guerra Europea - Primera Guerra Mundial- que duró desde 28-07-1.914 hasta el 11-11-1.918), donde más de nueve millones de combatientes perdieron la vida, ha sido considerada como el quinto conflicto más mortífero de la historia de la Humanidad, allanó el camino a grandes cambios políticos, incluyendo numerosas revoluciones con un carácter nunca visto en varias de las naciones involucradas.
    Se fraguó el 15 de junio de 1.914, con el asesinato del archiduque Francisco Fernando de Austria por un joven nacionalista serbio llamado Gavrilo Princip, que originó el ultimátum de Austria-Hungría al Reino de Serbia, invocándose las distintas alianzas internacionales forjadas durante décadas anteriores. En pocas semanas todas las grandes potencias europeas estaban en guerra, extendiéndose el conflicto a  muchas áreas geográficas. Pasó a ser una guerra mundial en la que participaron 32 naciones. Veintiocho de ellas, denominadas ‘aliadas’ o ‘potencias asociadas’ y entre las que se encontraban Gran Bretaña, Francia, Rusia, Italia y Estados Unidos, lucharon contra la coalición de los llamados Imperios Centrales, integrada por Alemania, Austria-Hungría, el Imperio otomano y Bulgaria.
    Como ya sabemos, España se libró de entrar en dicha Gran Guerra de forma directa, que ya desde 1.909 y hasta 29 de junio de 1.927 estaba enfrentada a Marruecos (Conflicto armado que enfrentó a España con los rifeños, encabezados por El Mizzián. La guerra contra Marruecos se inició el   09-07-1.909, en la España de la Restauración, bajo gobierno de Silvela, prolongándose hasta el 29 de junio de 1.927, ya durante la dictadura de Primo de Rivera  (Fuente: el  texto que está entre paréntesis ha sido extraído de www.enciclonet.com). 
    Se dice que se libró de entrar en guerra de forma directa, porque es muy difícil que algún país, limítrofe o no a otros en conflictos, no se alineen de alguna forma.
    Indirectamente, cuando sin estar alineado, de alguna forma intervienen, colaboran o cooperan sin entrar en fuego, con una o con ambas partes a la vez, aprovechándose incluso del propio conflicto para sus intereses; como fue el caso de una gran parte del empresariado español. “Para un puñado de españoles, la Primera Guerra Mundial, en la que nuestro país evitó participar, fue una oportunidad única de enriquecimiento rápido y fácil. Para millones, un periodo de escasez y hambre”.

    ORGÍA DE GANANCIAS

    A veces, sin entrar en el conflicto de la guerra, en la que intervienen una o varias partes, del conflicto se puede derivar que se derrote al propio Estado de un país.
    En el caso de España, incapaces de detener la especulación, los gobiernos liberales y conservadores fracasaron también al intentar gravar los beneficios extraordinarios generados por la Gran Guerra. Por primera vez, España vivió una huelga general que quiso ser revolucionaria. Los grandes empresarios atribuyeron el déficit del Estado a las campañas de Marruecos. Sin embargo, no del todo fue debido a ésto, afectando parcialmente, pues casi siempre las guerras son un acopio de dinero extra, pues no todo es gasto, y aunque empobrezca a los de siempre, son otros los que ganan, y no precisamente el proletariado.
    El industrial Pedro Gual Villalbí, recuerda en sus memorias, hablando de la Gran Guerra: “Fue  una época fantástica, un sueño portentoso en el que todos los negocios fueron prósperos y fáciles, consintiendo una verdadera orgía de ganancias”.
    Insaciable, la guerra de trincheras devora hombres y armas a un ritmo cada vez mayor. Se necesita acero para los cañones, trigo y arroz para alimentar a los soldados, telas para sus uniformes... España se convierte en un mercado donde los agentes de ambos bandos compiten por cazar materias primas que envían a sus países legalmente o de contrabando. Igualmente pasa con el carbón: Gran Bretaña y Alemania, necesitan todo su carbón y empiezan también a reclamar el español. Solo en Asturias, el número de explotaciones pasa de 129 al inicio de la guerra a 314 a finales de 1.918. Las empresas textiles de Barcelona, Sabadell e Igualada, no dejan de fabricar uniformes, mantas y botas. La mano de obra es barata y abundante y los controles de calidad escasos. La guerra también permite desarrollar las industrias químicas, farmacéuticas y mecánica.  En vascongadas, la metalúrgica multiplicó por catorce el número de negocios. Las entidades bancarias aumentan en 44 entidades, incluyendo dos nuevos gigantes: El Urquijo y el Central. Sin embargo los mayores beneficios se concentran en el naval. En septiembre de 1.916, los submarinos alemanes comienzan a torpedear mercantes españoles con cargas para la otra parte: 8 en los primeros años de guerra; 31 en 1.917 y 65 en 1.918. Sin embargo, los alemanes tenían todo el cuidado de no hundir a los barcos de uno de sus aliados, JUAN MARCH ORDINAS.

