Enviado por Francisco Jiménez "Currini", de la Asociación Deportivo Cultural Caminete de Luna: "José Regueira relata la experiencia de un día vivido con los senderistas -en El Corchado- y de paso hace un repaso por la historia como es su costumbre y su preocupación constante".
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1961-2011: ENTRE EL ARRAYÁN Y EL CORCHADO
José Regueira Ramos
Cincuenta años, medio siglo. Y parece que fue ayer. Recién llegado yo a Jimena fui invitado a pasar un día en el monte, a “comer un chivo”. Era una jornada gastronómica en la que se comía y bebía generosamente. Fue mi primera salida a una finca rústica en Jimena, en este caso de monte. Los anfitriones eran los hermanos Castilla, propietarios del Arrayán. El que hizo de cocinero fue el guarda del monte, Bernabé Villanueva Bernal. Hoy esa finca sigue siendo de un Castilla, pero de otra rama. Y Diego Villanueva, el hijo de Bernabé, sigue siendo al parecer el hombre de confianza que dispone de las llaves del caserío, al que va casi diariamente según me dice cuando le recordé aquella jornada, de la que él se acuerda porque era un niño de ocho años que se había criado en ese monte. Eran los signos de los tiempos, en los que muchas familias vivían en los cortijos de campo y sobre todo en los montes de Jimena como guardas de los mismos.