Vistas las intenciones -al menos sobre el papel- del Partido Socialista de presentar alegaciones al Presupuesto General del Ayuntamiento -Ver noticia-, no tengo Nada que objetar a las intenciones de la propuesta, pero no deja de sorprenderme que las haga quien siempre rechazaba las alegaciones sin permitir siquiera debate hasta el punto de que algunas han tenido que ser anuladas por los tribunales.
No puedo menos que sorprenderme de que se pida que presenten alegaciones a quienes rechazaban sin entrar en debate alguno todas las de los demás grupos. Son muy pocos los motivos posibles para presentar alegaciones, sin que la mejora de partidas entre en ellos, por lo que alguien con un discurso medianamente coherente (que ya sé de sobras que no se tiene) entiendo que no las presentaría.
De muestra un botón: desde que en el año 1.999 se aprobara, por unanimidad, consignar en los presupuestos una partida destinada a la eliminación de barreras arquitectónicas jamás ha formado parte de los presupuestos conforme a dicho acuerdo. Cada vez que se ha alegado la respuesta del PSOE, apoyada en los informes técnicos por supuesto, fue que no era motivo de alegación conforme a la normativa.