Políticos separatistas catalanes presos. |
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Enrique Alonso es miembro de Podemos Jimena.
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TRIBUNAL del Santo Oficio de la Inquisición fue una institución fundada por los Reyes Católicos, para mantener la ortodoxia católica en sus reinos y como un órgano de control social. La Inquisición española estaba bajo el control directo de la monarquía através de la iglesia, cuyo fin era utilizar la justicia de los tribunales para que apostataran los musulmanes, judíos y protestantes europeos a la religión católica. (Apóstata.- Abandonar y renunciar por la fuerza “Prisión”, sus ideales y creencias para seguir otras diferentes. Apostatar es diferente al arrepentimiento de un delito) Su abolición fue aprobada en las Cortes de Cádiz. Este tipo de justicia basada en cuestiones morales no tiene nada que ver con la justicia del siglo XXI.
Tribunal Supremo, es una institución fundada cuando las Cortes de Cádiz abolió el Tribunal del Santo Oficio y se hizo la nueva organización de los Poderes del Estado. Sabemos que la justicia, es un valor determinado por la época que cambia a través de los siglos, Hoy en día la justicia en España, tiene unas normas escritas y detalladas (Código Penal) que son aplicadas de manera imparcial ante la aparición de un conflicto en la sociedad y sin utilizar cuestiones morales o ideológicas.
El Tribunal Supremo contra Carmen Forcadell Presidenta del Parlamento Catalán y a los miembros de la Mesa del Parlamento, en vez de aplicar la Ley, como lo hizo la Jueza del Tribunal de la Audiencia Nacional, que ante el incumplimiento de la Constitución por parte de los miembros del Gobierno Catalán, publicó un Auto con medidas de prisión sin fianza “medidas que algunos les parecerán excesivas y a otros, bien tomadas” pero son medidas de un tribunal de justicia del siglo XXI que aplica medidas penales escritas en el Código Penal a un incumplimiento de la Ley y sin entrar en cuestiones morales. (De momento, ya veremos si también tendrán que apostatar de sus creencias para salir de la cárcel)
Mientras que en la Audiencia Nacional se aplicaba un Auto conforme a nuestro Código Penal, en el Tribunal Supremo, el juez entraba en cuestiones morales y creencias políticas, cuestiones estas, más de un Tribunal del Santo Oficio que de un Tribunal del siglo XXI. Las encausadas para obtener la libertad provisional han tenido que apostatar de sus creencias políticas, han tenido que renunciar a sus creencias políticas de independencia y de Republica, y acatar las normas del poder político en España, como acatar el artículo 155 en Cataluña y renunciar a la declaración de independencia y confesar que la declaración fue simbólica y sin valor jurídico, cuestión esta que recordaba a los judíos, musulmanes y protestantes cuando tenían que apostatar de su creencias y acatar las directrices del Santo oficio para salir de la cárcel.
Todo esto me hace pensar que la justicia a los niveles de los Tribunales del Constitucional y del Supremo está politizada, no por el hecho de que los jueces son nombrados por los partidos políticos (ya con eso solo, crea dudas) También cuando sus resoluciones, autos y sentencias de índoles políticas, se identifican mucho con las directrices de los partidos en el poder.
Mi opinión: En un momento dado, era necesario quitar del medio a los Jordis, la Fiscalía y la Audiencia así lo hizo, después el Ministro del Interior manifestó que NO era bueno que se encarcelara a la Presidenta del Parlamento Catalán y a los miembros de la Mesa y el Supremo así se hizo y la fiscalía no recurrió ese Auto, y últimamente como no es bueno a los interese electorales de los partidarios del 155 que existan presos, se está hablando que el Supremo debe de asumir las causas de los presos de la Audiencia y con un acuerdo con los reos, que a cambio que apostaten de su ideología y creencia independentista saldrán de la cárcel. Con este sistema, usando la justicia en vez de la política, la solución del problema catalán es muy sencilla, ya lo hicieron los Austrias, “Se coge uno a uno los tres millones de republicanos catalanes, y se le hacen que apostaten de su creencias y si no lo hacen, a galeras. No hay mejor galeote que un catalán republicano”
Cuando la justicia obliga a Carmen Forcadell y los miembros de la Mesa a no acudir a una manifestación legal como la que hemos tenido hoy sábado en Cataluña, es decir prohibir el uso de un derecho fundamental del individuo como es “manifestarse” entonces nos dice Kelsen: si el derecho positivo (justicia) va en contra de los derechos fundamentales del ser humano no se puede hablar de justicia. Todo esto que estamos viviendo en Cataluña nos manifiesta que algo no funciona en la política de España.
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