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Si vosotros, jóvenes reunidos aquí, en San Pablo de Buceite, para participar en los Talleres para la Paz, me preguntarais cuál es el más grave de los males que aquejan al mundo contemporáneo, os respondería que, a mi modo de ver, el más grave de los males de nuestro planeta es la violencia, ya que, como muy acertadamente observó el Mahatma Gandhi, "nuestro mundo está herido de muerte por su política sanguinaria". Y Martin Luther King, el líder de los derechos civiles de los negros norteamericanos, añadió: "Hemos aprendido a volar como los pájaros y a nadar como los peces, pero no hemos aprendido el sencillo arte de vivir como hermanos".
En los barrios negros, en todos los Harlems
Queremos la hermandad.
En los poblados de Palestina
Queremos la paz.
Entre las tierras quemadas del Viet-Nam
Queremos la libertad.
Y entre nosotros, Señor, entre nosotros,
Queremos la paz,
Queremos la hermandad,
Queremos la libertad.
Muchos años antes y embebida de este mismo pensamiento pacifista, la educadora italiana María Montessori, en su conferencia sobre "La paz y la educación", llamó la atención sobre lo que ella consideraba dos evidencias: la necesidad de crear una ciencia nueva, la ciencia de la paz, y la necesidad de crear una educación nueva, la educación para la paz, ya que, en sus mismas palabras, "es de la paz que depende la vida misma de
los pueblos y, tal vez, el progreso o la extinción de toda nuestra civilización".
Consecuente con esta manera positiva de pensar nació en 1964 el Día Escolar de la No-violencia y la Paz, que se practica ya en miles y miles de escuelas, institutos y grupos de juventud de todo el mundo y que tiene como punto de reflexión el slogan, supongo que ya conocido por algunos de vosotros, que dice:
"Amor universal, No-violencia y Paz.
El Amor es mejor que el egoísmo,
la No-violencia es mejor que la violencia
y la paz es mejor que la guerra".
He pronunciado antes la palabra pacifista, pero ¿qué es un pacifista?, ¿qué es realmente el pacifismo? El pacifismo es la defensa, construcción y mantenimiento de la paz y de un orden social justo que respete en su integridad la declaración universal de los Derechos Humanos por medios pacíficos y no-violentos, ya que, como dice un adagio,
"Si quieres la paz, no prepares la guerra...
Si quieres la paz, prepara la paz...
Si quieres la paz, edúcate y educa para la paz..."
El alcance del pacifismo ha sido magníficamente perfilado en el conocido decálogo "Por qué soy pacifista" de Eulogio Díaz del Corral, que nos ofrece, entre otras, las siguientes razones: Soy pacifista…
"Porque creo que el derecho a la vida es el derecho fundamental de todos los seres (entre ellos los seres humanos)".
"Porque la violencia da la victoria al más fuerte, que independientemente de su fuerza, puede o no tener razón".
"Porque la guerra se lleva los recursos humanos y económicos que necesitamos para luchar contra la pobreza, la marginación, la incultura y las enfermedades".
"Porque la guerra la deciden unos -los que mandan- y son otros -los que deben obedecer- quienes tienen que ir a entregar sus vidas".
"Porque las guerras las ganan los estados y siempre las pierden los individuos".
Se trata, en resumen, de eliminar progresivamente la actual cultura de violencia y de guerra para implantar en su lugar y en todo el mundo una cultura de no-violencia y de paz, con el objetivo de construir un mundo mejor.
Fue como militante del pacifismo que escribí este poema de verso libre titulado "Salmo del pacifista".
Escuchémoslo:
SALMO DEL PACIFISTA
En este mundo de clanes y de fanáticos,
practiquemos la tolerancia...
En este mundo que rompe los derechos y los deberes,
salvemos los derechos humanos...
En este mundo lleno de odio y de rencores,
sembremos semillas de amor...
En este mundo donde reinan las discordias,
vivamos como buenos hermanos...
En este mundo de exilio y de violencia,
cultivemos en los corazones la vida...
En este mundo de guerras y miseria,
edifiquemos la paz...
Y ¿cuál es la causa de la violencia? Aparentemente hay muchas causas, pero en la raíz de todas ellas está el egoísmo humano y muchas veces este egoísmo humano, transformado en afán de poder y de dominio sobre los demás, se disfraza hipócritamente como si fuera una protección que, en nombre de unos determinados valores, a veces falsos valores, condena a quienes piensan o viven de una forma diferente y, para así dominarnos mejor, nos quiere robar la libertad de adoptar o seguir otras formas de vida alternativas.
