jueves, 7 de agosto de 2014

"La hospedería del chiripi", por Salvador Delgado Moya

Quisiera describir lo que ha supuesto para mí, y creo que también para mucha gente, lo que significa ser sampableño o “chiripi”.

Para sentir estas vivencias hay que llevarlo en la sangre, en la genética y sobre todo en el pensamiento. Algunas veces imagino, sueño, que fue de aquellos años que llevo grabados. Y como un loco paranoico motivado, me dejo llevar por aquellas escenas, dentro de una película, un gran largometraje, imposible de revivir físicamente, pero si mentalmente..
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Os propongo que participéis de mi delirio...
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Recuerdo aquellos veranos eternos, de niños que iban a bañarse al rio , haciendo de aquel paraje el mejor resort del mundo. Casas encaladas a brocha, de cal apagada, haciendo que la hazaña estuviese culminada antes del esperado y ansiado San Pedro. Gente en las calles sentadas sobre sillas de neas, descansado de la fatigosa jornada y recepcionando un merecido descanso. Puertas y aceras fogosas de calor que se apaciguaban con cubos de agua pulverizadas por la maestría de nuestras madres.

Recuerdo sus olores: al pan recién hecho del horno de Muñoz, el olor a mar de la furgoneta de “José el Pescaero”, el aguardiente de Casa Carrión...

Recuerdo sus sonidos: el soniquete del yunque del herrero. El tren llegando a la estación, avisando de su presencia, ese que tantas veces vio marchar la desaparecida Cecilia. El Barreiros de Bartolín o los tractores con cajones de naranjas, colmados por los jornaleros con destino al almacén de Luis Sánchez. El altavoz de la iglesia, esos matinales domingos, pregonando con su música la obligatoriedad de asistir al evento. Al también desaparecido Juan Guzmán, alertando con paso firme y rápido a todos los convecinos y de viva voz, que el suministro de agua potable sería cortado por una avería, lo que provocaba que el populacho se apresurara a abastecerse del preciado liquido en barreños, cubos y palanganas.

No quiero hablar de sus calles y sus callejuelas, porque todas ellas tienen libros y libros para describir las vivencias en ellas acaecidas.
Tengo grabadas imágenes como si de postales se tratasen que me transportan al pasado: el primer parque infantil, coronada por la insignia de la Caja de Ahorros de Jerez; la botica; el estanco; la tienda de Carrión; las escuelas viejas; los partidos de futbol dominicales en la pista del colegio; mujeres que todas las tardes recibían clases de corte y confección; la tasca de Gonzalo; el bar Pedro; la primera cabina de teléfono; la cerejana y la cortapisa, que podríamos decir que eran los límites territoriales de nuestra ya avanzada infancia; el cine de verano de “El Largo”, y tantas y tantas imágenes...

Podría seguir enumerando ciento y cientos de circunstancias, de paisajes, de escenas y de momentos tanto de personas como de eventos, pero solo quiero mencionar algunos que me vienen a la memoria de paso, porque con la nostalgia también se vive e indudablemente han sido y serán protagonistas en nuestras vidas.
Para mí, mi pueblo, - y lo digo en posesivo- es un cúmulo de sensaciones, algunas veces inexplicables, que hacen emanar mis sentimientos.

Lo que si se es lo que quiero. Quiero volar por sus calles, sentir los olores de azahar, zambullirme en tu rio, saciar mi sed con tu agua, abrazar a su gente, llorar por los ausentes y reir con los presentes, quedar extasiado solo con su presencia y seguir en el delirio permanente de su felicidad. Quiero gritar muy alto, y decir y pedir gracias, por haber nacido y vivido en este pequeño tesoro y que es de incalculable valor gracias a su gente.

Quiero un buffet completo de tu gastronomía; quiero deambular bajo tu luna; quiero que me abrase tu sol, quiero oler tu esencia, quiero meditar con tu paz y sosiego; quiero llorar y reir contigo y por ti; quiero el néctar de tus naranjas; quiero que el corazón se me agite cuando digan tu nombre; quiero a San Pablo, lo quiero hasta que me duela...

