lunes, 14 de mayo de 2007

En Cádiz, hay que morir...de cáncer

Leído en La Voz Digital. Por su interés reproducimos este artículo de opinión.
Por JUAN JOSÉ TÉLLEZ.
No es baladí que la última cuestación contra el cáncer se llevara a cabo esta semana en Cádiz: esta provincia, la comarca del Campo de Gibraltar, Sevilla y Huelva se mantienen, desde hace una década a la cabeza de la mortalidad por cáncer en España. Así lo afirma, al menos, el epidemiólogo y profesor de la Universidad Pompeu Fabra Joan Benach, que acaba de revistar su «Atlas de mortalidad» de 2001, en el que identifica a dichos territorios como zonas cuyo riesgo está muy por encima de la media española y andaluza.

Más allá de factores secundarios como la genética, la calidad de servicios sanitarios y los estilos de vida, las claves de dicha estadística están por descubrir. Por ello, estima imprescindible la realización de estudios toxicológicos y ambientales, así como epidemiológicos que contemplen los factores de riesgo, la distribución de los problemas de salud y la relación entre los factores de riesgo y la salud; así como estudios socio-históricos. En este contexto recalcó la relevancia de los aspectos sociales, laborales y ambientales. Con este último origen parece relacionarse, por ejemplo, el cancer de tiroides, que en Andalucía es inferior respecto a la media de España, pero en Sevilla, Huelva y Cádiz supera la media nacional.

Con el cáncer de mama sobreviene una paradoja. Las cifras estadísticas plantean una mayor incidencia del mismo en las poblaciones más ricas, lo que no es el caso de Andalucía. Sin embargo, una vez más, de Cádiz, Sevilla y Huelva machacan dicha hipótesis. En el ámbito laboral, Benach plantea una cierta relación entre el cáncer de vejiga y la exposición a determinados productos químicos en los puestos de trabajo. El cree que el cáncer de pulmón también puede tener su origen en la contaminación atmosférica y en causas laborales. Esa relación causa-efecto puede parecer clara en el Polo de Desarrollo de la Ría de Huelva y sobre la Bahía de Algeciras, donde se concentran elevados niveles de Benceno, níquel, contaminación acústica y restos de hidrocarburos en el litoral. Pero, ¿y la Bahía de Cádiz, el eterno museo del Ná?.

Quince mil firmas reclaman un estudio epidemiológico global y exhaustivo en el Campo de Gibraltar. Pero la Consejería de Salud insiste en que ya ha realizado seis en dicha comarca gaditana, aunque se trate de informes parciales. En el último otoño, emprendió el sexto, que pretende medir los niveles de exposición al níquel y al benceno de los habitantes de los núcleos poblacionales más cercanos a la zona industrial. La Universidad de Cádiz, la Escuela Andaluza de Salud Pública, el CSIC y el Instituto Carlos III son los organismos encargados de llevar a cabo esta nueva investigación científica que se inició en noviembre último. Tres estudios anteriores, presentados en junio de 2006, tenían por objeto analizar la prevalencia de alergias en la población infantil, la exposición a metales pesados de la población residente en el Campo de Gibraltar y las patologías relacionadas con la exposición crónica a benceno. Previo a estos estudios, se realizaron otras dos líneas de investigación que pretendían ahondar en la mortalidad en la provincia de Cádiz y la percepción de salud en la zona. La Junta asegura que, salvo en el caso del último estudio cuyo alcance se desconoce, los indicadores son normales.

Pero esos no eran los datos del Consejo Superior de Investigaciones Cientificas, cuyos análisis atmosféricos durante el verano de 2005, le llevaron a recomendar «que se realicen esfuerzos importantes encaminados a disminuir las emisiones las emisiones de níquel en el ámbito del Campo de Gibraltar». Respecto a los niveles de contaminantes orgánicos semivolátiles en la atmósfera, sus analistas recomendaban desde la identificación de plaguicidas a los niveles de PBDE en aire. El estudio epidemiológico sobre el benceno, se basaba en análisis preliminares realizados por dicho organismo en Puente Mayorga, cuando se llegaba a plantear «una revisión de las instalaciones petroquímicas» y un estudio epidemiológico general en el Campo de Gibraltar.

Los vertidos en las dos bahías gaditanas han encendido de nuevo las señales de alarma. En el caso del Campo de Gibraltar, la Junta dio el plazo de un mes a la refinería Gibraltar que Cepsa tiene en San Roque para que llevara a cabo una auditoría exhaustiva de sus instalaciones. Por ahora, lo único que se sabemos de dicha industria es que se ha convertido en la primera de España en procesar biodiésel, para así comercializar un combustible más ecológico. ¿Algo es algo?

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