EL  ESTADO POBRE,  LOS SELECTOS ENRIQUECIDOS Y LA ARISTOCRACIA Y LOS EMPRESARIOS MÁS RICOS AÚN.

    Los mejores datos para conocer la salud de las finanzas públicas de un país, es comprobar la diferencia entre sus ingresos y sus gastos. Se pudo comprobar como entre 1.914 y 1.918, existía una orgía de ganancias de los empresarios, sin embargo, el déficit público no paraba de aumentar. En 1.913 la administración  gasta 71 millones de pesetas más de lo que ingresa, y ya en 1.915 aumenta a un 1.042 por ciento, por tanto son 811 millones más de lo que ingresa.  ¿Cómo puede comerse esto?, pues lo que dijo en 1.923 el economista Francisco Bernís, en Las consecuencias económicas de la guerra, que nos lleva a entender lo expuesto: “el déficit del Estado crece cuando crece el bienestar y el enriquecimiento económico privado, como si solo fuera posible a sus expensas”.
    La oligarquía, entre un Estado pobre y una economía que había proporcionado -a algunos- beneficios muy elevados no sumaban más de un centenar de apellidos que una y otra vez se repetían en los consejos de administración de las grandes empresas y bancos creados durante la guerra. “Ninguno de este centenar de apellidos era uno de esos nuevos ricos que hicieron su agosto en los negocios más oscuros que la guerra había traído consigo -escriben Mercedes Cabrera y Fernando del Rey, quizá pensando en JUAN MARCH-. Casi todos estaban ahí antes, aunque desde luego multiplicaron sus fortunas esos años”.
    Esa élite que posee el poder económico y controla el poder político está dispuesta a poner en riesgo el mismo sistema que domina. Hoy debemos pensar, ¿esto es trasladable en el tiempo?, ¿actualmente, de una forma más evolucionada, sería igual que antaño?. Pues igual.

    1.918 ¡TENEMOS HAMBRE, QUE BAJE EL PRECIO DEL PAN!

    ¿Juan March, quién es Juan March Ordinas?: alguien muy conocido que se hará rico con esos negocios oscuros durante la Gran Guerra, entresijos de contrabando, espionaje, dominación de políticos para sus intereses, etc., hará de este hombre uno de los más ricos de España.
    Todavía, en los primeros meses de 1.918 (ya hablaremos de años anteriores), mientras que las huelgas empobrecía a los mismos pobres ¡Tenemos hambre, que baje el precio del pan! Estos gritos y éstas huelgas eran calificadas por la oligarquía como “un motín revolucionario”. Los poderosos se proclamaban  ellos mismos en un manifiesto diciendo ser: “Las personas imparciales, sensatas y amigas del orden”.
    En febrero, centenares de mujeres asaltan los almacenes del puerto de Palma de Mallorca (mientras se manifiestan por la falta de carbón - ya que March lo saca de la isla para venderlo-, encuentran allí, bajo algarrobas y almendras: sacos de arroz, harina y azúcar, embutidos y latas de aceite que Juan March tenía lista para su embarque al puerto de Amberes (Bélgica). Cinco años después, Bernis, en uno de sus puntos hace mención a ésto y escribe: ...”Las exportaciones españolas se han hecho a costa de la desnudez de los españoles y del hambre de los españoles”.
    A finales de 1.917, los mallorquines pasan cada día mas hambre y más frio, mientras que la fortuna del también mallorquín Juan March no deja de aumentar. Para denunciar sus negocios ilegales , el diario satírico “En Tófol” publicó el 20 de noviembre de dicho año 1.917, una divertida adaptación del Tenorio de Zorrilla. Peré Ferrer recuperó en su biografía de March este extracto de “Don Juan (acaparador) y Doña Inés (Mallorca) acaparada”:

