El autor vivió en los años sesenta en San Pablo y en Jimena y, aunque en el libro lo deja en nebulosa, algunos de estos Retazos creo que serán identificados por vecinos de estos dos pueblos, en los que espero que hagamos también presentaciones. El libro está ya a la venta en Jimena en los sitios habituales.
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Adelaida Bordés. Cádiz
La fría y desapacible tarde del viernes día 3 de diciembre no fue un inconveniente para enfilar Veedor arriba y estar con el Profesor Hernández Guerrero en la presentación de su libro RETAZOS, MANUSCRITO ENCONTRADO EN EL MENTIDERO.
Sus alumnos del aula de mayores, sus contertulios de radio, los miembros del Club de Letras, los amigos y afectos nos reunimos ante la mesa formada por Dª Mª José Valencia, el editor Sr. Regueira, el crítico literario Sr. Cantizano y el Profesor Hernández Guerrero. Tras la bienvenida intervino el editor para hablar de su amistad con el autor desde hacía muchos años y de su afición por apostar y confiar en la literatura, una afición totalmente opuesta a su profesión de farmacéutico.
Tras sus palabras intervino el Sr. Cantizano que alabó su labor con muy buen humor. En su línea tan particular dijo haber encontrado dos partes –una buena y una mala- en este MANUSCRITO que lamentó no haber encontrado él mismo. La buena está formada por las cosas que incluye y que predisponen a entrar en el texto, ya que en él descubrimos el pasado. Se trata –afirmó- de un trabajo que no se ajusta a un género literario concreto porque los reúne todos: relatos reales, dibujos y reflexiones que componen y conforman el arte de vivir “serenamente”. Comparó el trabajo con el cubo de Rubick porque puede leerse de varias maneras, con tantas posibilidades como ofrecen las combinaciones. En el MANUSCRITO, el Profesor Hernández anota las reflexiones como el reflejo de lo que él constantemente vive, “delineando” con el lenguaje lo que a menudo se nos olvida. En cada libro, el autor “pone” una aventura consiguiendo entusiasmar, lo mismo que en sus libretas, en las que siempre está escribiendo. En cuanto a la parte mala, se refirió al título al señalar que el trabajo da para muchos RETAZOS.
A continuación intervino el Profesor Hernández Guerrero que se refirió al libro distinguiendo la labor del editor, el maquetador –en esta ocasión ha sido Cristina Eugenia Pala Ruiz-Berdejo- y el impresor porque la vida de un libro depende de los lectores. Sin lectura –aseguró-, un libro no es más que un conjunto de papeles muertos, dejando claro que éste es más de los lectores que del autor porque el secreto de la lectura estriba en ellos, que preguntan al artífice para qué sigue escribiendo. Al final nombró a todos sus alumnos para darles las gracias.
Tras los aplausos se formó una larga cola para que nos dedicara el libro.
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Leído en La Voz de Cádiz. Por su interés reproducimos esta noticia. Miguel Gómez
Leer y escribir son las sendas más directas hacia las conciencias
El profesor presentó el viernes su última obra, 'Retazos', un libro surgido de unos manuscritos encontrados en la Plaza del Mentidero
«Te aseguro que, en esta ocasión, te he escrito a ti». El catedrático de Literatura y escritor José Antonio Hernández Guerrero invita de esta manera a sus lectores a participar de 'Retazos', su última obra, que se presenta hoy-a las 19 horas- en el Aulario La Bomba. Participan en el acto, Ana Mosquera, vicepresidenta de la Fundación Provincial de Cultura, Antonio Cantizano, crítico literario y José Regueira, editor.
-¿Cómo se encontró con estos retazos de historia?
-En la introducción, que también pertenece a la ficción narrativa, cuento cómo los textos estaban dentro de una botella que unos pillos rompieron en la fuente que está situada en la Plaza de El Mentidero. Tras secar las páginas, he transcrito, interpretado y articulado los relatos, algunas de las frases y los dibujos que he podido rescatar. Aunque sólo estuvieron escaso tiempo sobrenadando en las aguas, el papel y la tinta eran de escasa calidad.
-Todo comienza en la Plaza del Mentidero, epicentro de la vida social de la ciudad y de todos los pueblos.
-El Mentidero es ese espacio cálido, propicio para comentar los episodios, para hacer correr los rumores y, sobre todo, para contar nuestras experiencias más originales, esas historias que, vividas en la realidad, siempre, son recreadas con la imaginación.
-¿Y qué cuentan esas historias que se confiesan en las plazas o se guardan en una botella?
-Se mezclan relatos -supongo que de ficción- y frases que, en mi opinión, pertenecen al género epistolar o al ensayístico. La mayoría de los relatos giran en torno a temas eclesiásticos y casi todas las frases epistolares son sentencias teóricas que son simples obviedades o presuntuosos refranes. Es posible que el autor sea uno de esos ingenuos aspirantes a escritores.
-El libro está editado por El Castillo de Jimena. ¿Cómo surgió la idea de editarlo?
-Es muy probable que el autor haya vivido durante algún tiempo en Jimena de la Frontera y en San Pablo de Buceite porque, cuando, en el acto de clausura del Club de Letras allí celebrado en el mes de Julio, tras contar algunos de los relatos -como por ejemplo 'La resurrección de la Sueca' o 'El baño en el río'-, varios de los asistentes confirmaron que conocían los episodios narrados. Tuve la suerte de que uno de los presentes fuera el editor José Regueira que se ofreció generosamente para editarlos. El fragmento de los textos epistolares que más me ha llamado la atención es el siguiente: «A lo mejor la lectura de estas líneas, además de descubrirte mi mundo interior, puede ayudarte, también, para identificar aquellos fondos secretos en los que laten tus aspiraciones profundas y tus frustraciones íntimas. Pienso que la escritura y la lectura, a veces, nos liberan de las trabas que impiden que vivamos con autenticidad, y nos animan a que rompamos las represiones que frenan nuestra propia madurez y nuestro desarrollo personal».
-Dice que el texto que faltaba a los manuscritos han sido 'rellenados' con sus propias experiencias. ¿Se sintió libre para completarlas?
-Más que completar datos, mi trabajo ha consistido en terminar algunas frases o en introducir algunas letras que estaban borradas. En ocasiones, con la ayuda de los filólogos Luis Charlo y Joaquín Pascual, y del hermeneuta Mariano Peñalver, me he permitido incluir algunas notas a pie de página.
-Por cierto, muy directo el texto de la contraportada. Hace sentir al lector único. Esa es la idea, ¿no?
-Sí; estos escritos y dibujos tienen destinatarios explícitos: están dirigidos a los lectores que miran la vida de una manera positiva, a los que están decididos a vivir de una manera más consciente, más plena y más humana, a los que están convencidos de que la vida empieza hoy, de que tenemos toda la vida por delante y de que lo mejor de la vida nos queda por vivir.
-Cree de verdad que la literatura nos ayuda a quitarnos las trabas y a «vivir con autenticidad»?
-Leer y escribir es una de las sendas más directas para penetrar en lo más hondo de nuestras conciencias, en lo más auténtico de nuestras entrañas. Es ahí donde tenemos que descubrir quiénes somos y quienes podemos ser. Leer y escribir es pensar, sentir y, sobre todo, amar.