¿Creen ustedes que, como ha afirmado el profesor del Instituto de Tecnología de Massachusetts, Nicholas Negroponte, Internet puede ser el remedio mágico que permita al Tercer Mundo dar saltos gigantescos en muy poco tiempo hacia el desarrollo económico? En mi opinión, aunque es cierto que estos avances tecnológicos cambiarán nuestra manera de vivir, nuestro concepto del trabajo, nuestra visión de la salud, nuestra idea de la familia, nuestra concepción de la política, nuestro sentido del ocio y, quizás, nuestro modelo de la existencia humana, estoy convencido de que ni la ciencia ni la tecnología por sí solas serán capaces de disminuir las lacerantes desigualdades ni de eliminar las sangrientas injusticias. Es verdad que, además de trasplantar corazones, riñones e hígados, estos “inventos” pueden conectarnos con el mundo entero pero, también es cierto que, si no cambiamos nuestra conciencia ética, nuestra sensibilidad social e, incluso, nuestros presupuestos políticos, el hambre seguirá aumentando en muchas zonas de nuestro planeta.