    No embarquéis ya más, D. Juan        ¿Y que he de hacer ¡ay de mi!
    que no podré resistir                sino caer en vuestros brazos
    mucho tiempo sin morir            si hasta el carbón en pedazos
    sin ayuno con tanto afán...(...)         me están robando aquí?

    JUAN MARCH ¿PIRATA DEL MEDITERRÁNEO?

    Juzguen: un velero español, abarloado al costado de un submarino alemán, mientras que otros tres veleros esperan cargados de alimentos (en ocasiones hasta de armas ligeras). Los marineros españoles no paran de transportar, pasando de mano en mano, desde el veleros hasta el vientre metálico del submarino bidones de fuel, garrafas con agua potable y de vino, cajas con verduras frescas y sacos con otros víveres. En un momento dado un vigía da la voz de alarma. En el horizonte se divisa la columna de humo de un vapor francés. Se interrumpe el repostaje y los marineros de unos y otros vuelven rápidamente a sus embarcaciones, mientras que el submarino se sumerge en las profundas aguas mallorquinas. Han quedado interrumpida una de las operaciones que están convirtiendo a Juan March en uno de los hombres más ricos de España. Esto llega a conocimiento del almirantazgo británico que piden explicaciones a Antoni Maria Ques, segundo de March, que niega este tipo de hechos, argumentando que si existieran estos aprovisionamientos, él lo sabría. Ante la insistencia de los británicos culpan a otros contrabandistas y así se quitan de en medio competidores.
    La verdad era que Juan March estaba siendo reconocido por los estados beligerantes como una potencia en la cuenca, al que todos necesitaban (señala su biógrafo Pere Ferrer). March es ya banquero, empresario y contrabandista. Su flota oficial es la de la Compañía Isleña Marítima, poseedora de la concesión estatal que le permite conectar las Baleares con la Península, Argel y Marsella, y unos cincuenta veleros y vapores matriculados en Gibraltar, con los que suministra de contrabando a los submarinos alemanes y austriacos el combustible y los lubricantes que, oficialmente adquiere para su naviera.
    Cuando es sorprendido y ha perdido ya siete de sus naves, en manos de los británicos, por motivos administrativos, comienza a colaborar con los aliados, fingiendo que deja a los alemanes. Ya entonces es uno de los mayores accionista de la Transmediterránea.
    El hambre acusa gravemente a la población de las islas, mientras que sus barcos acaparan todos los víveres que paliarían el problema de la alimentación en ellas, transporta incluso los cereales recién segados desde la playa rumbo a Francia. En las costas de levante sus barcos cargan arroz y harina para el puerto de Palma, pero a mitad de camino cambian de rumbo para vender su preciada carga en puertos europeos. 
    Sospechando que todo se puede volver contra él, se las ingenias para ganarse a los obreros y a sus representantes, y abre un depósito de cien mil pesetas para construir la Casa del Pueblo. Esto y otras acciones benéficas similares las utiliza como escudo, y cuando estallan las revueltas obreras, el hombre que agudizó el hambre de la población de las Baleares, tenía el argumento para defenderse. En 1.916, el Instituto de Reformas Sociales calculó que el precio medio de la leche había aumentado en casi un 14%; el del pan en más de un 24%; y el de los huevos, cerca de un 31%. Entre 1.914 y 1.920, y así el de otros alimentos primordiales; la inflación se duplicó y los salarios quedaron rezagados. La emigración al país galo, es una alternativa, donde muchos son presas de las mafias. Así estaba todo, mientras que del caos muchos, como March,  se enriquecían.
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Placa cerámica en la calle Real de San Pablo de Buceite.
    ¡PERO BUENO ¿DE DONDE SALE, QUIÉN ERA ESTE TIPO!