Aquí no poseemos grandes monumentos, ni basílicas, ni iglesias, ni mezquitas, ni alhambras, ni castillos que fuesen legados por nuestros antepasados, aquí lo que si poseemos lo que para mi, y en los tiempos que corren, es una de las siete maravillas del mundo, y no es otra cosa que su gente, su idiosincrasia y su entorno, todo ello envuelto en un aura de descanso, paz, relajación y bienestar, llegando a saborear la vida un tanto diferente.

Llegado a este punto y con mi copa en la mano, alzo mi brazo, y mirando al cielo quiero y deseo brindar por los padres, madres, hermanos, familiares, amigos y conocidos que jóvenes o mayores dejaron un dolorido e incurable vacío por su ausencia, y que gracias a ellos, los que se fueron, los que están y los que llegaran, todo el conjunto son participes de escribir cada una de las páginas del libro de la historia de esta bendita tierra. Tened muy claro que vuestro recuerdo será imborrable y seguro que algún lugar de este inmenso e ilógico mundo, estaréis brillando al igual que lo hicisteis cuando podíamos disfrutar de vuestra presencia.
Quiero volar, respirar tu aire, volar desde La Lapa hasta Barranca bermeja; desde el Cortijo de Ciriaco hasta El Corchado; desde la Garganta del Purga hasta el Guadiaro.

Quiero emborracharme en tus fiestas, transformarme en tu carnaval; quiero bailar con tus adelfas, plataneros, lentiscos al son del viento que se mece en tus parajes; quiero beber tu agua, la que sacia la sed del recuerdo; quiero despertarme en tu naturaleza, con tu aire y con tu esencia; quiero delirar por tus calles, transportarme a tu historia, a tus alegrías y a tus penas; quiero dormir contigo y en ti; quiero delinquir en tu alma y quiero morir en tus brazos...

No quiero utilizar una verborrea redundante, calificativos desconocidos, ni algo ilegible, no quiero que esto sea un artículo, ni un ensayo, ni siquiera un comentario... simple y llanamente son, sentimientos.

Tengo que marchar. La vida continua. Dejaré mis aposentos, me asomaré al ventanal para respirar tu aire, intentando llenar mis pulmones con tu ser. Cabizbajo me voy, pero tengo muy claro que algún día volveré para quedarme, casi seguro para acompañar a los ausentes, dejando de existir, y abonando con mis entrañas la tierra que me dio la vida, que engalanó ni niñez y me regalo la juventud...

Te quiero. San Pablo, te quiero. Y lo seguiré pregonando hasta el último aliento que me quede en esta vida.
Te debo mi alma, pero jamás podré saldar la deuda que contraje contigo al recibirme en tu hospedería.

SALVADOR DELGADO MOYA .
Agosto-2014.

24 comentarios:

Unknown dijo...

Salvador que grande eres, soy el sevillano y me acabas de poner los bellos de punta. Aunque yo iba a San Pablo solo en verano pero es verdad que se hacia interminable, recuerdas las salidas en bicicleta que haciamos al Corchado? que buenos momentos y que buena gente hay allí.

Tobi Quirós dijo...

Ay¡¡ Barriguita verde, que buenos recuerdos.
Imposible relatarlos mejor.Cualquier día de estos te hacen pregonero y seguro que no se equivocan. Un abrazo.

Unknown dijo...

Salvador que grande eres, soy el Sevillano y me acabas de poner los bellos de punta, al leer lo que has puesto me ha recordado esos momentos tan bonitos vividos en San Pablo cuando iba en verano, y esas salidas en bici al Corchado?, todo era reirnos y pasarlo bien, que buenos años..

buceite.com dijo...

Gracias Salvador por compartir con nosotros tu sensibilidad y sentimientos, tan bellamente escritos.
Un abrazo.
Bernardo Medina.

dolores gonzalez dijo...

No se quien eres pero que cosas mas bonitas dices del pueblo donde vivo...san pablo

Anónimo dijo...

Un excelente artículo lleno de vivencias y sentimientos que de seguro, ha transportado a más de uno, a esos recuerdos felices que se nos quedan para siempre en el corazón.Enhorabuena Salvador. Andrés Beffa.

