Uno de los peores errores en los que podemos caer los mortales es concentrar la visión tan intensamente en una sola verdad que su claridad nos deslumbre y nos impida ver todas las demás. A veces, aunque nos parezca exagerado, la especialización científica puede conducir al analfabetismo y, lo que es peor, la claridad de una sola idea nos puede arrastrar al fanatismo.
La convicción supersticiosa de que, en los asuntos humanos, existe una sola solución para los problemas y la ingenua ilusión de que las realidades sólo poseen un único sentido nos llevan al empobrecimiento personal y constituyen una amenaza grave para el diálogo, para la colaboración y, en consecuencia, para el crecimiento personal y para el progreso social.