jueves, 3 de febrero de 2011

La Guardia Civil detiene a un menor como autor del crimen de Arriate

Leído en El País. Por su interés reproducimos esta noticia.
Las pruebas de ADN han sido decisivas en la investigación
JUANA VIÚDEZ | FERNANDO J. PÉREZ
La Guardia Civil ha detenido a un menor de edad como autor del crimen de María Esther Jiménez, la niña de 13 años hallada muerta a golpes el pasado 20 de enero en la caseta de una depuradora de la localidad malagueña de Arriate.
En la actuación policial, una docena de agentes ha acordonado la calle donde vive el joven, situada en el casco viejo del pueblo. Al ser menor, una vez que haya declarado ante los investigadores, tendrá que ser trasladado a la capital malagueña, a 108 kilómetros de esta localidad serrana, para que un fiscal de menores decida sobre su situación.
En los últimos 13 días, la Guardia Civil ha trabajado a marchas forzadas para esclarecer el crimen. El entorno de la menor siempre ha estado en el punto de mira de los investigadores y las pruebas de ADN han sido claves para acotar el número de sospechosos, según fuentes cercanas al caso.
Los agentes han interrogado a más de 30 amigos, familiares y vecinos de la menor para reconstruir sus últimas horas con vida. Tras la charla, se les pedía que aportaran una muestra de ADN de forma voluntaria. El equipo de investigadores ha contado con el apoyo de dos psicólogos desplazados de Madrid.
El padre de María Esther, Juan Isidoro Jiménez, aseguró el pasado jueves que la niña había recibido dos anónimos amenazantes antes de morir, pero que no les habían dado importancia porque pensaron que eran niñerías. Los mensajes, escritos en una hoja de cuaderno, le llegaron entre un mes y una semana antes de su desaparición.
María Esther faltó de su casa la noche del pasado 19 de enero. Alarmada porque no volvía a casa, su madre denunció la desaparición de madrugada en el cuartel de la Guardia Civil de Ronda. Después de varias batidas, un bombero halló su cuerpo a las 19.30 del día siguiente en la caseta de una depuradora. Estaba tendida en el suelo, con el rostro desfigurado por los golpes que recibió supuestamente con una piedra del tamaño de un melón pequeño. El 1 de febrero, la menor habría cumplido 14 años. Los padres la homenajearon el martes por la noche llevándole un ramo de flores al casetón donde la encontraron muerta.
La chica fue vista con vida por última vez por sus amigas en la tarde del 19 de enero, sentada en la parada de autobús situada en las afueras de la localidad. Aquella tarde estuvo comprando chucherías en un cibercafé situado frente a la parada de autobús, fue a visitar a un amigo en el gimnasio del pueblo y se pasó por una pizzería en la que quería celebrar su cumpleaños. Tanto sus amigas como su familia la describen como una niña "muy buena, tranquila e inocente".

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