Estar demasiado sometidos a la realidad pueden succionarnos la dignidad de sujetos libres
Aunque estamos de acuerdo con Salvador Giner en que las dos formas más frecuentes de estupidez son el optimismo y el pesimismo, pensamos que se da otra tercera actitud frente a la vida humana, probablemente más extendida en la actualidad: el excesivo realismo. Los hombres y las mujeres de hoy estamos atrapados por la realidad y por sus consecuencias inmediatas que abarca nuestra vista-: sólo vemos las apariencias externas y a escasos metros, y sólo percibimos la fachada de los hechos.