Leído en Europa Sur. Por su interés reproducimos esta noticia. Los agricultores de cítricos del Campo de Gibraltar están en pie de guerra. Esta tarde la ejecutiva provincial de COAG convocará al colectivo en Castellar para estudiar qué acciones emprenden contra la diferencia de precios existente entre la naranja del árbol y la que al final adquieren los consumidores.
Un kilo de mandarinas recién recogida no supera los quince céntimos de euro. El responsable de COAG en el Campo de Gibraltar y afectado, Juan Salido, explicó ayer que de seguir las cosas así las naranjas se van a quedar en el árbol. "Si la naranja llegara al consumidor final a un precio que no fuera tan desorbitado -entre un euro y un euro y medio- se venderían más cítricos y no habría que dejarlos en el árbol o tirarlos", auguró el agricultor castellarense.
El Campo de Gibraltar se suma de esta forma a la situación que ya viven los valencianos y murcianos que emprenderán medidas de protesta los días 14 y 15 de esta semana. "El precio de la mandarina sube entre un 700 y un 1.000 por cien desde el productor al cliente", aseguró Salido quien no vaticina buenos tiempos para los cítricos.
En enero los miembros de COAG organizaron un mercado transparente en el Paseo de Recoletos de Madrid para denunciar el precio al que se venden sus cosechas. El horticultor castellarense acudió para regalar naranjas y aguacates a bajo precio. Entonces solicitaron al Gobierno que se articularan medidas para que el precio de frutas y verduras no llegue a manos del consumidor tan engordado. Las reivindicaciones de los afectados persiguen un comercio más justo, así los consumidores pagarán menos y los agricultores afectados venderán toda su producción.
"Otra opción que tenemos es regalar la fruta", adujo el responsable. Hoy los agricultores de cítricos de la comarca estudiarán qué medidas de protesta emprenderán para que las administraciones y los consumidores tomen nota de lo que está pasando. COAG ya exigió el doble etiquetado para conocer el precio de origen y aumentar las inspecciones para evitar lo que ellos denominan especulación.