    ¡Si!, quién era este tipo, que está en la historia cronológica de nuestro pueblo, que osa, durante las 24 horas de todos los días formar parte de nuestras vidas, viéndole continuamente en nuestros paseos, idas y venidas, por la calle Real, incluido en esos letreros “monolitizados” (algunos “politizados...”) que ilustran de lo que de ilustre tiene la historia de nuestro San Pablo de Buceite?.  ¿Es o no es digno Juan March de quedar posados sus recuerdos en el centro de la vecindad? Queramos o no queramos, con esos dineros bastardos, compró los principios, ya iniciados, de una población en auge y de lo que en zona le corresponde, y, ¡como no!, de las huellas o vestigios de historia que sus entrañas guardan bajo tierra, como si de un crimen se tratara. 
    Todavía no es bastante lo escrito de Buceite o de Granados, ni de lo que ocultan los cerros y lomas que, a una y a otra orilla del Guadiaro, entierran los misterios y partículas de historia: todavía estamos descubriendo lo históricamente enterrado bajo nuestro suelo o entre pergaminos; papeles “marroneados” por el tiempo; páginas aplastadas por otras que las sujetan al viejo, empolvado y sucio libro para que no escapen, para que sean descubiertas por ojos ávidos de enriquecer la identidad de las cosas ¡Tenemos que descubrir aún tantos vestigios como pululan por ahí y que abrillantarían el espejo de la historia de este lugar!. Muchos son esos antiguos pueblos que habría que estudiar detenidamente por arqueólogos especializados para darle entidad, en la acumulación de nombres, civilizaciones e historia; fantásticas historias que como cuentos o leyendas enmarcaría a este nuestro pueblo entre pueblos importante y lleno de historia desperdigada.
    Por tanto, tenemos que escoger lo bueno y lo malo, todo antepasado enriquece, sin embargo, hay que poner cada cosa en su lugar. Para ello hemos de profundizar en el conocimiento de la realidad existencial de lo que se trate, en este caso de las personas. En este caso de JUAN MARCH ORDINAS y su biografía, para bien o para mal.

BIOGRAFÍA  (Wilkipedia).-

Nombre y apellidos: Juan March Ordinas, nacido en Santa Margarita (Baleares), el 04-10-1880, falleció en Madrid el 10-03-1.962, causada a raíz de las heridas sufridas por accidente de circulación el 25 del mes anterior, en Las Rozas (Madrid). 
Información profesional: Ocupación banquero y comerciante. Diputado de España.
Información personal: Cónyuge, Leonor Servera Melis (hija de un político de Manacor vinculado a la banca. Hijos, Juan March Servera (1906-1973) y Bartolomé March Servera 1.917-1998).
Otros datos:  Contrabandista, empresario y financiero español del siglo XX.

Historia abreviada: Hijo de un tratante de ganado. Estudió comercio en el colegio franciscano de Pont d`Inca, siendo expulsado de la escuela. Comienza sus actividades con la trata de cerdos, como continuación de negocio familiar, simultaneándolo con una casa de banca autorizada en el domicilio, es decir, su casa era como un banco, era..., un banco. Con los beneficios compró terrenos de la antigua y arruinada aristocracia mallorquina (botifarras botifleurs). Pasó al contrabando adquiriendo productos en África y Gibraltar, que vendía en la costa valenciana. En 1.906 se dedica a la producción de tabaco, comprando parte de una fábrica de tabaco en Argelia; en 1.911, consigue todo el monopolio de tabaco en Marruecos, incluido el español. Intervino en la producción de electricidad en Baleares, haciéndose con acciones de la Compañía de Tranvías de Palma de Mallorca y Canarias.