Anónimo dijo...

Juan Muñoz,gracias,mil gracias Salvador,eres autentico

Anónimo dijo...

Desmigajando la magdalena de Proust
no creas que todo esta perdido
mientras mantengas el recuerdo
de los santos días idos

Cristóbal Moreno dijo...

Entrañable maestría expresando tus sentimientos tal como los sampableños lo vivimos; también cuando lo sufrimos al añorarlo durante nuestra ausencia. Somos sampableños y buceiteños,muy en concordancia con San Pablo y con Buceite; pero sin ánimos de ofender a nadie y menos de desprestigiar tu encantador relato lleno de añoranza y sentimientos, espléndido a no poder más, mi alma, la mía sin hablar por nadie, se llena de tristeza cada vez que oigo o leo "Chiripi", a lo que no encuentro sentido alguno como gentilicio para nuestro querido pueblo.
Chiripi te odio, sampableños y buceiteñas os amo.

Anónimo dijo...

Preciosa descripcion de hechos personas lugares y del pueblo muy buenos recuerdos

Mariluz Rueda dijo...

Que bonito y emotivo!!!, yo por suerte naci en San Pablo y aquí sigo!!!!. Por motivos como los que tú has narrado merece la pena organizar los "Encuentros Sampableños", para volver a encontrarnos y revivir toda nuestras viviencias!!!!. De nuevo felicitarte por el artículo y nos vemos en el encuentro! !!

Anónimo dijo...

Ha sido un placer leer y disfrutar de lo que has escrito. Conozco a San Pablo desde que era adolescente y no es mi intención romper esta magia tan linda que has creado, pero...San Pablo está muerto Salvador.Vivimos tranquilos, pero su gente, buena gente, está adormecida, la juventud sin ideas ni visión de futuro, sin ilusiones, sólo viviendo, sobreviviendo, y sin objetivos claros. Los de mediana edad y los mayores conformándonos con lo que hay, sin hablar mucho por si molestamos a alguien y sin prosperar ni en proyectos ni en ideas, todo lo contrario, a veces viendo como nos dividimos y separamos y eso que somos pocos. Lo que tú has escrito sobre San Pablo es real, pero esto mío también.Lo siento.

Anónimo dijo...

Encadenar palabras bonitas esta muy bien, la realidad es otra muy diferente. Pero como nos gustan nos halagos... se nos cae la baba, pues nada a disfrutar,el que no se consuela es porque no quiere.

chiripi dijo...

Desconocía tu prolífica prosa, Salvador, "er Moya", como te conocíamos y te conocemos todos.Enhorabuena.
Pero yo, que no me acabo de despegar de San Pablo, observo todo lo que cuentas con una especial melancolía y con tristeza a la vez porque como han dicho por aquí, esa esencia, que tan bien describes, se ha perdido, y este pueblo está apático y desorientado. Depende de todos levantarlo, y el próximo Encuentro Sampableño puede ser el inicio de la remontada.
Soy Miguel García, el hijo de Bartolo, que fuera inseparable compañero de tu padre. ¡Qué vivencias aquellas, eh!
Ah, y a mí, no sé quién lo inventó, pero lo de chiripi me encanta.

Anónimo dijo...

San Pablo siempre en el corazón.

Anónimo dijo...

Nada es cierto.ahora.todo es diferemte

Anónimo dijo...

soy una san pableña o chiripi en la distancia a muchos km, y solo os puedo decir q con las palabras de Salvador por unos momentos, por un maravilloso ratito mevha trasportado a mi niñez y me ha hecho llorar. Pero es que queremos a ese San Pablo de antes alegre e inolvidable. No se que ha pasado con aquel pueblo que tenia cabida para todos,niños,adultos,ancianos,personas que venian de fuera o familiares de los que alli estaban que solian siempre repetir sus vacaciones de Agosto en nuestro pueblo,duplicando sus habitantes y alegrando sus calles tanta gente. Bueno creo que si lo se. Como yo mucha gente tuvo q salir fuera en busca de estudios, trabajo y algunos q encontraron pareja fuera y formaron familia, pero tambien falta de entusiasmo por hacer cosas por el pueblo y hacer que brille como antes. De a quien corresponda hacer proyectos para que la juventud divino tesoro no marche. Mis lagrimas corren por mis mejillas por pena, tristeza y melancolia. Porque tus sentimientos SALVADOR son el de mucha gente y si estas fuera mucho mas. Gracias de corazon por hacerme sentir con tus palabras. Sanpableños donde esteis no olvideis vuestras raices como un dia lo hice yo. Ahora cuando vuelvo solo unos dias me siento yo, y me voy de ese pueblo de mi casa renovada y llena de energia. Besos a todos

