Mi artículo de esta semana puede molestar a algunos (uso el masculino genérico) pero no importa… sigo tecleando.
Leo con infinito dolor la noticia referida a un niño sevillano de ocho años (la edad de mi nieto) que durante dos años ha venido soportando agresiones, insultos y amenazas por parte de otros tres compañeros de colegio. La última una paliza en el patio durante el recreo que ha hecho que tenga que ser ingresado en el hospital con pronóstico grave.