Luis A. García Bravo.
Buscar cualquier excusa para visitar lugares y rincones bonitos y de gran belleza es la mejor idea que se puede tener un domingo, tras una larga semana de rutina diaria, de temporal de vientos y de mucho, mucho agua, lo que conocemos como verdaderos días de invierno. Máxime si ese domingo amanece un día espléndido, al menos mejor que los últimos días pasados durante la semana. Así que, sin pensarlo, decidimos Ana y yo salir a desayunar fuera de casa. Animamos a una pareja de amigos y los cuatros emprendimos rumbo a Castellar de la Frontera (Cádiz) con el objetivo de dar cuenta de un buen desayuno en una de las ventas del camino y de oxigenarnos y disfrutar del paisaje.
Buscar cualquier excusa para visitar lugares y rincones bonitos y de gran belleza es la mejor idea que se puede tener un domingo, tras una larga semana de rutina diaria, de temporal de vientos y de mucho, mucho agua, lo que conocemos como verdaderos días de invierno. Máxime si ese domingo amanece un día espléndido, al menos mejor que los últimos días pasados durante la semana. Así que, sin pensarlo, decidimos Ana y yo salir a desayunar fuera de casa. Animamos a una pareja de amigos y los cuatros emprendimos rumbo a Castellar de la Frontera (Cádiz) con el objetivo de dar cuenta de un buen desayuno en una de las ventas del camino y de oxigenarnos y disfrutar del paisaje.