Durante la I Guerra Mundial (1.915), descubierto sus tejemanejes con los transbordo de cargas desde sus veleros a los  submarino alemanes y austriacos, Winston Churchill, Primer Lord del Almirantazgo británico, expropió   la isla de Cabrera, por parte del ramo español de Guerra, cuyos propietarios nunca la recuperaron.

1.916, creó la Compañía Transmediterránea.
1.923, fue elegido diputado a Cortes por Mallorca por Izquierda Liberal, de Santiago Alba Bonifaz.
1.926, fundó la Banca March.

En actividades denominadas negocios de guerra, además del avituallamiento de submarinos, vendió miles de fusiles Mauser 98 (El Mauser 98, es un fusil de cerrojo alemán diseñado por Paul Mauser en 1.898)  y millones de cartuchos 7,92 x 57, al cabecilla marroquí Abd el Krim, que en el norte de Marruecos acosaba al ejército español. 

1.931, con la Segunda República, fue detenido acusado con la dictadura y el contrabando.
1.932, fue encarcelado en la cárcel Modelo de Madrid, por actividades económicas irregulares.
1.933, se fugó de la cárcel de Alcalá de Henares, de la que se fugó, sobornando al oficial de guardia Eugenio Vargas. Con la dictadura de Franco, años más tarde, éste funcionario se le nombró para altos cargos de Instituciones Penitenciarias.
Una vez que March se fugó de la cárcel, llegó a Gibraltar y de allí a París, donde reuniendo a la prensa europea , declaró en su defensa:

    “Colectivamente -afirma el Sr. March- acuso a los que en 1930 vinieron a pedirme dos millones de pesetas para hacer la revolución. La República, me dijeron, le devolverá un millón por cada peseta. Acuso a cuantos me persiguieron, prevaricando a sabiendas, a los que a mi costa falsificaron documentos, a los que cometieron en la tramitación del proceso todos los delitos que es dable cometer en un procedimiento judicial. Colectivamente acuso de prevaricaciones a los ministros del Gobierno Azaña, y de un modo concreto e individual, a los Sres. Camer, Prieto y Domingo. Pero no solo de prevaricaciones, sino de otros delitos que revisten figura penal. No me refiero, claro está, a los auxilios morales y materiales que algunos de aquellos señores hayan recabado y obtenido de mí, antes de llegar al Gobierno. A los quince días de estar recluído en la cárcel de Madrid, unos amigos o asociados del Sr. Camer, que a la razón era ministro de Hacienda, los Sres. Viellas, comisionaron un estudio relativo a mis negocios en marruecos, y, al mismo tiempo, el referido ministro y otros elementos del Gobierno gestionaban “oficialmente”m cerca de la “Sociedad Internacionale de Tabacs de du Maroc”, la rescisión de mi contrato, con el propòsito manifiesto y probado de adjudicarlo a sus amigos, y previa oferta a la Sociedad de que ésta entidad sería indemnizada cumplidamente. Como ya el director de la Sociedad, y el consejero español, marqués de Caviedes, objetaron al Sr. Camer la imposibilidad de ejecutar la operación sin mi asentimiento, puesto que yo era una de las partes contratantes, el ministro arguyó en su despacho oficial: “No se preocupen ustedes, March pasará en la cárcel todo el resto de su vida”.

    GUERRA CIVIL ESPAÑOLA (1936-1939)

    Al objeto de financiar inicialmente el golpe que dio origen a la Guerra Civil,  March participó en diversas entrevistas en Biarritz (Francia), al objeto de asegurar el futuro de los implicados en caso de que la sublevación no prosperase. Al parecer -no ha quedado demostrado- March lo garantizaba con su fortuna.
    Reelegido diputado en febrero de 1.936, fue uno de los principales financiadores de la sublevación.   De hecho fue quien pagó el alquiler del Dragón Rapide, el avión, que trasladó al general Franco desde Canarias a Marruecos a fin de tomar el mando del Ejército de África. Mediante su influencia, los sublevados obtuvieron el apoyo de muchos indecisos. March puso a disposición de los sublevados 600 millones de pesetas.
     
