sábado, 27 de diciembre de 2014

Rebozuelos en diciembre en Los Alcornocales

Por Alberto Arregui. 
Cocinero de la Sociedad Micológica de Madrid y miembro de su Junta Directiva pasó unos días en Jimena el pasado puente del 8 de diciembre, y ha publicado este artículo en su blog "Micogastronomía para chuparse los dedos"
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VISITAR el Parque de los Alcornocales es un placer singular, y el precioso pueblo de Jimena de la Frontera, donde se abrió la primera lonja micológica, es una base de operaciones perfecta.  


En pleno mes de diciembre, con unas temperaturas excelentes y después de abundantes lluvias, los bosques estaban en su plenitud. Los alcornoques (Quercus suber), desde luego son una maravilla y ver tantos montes cubiertos de esta especie justifica el viaje, pero los robles morunos (Quercus canariensis) no se quedan atrás, ejemplares soberbios, por si fuese poco, en esta época están maduros los madroños (Arbutus unedo) que contribuyen al color y sabor de las excursiones.
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Gran variedad de setas, a destacar, entre las comestibles, el rebozuelo (Cantharellus subpruinosus), con gran abundancia, aunque también recolectamos, pie azul (Lepista nuda), parasoles (Macrolepiota procera), y algunos boletos (Boletus gres edulis), entre otras cosas.

Preciosos ejemplares de la muy tóxica Amanita pantherina, y llamativos ejemplares de Clavulina vermicularis, Clavariadelphus pistillaris, o Crepidotus variabilis. También encontramos una especie con la que nos estrenamos, pues nunca la habíamos recolectado, Entoloma bloxamii, de tonalidades gris azuladas.

Para rematar la estupenda excursión a estos montes de Cádiz y Málaga, nos acercamos a la playa de Bolonia, con África a la vista, las ruinas de una ciudad romana, una fritura de pescado insuperable junto al mar… ¿qué más contar? ¡Deseando volver más veces a Jimena de la Frontera! Y, por supuesto a la casa rural de Pepe Quirós, donde estuvimos tan a gusto.

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