Anónimo dijo...

Es diferente si. Pero porque nosotros tambien somos diferentes. y la gente sevha tenido que ir a buscarse la vida, el pueblo esta vacio. Pero sino creo que nada cambiaria o hubiese cambiado

Anónimo dijo...

Que cierto lo que dices y tan bien dicho. Esvuna pena cuando he disfrutado mi juvetud alli entre naranjos robando alguna que otra wachitona riquisima para comermela o cogiendo ranas en la garganta y simplemente en las calles con mis amigas sin prestar atencion a la hora porque no hacia falta y porque tampoco teniamos, jaja. Bueno nos hace recapacitar tambien de lo que teniamos y de como lo vivimos ahora los niños no tienen eso y de eso me enorgullezco. De mi infancia.

Anónimo dijo...

Estoy contigo no me gusta chiripiy no se quien lo puso. sampableños o buceiteños me encanta. Y añoro aquel carnaval con el puchero en la calle Real donde no se podia ni andar de gente. y la feria en el pueblo cuando empezaban a llegar cacharros con la incertidumbre de cual sera. Ese escandalo de luces y voces pero que alegria tenia mi pueblo y que vida.

Anónimo dijo...

Que bien lo has descrito Miguel y que melancolia y tristeza. Aun recuerdo mis escapadas al corchado andando para ver a mi padre llegaba exausta pero feliz parecia que no lo veia un mes y alli estaba el inseparable compañero, tu padre al que aprecie muchisimo por su gran corazon. Un saludo enorme. Hermana del moya. Ana.

Anónimo dijo...

Todo lo que deciis y hablais es cierto. Yo tampoco conocia la faceta de mi hermano sino es por este y otros cuantos articulos mas que he leido. Pero sanpableños como me gusta deciros me ha hecho llorar y emocionarme.Estoy lejos de mi tierra creo que como dice mi hermano volvere para vivir mis ultimos años o para abonar mis entrañas en la tierra como dices. Pero lo que si os puedo asegurar que me ha transportado he vivido esos momentos y otros diferentes, he recordado a esa gente tan importante ya ausente que formaban parte de la esencia de nuestro pueblo. He llorado si, porque no decirlo, cuando se esta lejos de tu casa, tus padres, tu familia y encima te hacen revivir esa feliz infancia que no cambiaria por nada. Solo decir gracias Salvador, gracias hermano. Y a los sanpableños deciros que donde esta ese pueblo de antaño y que como dice Miguel y otros ojala sirva este reencuentro para recobrar a mi San Pablo del alma. Ana Maria D.M

maria vega dominguez dijo...

Grs por tus palabras me han llevado al corazón , y me trajeron muchos recuerdos .yo también soy de San pablo y recuerdo casi todo de lo que has hablado .prro yo como tu siempre digo aunque lleve 35 años fuera que mi pueblo es ese .y también tengo muchas añoransas vividas .

maría vega domingurz dijo...

queridos paisanos el haber leído el articulo de salvador,me ha llegado a mi mente tantos recuerdos ,y aunque llevo ya 35 años fuera de allí , nunca he dejado de ir , pero es verdad que se añora muchos tus raíces, al igual a amigos y familiares que ya no están ,por eso nunca dejare de decir que san pablo es mi pueblo . y siento mucho no a ver podido ir este año pues los improvistos me lo impidieron pero estoy con todos ustedes y siempre los llevo en el corazón .muchos besos y viva mi pueblo