Financió el primer puente aéreo militar de la historia, por el que se trasladaron de África  a Sevilla las unidades de élite .mediante aviones alemanes Junkers Ju 52- con lo cual se plantaron casi a las puertas de Madrid en poco tiempo, a la vez que atacaban Extremadura adueñándose rápidamente de Badajoz.(https://es.wikipedia.org/wiki/Wikipedia:Verificabilidad – y de la Revista Historia y Vida).

    Cabe citar su transferencia de recursos a bancos de Roma, junto a los de Manuel Salas y otros acaudalados mallorquines, para conseguir aviones italianos que irrumpen en el frente de Porto Cristo (Mallorca) a fin de frenar el desembarco republicano (agosto.septiembre de 1.936). Validados los pagos y a bordo del vapor italiano Morandi, desmontados, llegan al puerto de Palma los primeros cazas que desde el aerodrómo de Soln Bonet y de Son San Juan, atacarían a los “invasores”, forzando su retirada el 04 de septiembre.
    Según algunos cronistas, sin la contribución de March en la primera fase de la guerra (24 de julio al 30 de septiembre de 1936), los sublevados posiblemente no habrían logrado los éxitos obtenidos.
    Según Robert Solborg, agente americano en Lisboa en 1942, March, previo soborno de los británicos (inicialmente diez millones de dolares de la época a repartir entre los generales) a los principales generales de Franco, para evitar que España entrara en la II Guerra Mundial a favor de Alemania (estudio en 2004 del historiador Pere Ferrer). Alemania estaría al tanto, tomándolo como un juego de equilibrios y no como una traición de March.
    Conocido como “El banquero de Franco” y a amparo de la dictadura, realizó diversas operaciones de gran calibre, como la compra de la Barcelona Traction, tras la que fundó FECSA.

    FUNDACIÓN JUAN MARCH

    En 1.955, creó la fundación Juan March, para promover la ciencia y la cultura, dotándola con 300 millones de pesetas, a 2.000 millones de pesetas a su muerte. Hoy cuenta con colecciones propias de escultura y pintura, institutos de investigación, bibliotecas y publicaciones, y ofrece premios y becas de investigación y actividades culturales.

    Moraleja: y ahora, para bien o para mal, conociendo bastante más de su vida, ¿quién lo baja de la historia de este país? Y, también, conociendo que este pueblo y que esta zona fue (para solo su beneficio) una inversión y una transacción más de tantas, sin haber aportado nada digno de mencionar para el bienestar social del municipio (que no fuera el de ganar dinero con las ventas), ¿por qué hemos de darle más mérito que el de haber pasado por aquí de soslayo, para invertir y ganar dinero con la inversión de dinero de dudosa proveniencia?.
    No tenemos que olvidar que,  por el dinero, llegó incluso a traicionar los intereses de la nación (vendiendo armas al enemigo Abd el Krim).

     Los lectores, como siempre, opinarán al respecto.


 FUENTES CONSULTADAS: Wikipedia; www.enciclonet.com; Revista Historia y Vida. (https://es.wikipedia.org/wiki/Wikipedia:Verificabilidad .-

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1 comentario:

Anónimo dijo...

.
Como este señor J March,
algunos más tuvo la historia.
En la actualidad tenemos muchos
(sólo hay que ojear algún periódico
o mirar u oír un telediario)
Y en los futuros, próximo y lejanos,
tendremos muchísimos más,
la cosa va en aumento,
en aumento exponencial.
Esto ya es una plaga
difícil de erradicar
si todos a una y a la vez
no le ponemos remedio.
Estos, a los que también llaman
modernamente EMPRENDEDORES
con una denominación incorrecta
demasiado generosa y larga
ya que la primera sílaba (EM) le sobra,
hay que quitarle a la palabra la E y la M.
.
13.04.16
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Antonio. -El niño del Corchado-