viernes, 26 de julio de 2013

¿Qué podemos hacer nosotros para defender la paz?, por José Antonio Hernández Guerrero

José.Antonio Hernández G. en la Conferencia por la Paz.
José Antonio Hernández Guerro pronunció el pasado martes la Conferencia de los XI Talleres por la Paz de San Pablo de Buceite -Ver crónica y fotos - Ver vídeo- y ha escrito en estos días unas "sencillas reflexiones" sobre la Paz.
-
Ver reflexiones anteriores sobre la Paz 1 ,  2  3
-
4ª reflexión
¿Qué podemos hacer nosotros para defender la paz?
La respuesta a esta pregunta la podemos encontrar investigando la naturaleza. Todos sabéis que los animales sólo son agresivos para lograr alimentarse:

para defender su comida,
para defender su identidad
y para defender su territorio.

Pero es que, además, la gran mayoría de los animales demuestran actos amor por sus vástagos y parientes, por otros miembros de la manada e incluso por otras especies. De manera bastante común los animales expresan cariño, cooperación, la solidaridad y protección mutua.

Los responsables directos de las grandes guerras, de las grandes desigualdades, de la pobreza y de las injusticias son unos señores que, en la actualidad, poseen mucho y, en ocasiones, excesivo poder, pero nosotros tenemos que preguntarnos qué podemos hacer en nuestros ambientes. ¿Podemos hacer algo?

Y yo les respondo que sí: podemos contribuir eficazmente para que no aumente la violencia y para que disminuya.

Paz social
¿Cómo logramos la paz social? Cultivando y practicando, al menos, cuatro valores importantes:


1.- El respeto
2.- El diálogo
3.- La colaboración y
4.- La solidaridad

1.- Respeto
¿Qué es “respetar”? ¿Qué hemos de respetar?

El respeto es la expresión mediante palabras, gestos, actitudes y comportamientos de nuestra valoración positiva de las personas, de los episodios y de los objetos.

¿Cuál es el valor fundamental? ¿Qué es lo importante? ¿Quién es importante?

El valor fundamental es el ser humano, las personas, los hombres y las mujeres, con independencia de sus cualidades y de sus acciones.

Por eso hemos de respetar a todas las personas: a los jóvenes, a los adultos y a los ancianos, a los hombres, a las mujeres, a los heterosexuales y a los homosexuales, a los blancos, a los amarillos y a los negros, a los sabios y a los ignorantes, a los buenos y a los malos, a los religiosos y a los agnósticos, a los musulmanes y a los cristianos, a los de derechas y a los de izquierdas.

Pero –nos preguntamos- ¿todos merecen el mismo respeto? Y yo les respondo que no, que hemos de establecer una jerarquía, un orden.
¿Qué criterio hemos de aplicar para conocer la importancia de las personas?

1. 1.- Los más necesitados: autoridad humana.
A los que tienen hambre, a los que carecen de hogar, a los niños, a los ancianos, a los enfermos, a los que están solos, en cárceles, en hospitales

1. 2.- Los representantes del pueblo: autoridad política.
A los que han sido elegidos democráticamente, a los que ejercen el poder como un servicio y a los que, durante su mandato, siguen escuchando a sus electores.

1. 3.- Las mujeres y los hombres buenos: autoridad moral. 
A los que son coherentes con lo que piensan y dicen.

2.- Diálogo
El procedimiento indispensable y eficaz para evitar o para superar los enfrentamientos y para alcanzar el entendimiento y la paz es el diálogo. Pero hemos de tener claro que dialogar no es, simplemente, hablar sino, en primer lugar, prestar atención al interlocutor, escucharlo, interpretar sus palabras y sus comportamientos, valorar sus razones, y, en la medida de lo posible, responder a sus interrogantes.

3.- Colaboración
Para alcanzar y para mantener la paz hemos de trabajar y hemos de trabajar unidos. Hemos de ser conscientes de que viajamos en un mismo barco. Si pretendemos evitar hundirnos, si queremos llegar a un puerto seguro, hemos de remar todos, hemos de hacerlo de manera coordinada. Cada uno en su puesto ha de trabajar para que el equipo gane.

La única manera de lograr la paz es trabajando con los demás y para los demás. Los trabajos o son servicios o no sirven.

¿Cómo?
- Ofreciendo nuestra colaboración a los organismos, instituciones y grupos que desarrollan actividades a favor de la paz.
- Luchando contra los obstáculos que impiden la paz
- Denunciando con valentía las estructuras, las actitudes y los comportamientos arbitrarios o injustos que generan el odio.

4.- Solidaridad
Es el comportamiento que nace en la convicción profunda y en el sentimiento hondo de que todos somos, no sólo iguales, sino también hermanos. De que las diferencias –todas las diferencias- son escasamente significativas, si tenemos en cuenta que el fundamento de nuestra dignidad, de nuestra importancia es la condición humana. Pero es que, además, estamos unidos íntimamente por los lazos estrechos e indestructibles de la fraternidad.

La consecuencia inmediata del reconocimiento de esta condición de hermanos es que los problemas de los demás hemos de resolvernos entre todos y que todos tenemos el deber de ayudar, sobre todo, a los más necesitados. Lo voy a decir de otra manera:

El primer lugar de nuestras preocupaciones los ocupan quienes sufren los mayores problemas como el hambre, la falta de vivienda, las enfermedades, el analfabetismo, el paro.

La solución de estos problemas depende de todos y, de manera especial, de
-    de los que, por encargo del pueblo, son responsables de los gobiernos,
-    de los que poseen mayores riquezas,
-    de los que poseen mayores conocimientos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Pero, tal como usted plantea -en el final de su artículo- sobre la solución para llegar a la paz, resulta que los términos están, hoy por hoy -aunque creo que siempre ha sido así-,invertidos (I), me explico:

1º.- De los que por encargo del pueblo, son los responsables de los gobiernos.

I= Gobiernan y hacen lo que hacen, solo y exclusivamente -con excepciones, ¡claro!-, para llegar a tener las arcas lo mas llena posible o desviar los dineros (hacia sus bolsillos)para de esa forma poderse llevar tranquila e impunemente el capital que les venga en gana.

2º.- De los que poseen mayores riquezas.

I= Y todo su afán y fuerza las destinan a poseer más, pese a quien pese y pasando por encima de quien sea.

3.- De los que poseen mayores conocimientos.

I.- (Con excepciones) Y por eso son los mayores estafadores de la verdad, manipulándola a su antojo y para el beneficio propio; no tienen escrúpulos y solo respetan (a veces tampoco) a sus familiares más cercanos.

Miscelánea: Las personas, al igual que los países ricos y poderosos, para serlo más, durante la paz se preparan, buscan y van hurgando la guerra.
Durante la guerra: Conseguidos sus objetivos, ansían la paz para nuevamente preparar la guerra.
Son los que obtienen beneficios de la guerra en guerra y de la guerra en paz.
Siento lo de anónimo, pero no quiero guerra.