A esto es a lo que se refiere este "Soneto a Eulogio", que dice:
SONETO A EULOGIO
Has de saber, Eulogio, que en la gente
que levanta su voz para condena
de otros seres no late sino pena
concentrada, ruin, intransigente.
Al mirar en el fondo de su mente,
de su norma que mata y envenena,
que apedrea y azota, sólo hay vena
de dureza mezquina e inclemente.
Usurpan para sí la voz divina
para justificar su amarga acción
y la desgracia siembran por doquier.
Su verbo no es piedad, sino ruina,
mentira de falsarios su querer
y el Dios que es Dios no está en su corazón.
Y ¿cuál es el remedio contra la violencia, contra todas las formas de violencia? El remedio contra la violencia y todas sus formas es la no-violencia, ya que la no-violencia es la actitud de renunciar a matar y a dañar a los demás seres por medio del pensamiento, de la palabra y de la acción. Es el ejercicio del instinto de lucha (que todos llevamos dentro) humanizado por el amor y que actúa respetando la naturaleza, la vida y la libertad de los seres. Entendida así la no-violencia es el respeto activo por todas las formas de vida, es amor universal. En su vertiente social y reivindicativa podríamos decir que la no-violencia es la lucha y resistencia activa, no mediante las fuerzas del odio, la venganza, la destrucción, las armas y la muerte, sino mediante la fuerza del Amor o Bondad de corazón, de la Justicia y de la Verdad. Y para esta lucha pacífica usa procedimientos tales como el diálogo, las distintas formas de, manifestación pacífica, la no-cooperación y la desobediencia civil. Sin embargo la no-violencia es, ante todo, una actitud de vida.
En el "Dhammapada" o "Libro de la Palabra de Budha" encontramos esta maravillosa enseñanza dirigida a la mente y al corazón de cada uno de nosotros:
"Todos los seres temen el dolor, todos los seres tienen miedo a la muerte. Considera a cada ser como a ti mismo: No atormentes no mates.
"Todos los seres temen el dolor, todos los seres aman la vida. Considera a cada ser como a ti mismo: No atormentes, no mates".
Se trata, a fin de cuentas, de vivir y practicar la Regla de Oro de la conducta humana, que está en la base de todas las religiones y de todas las filosofías éticas de la vida y que dice:
"Ama al prójimo como a ti mismo. No hagas a los demás lo que no quisieras que los demás hicieran contigo. Haz a los demás lo que quisieras que los demás hicieran contigo. Porque todos somos hermanos y porque, más pronto o más tarde, lo que siembres eso mismo recogerás".
Pero, además de en la enseñanza de de la filosofía humanitaria y pacifista, ¿dónde podemos encontrar nuestro camino individual para la paz y la no-violencia?
Escuchad este breve poema, este zéjel asonantado. Se titula "Busca la paz en ti mismo" y dice:
BUSCA LA PAZ EN TI MISMO
Busca la paz en ti mismo...
¡Encuéntrala en tu interior!
Es piedad y no-violencia,
tolerancia, compasión
y amor a todos los seres...
Es bondad de corazón.
Busca la paz en ti mismo...
¡Encuéntrala en tu interior!
Mis queridos amigos, es tarea de cada uno de nosotros. Cada uno debe hacer el camino por sí mismo. Los demás nos pueden aconsejar, nos pueden ayudar, pero no pueden hacer el camino por nosotros. Os sugiero que cuando estéis solos y en silencio penséis y reflexionéis un poco en todo esto. Y, como os deseo éxito en vuestra experiencia de la vida, voy a terminar mi intervención con otro poema, que lleva por título "Dios te dé la paz, amigo" y que dice así:
DIOS TE DÉ LA PAZ, AMIGO
Dios te dé la paz, amigo,
al surcar los caminos. Si cantas
sea tu canto canto de paz,
paz el tono de tus palabras.
Donde llegues, con amor,
diles: "Paz en esta casa".
Si abrazas alguien, un abrazo
sea el tuyo de paz humana.
Irradia con tus ojos
paz a los campos y paz al aire.
Dios te dé la paz, amigo,
hermano de los caminos del alba.
Y nada más…
Choukran bezzaf w b taoufik!
¡Muchas gracias y buena suerte!
Llorenç / Lorenzo Vidal
San Pablo de Buceite, 20 de julio de 2010
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