Excelente colección fotográfica del descorche de un alcornoque, de Isabel María Peña en la La Lapa.
Durante los meses de verano en el Parque Natural de Los Alcornocales, en San Pablo de Buceite, los expertos con el hacha desprenden a los alcornoques de su gris corteza, el corcho, para dar paso a bellos colores anaranjados en su tronco. La Saca se realiza cada nueve años que es el tiempo que tarda el alcornoque en “fabricar” una corcha nueva de grosor suficiente para poder ser transformada, en su mayor parte, en tapones de corcho.
La Saca comienza con los primeros rayos de luz, cuando empiezan a desplazarse las cuadrillas al monte. Utilizan herramientas casi artesanales, la más importante el hacha curvada, con la que los más expertos “trazan un corte recto y preciso (sin llegar a tocar la madera del árbol), gracias al cual se puede introducir un palo de madera a modo de cuña, para ayudar a descorchar al alcornoque.
Trazan unos cortes en la corteza del árbol en forma vertical, redondeando los cuellos horizontalmente. Luego ayudados del cabo del hacha y de las palancas introducen en los cortes éstos y van desprendiendo el corcho del tronco poco a poco hasta dejarlo desnudo. Para realizar esta labor se requiere obligatoriamente de buena fortaleza física, maestría con el hacha y destreza en el árbol entre otras habilidades.
Trazan unos cortes en la corteza del árbol en forma vertical, redondeando los cuellos horizontalmente. Luego ayudados del cabo del hacha y de las palancas introducen en los cortes éstos y van desprendiendo el corcho del tronco poco a poco hasta dejarlo desnudo. Para realizar esta labor se requiere obligatoriamente de buena fortaleza física, maestría con el hacha y destreza en el árbol entre otras habilidades.
Por muchas razones, el Alcornocal constituye una joya ecológica y cultural legada por nuestros antepasados que no podemos dejar que desaparezca. La saca del corcho asegura su futuro y mantiene la economía de muchas zonas rurales de nuestro país.
Isabel María Peña ha realizado esta colección fotografíca del descorche de un alcornoque en la finca de La Lapa en San Pablo de Buceite. La secuencia ofrece en 80 imágenes, la visión pormenorizada de la faena del descorche, que en este caso ha producido 22 quintales castellanos de corcho -1.012 kilogramos-. Los trabajadores son de San Pablo, Jimena, Genaguacil, y Jubrique.
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MALOS TIEMPOS PARA EL SECTOR
El sector corchero, actividad económica ancestral en nuestro entorno, está aún muy lejos de recuperar la bonanza de hace sólo diez años con precios que hacían de la venta de este producto un buen negocio para dueños de fincas y una fuente de ingresos en los ayuntamientos a través de la gestión de sus montes de propio.
La campaña de 2009 estuvo marcada por la crisis y la negativa de muchos propietarios a extraer las planchas por la mala situación del mercado ya que había patios de corchas llenos de producto de otras campañas. En 2000 era posible vender cada quintal de corcho (equivalente a algo más de 40 kilos) en el entorno de los 70 euros. Desde hace tres o cuatro años, el precio difícilmente alcanza los 30.
La campaña de 2009 estuvo marcada por la crisis y la negativa de muchos propietarios a extraer las planchas por la mala situación del mercado ya que había patios de corchas llenos de producto de otras campañas. En 2000 era posible vender cada quintal de corcho (equivalente a algo más de 40 kilos) en el entorno de los 70 euros. Desde hace tres o cuatro años, el precio difícilmente alcanza los 30.