Leído en el diario
Europa Sur. Por su interés reproducimos esta noticia.
Los pantanos duplican las reservas en un curso hidrológico histórico
La red gaditana de embalses, distribuida en dos cuencas, está al 83% tras un ciclo de máximos alcanzado por la alta pluviosidad del invierno
Zahara roza el lleno y el Campo de Gibraltar cierra un año al rojo vivo
Beatriz Revilla
La provincia rebosa agua por todos sus flancos. Una riqueza más que sumar al exuberante patrimonio natural gaditano. La red de embalses ha cerrado el curso hidrológico (comprendido entre el 1 de octubre y el 30 de septiembre) en unos niveles históricos, con máximos inéditos o similares en las últimas décadas.
Las reservas al término de septiembre superaban los 1.514,4 hectómetros cúbicos, el doble del volumen existente un año antes (poco más de 804 hm3).
La causa de este florecimiento hídrico después de un ciclo de grave sequía no es otra que las precipitaciones torrenciales que sufrió (y alivió) la provincia durante el pasado invierno. La tremenda pluviosidad que anegó grandes zonas de la campiña jerezana, los parques jandeños y los sistemas campogibraltareños propició que los pantanos mantuvieran unos niveles cercanos al 90% incluso durante parte del verano.
--- Desembalse del Guadarranque a finales de enero pasado-
En la actualidad, el porcentaje medio de llenado de las diez infraestructuras repartidas por la provincia es del 83%, un guarismo y una realidad muy alejados del 44% que había en 2009.
La situación es prácticamente igual a la general de toda la Comunidad. Según la Agencia Andaluza del Agua, el nivel actual de toda la red es un 74%, correspondiente a los más de 8.830 hectómetros cúbicos repartidos por toda la región. Esta cifra supera "con creces" los niveles del año pasado, cuando se encontraba al 34% y el agua acumulada estaba alrededor de los 4.000 hm3.
Además de la fuerte pluviosidad, el organismo autonómico también destaca como aspecto clave del buen contexto actual "la eficiencia en la gestión llevada a cabo en la campaña de riego y la modernización de gran parte de la superficie de regadío -principal fuente de consumo en la región-".
Esta coyuntura próspera contrasta con la etapa de grave escasez de lluvias y de reservas hídricas que ahogaba a la península hace muy poco tiempo, en 2009. Entonces, la Agencia Andaluza del Agua reaccionaba elaborando un Plan Especial contra la Sequía que empezó a aplicarse en la cuenca mediterránea de la Comunidad (a la que pertenecen los pantanos de Guadarranque y Charco Redondo, en el Campo de Gibraltar) y, curiosamente, hoy en día sigue vigente. El cambio climático, y los nefastos augurios que lo rodean, hacía estragos entonces. Hoy, el riesgo se ha invertido completamente y cuando se acerca la temporada de lluvias, cunde un cierto temor a que Cádiz vuelva a ser epicentro de una nueva ola de copiosas precipitaciones.
En el caso de que se produjera, la capacidad de embalse de la provincia es, obviamente, bastante reducida dado el nivel alto ya existente. Sólo hay un pantano que está prácticamente colmado, el de Zahara, que se aproxima al 96% después de un año hidrológico espléndido y un salto cuantitativo especialmente fuerte desde marzo, cuando marcó un volumen histórico (y difícilmente superable dada su capacidad) de 222,7 hectómetros cúbicos de agua.
Otras dos infraestructuras que se encuentran en excelente estado son las de Arcos (la segunda más pequeña) y Guadarranque, que terminaron el curso en un 91,6% y 85,9%, respectivamente. Y, por supuesto, es imprescindible recordar el nivel del Guadalcacín, el embalse más grande de Andalucía tras el cordobés de Iznájar con una capacidad total de 800,3 hectómetros cúbicos. Esta instalación ha pasado de padecer un vacío total y una situación de alerta absoluta a principios de los años 90 a alcanzar en la actualidad un porcentaje de llenado del 83,4%. Este hecho es, quizá, el más sobresaliente de cuantos se han producido en este año porque, acompañado por el resto de la red, garantiza la suficiencia del sistema de abastecimiento de la provincia no sólo para esta campaña, sino también a medio plazo.
La zahareña no ha sido la única marca de la temporada. Prácticamente todas las presas gaditanas superaron o igualaron los registros pasados entre abril y mayo. La más destacada, nuevamente, por su trascendencia es la del Guadalcacín, que arrojó un máximo mensual de 734,7 hectómetros cúbicos, según las estadísticas digitales del Sistema Automático de Información Hidrológica (SAIH, disponible en internet y con una actualización horaria permanente). Lo mismo ocurrió en Bornos (194,64 hectómetros cúbicos), Barbate (222,48) o Los Hurones (130,35). Estos datos superan todos los registros computados recientemente y equivalen a un llenado completo, o prácticamente, de las infraestructuras hídricas.
En el resto de la red, los valores fueron muy cercanos a los topes conocidos recientemente, con las únicas excepciones del pequeño embalse de Almodóvar (en los Alcornocales) y Arcos, donde sí se tiene constancia de guarismos mensuales ligeramente más altos en los ejercicios 2001 y 2002.
Mención especial merecen asimismo los dos pantanos del Campo de Gibraltar. Las inclemencias temporales que soportaron durante los tres meses invernales mantuvieron al 'rojo vivo' a Guadarranque y Charco Redondo -color que marca en los mapas de lluvia las zonas de máximos niveles acumulados- y provocaron extensas, y sobrecogedoras, lagunas en los valles de la comarca. La pluviometría batió récords, sobradamente.
Por ejemplo, hasta mayo se contabilizaron 1.999 litros por metro cuadrado en Guadarranque. La referencia máxima desde los años 80 y hasta ahora eran 1.684 (1995/1996) y la media de todo este periodo está establecida en 907 (menos de la mitad). El impacto de este grado de precipitación es abrumador, ya que en ese periodo hidrológico se alcanzó un nivel de llenado del 87,6% (80,7% en Charco Redondo), en ambos casos muy superior al promedio de los tres últimos decenios, que estaba situado en un 48,5% y un 40,8%, respectivamente.
Las cifras de esos meses son el resultado de la concentración de las aportaciones de agua de lluvia que comenzaron a mediados de diciembre y continuaron casi ininterrumpidamente hasta febrero y parte de marzo. Incluso, según apunta la Agencia Andaluza, "la gran cantidad de precipitaciones ha provocado un desembalse progresivo en casi todos los pantanos andaluces desde el pasado año para evitar riadas e inundaciones".
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