Alberto Bullrich, de Jimenapulse, nos ha enviado este entañable comentario sobre su tardío descubrimiento de los VI Talleres por la Paz de San Pablo de Buceite.
La noche del sábado en San Pablo se convirtió, al menos para mí, en algo así como una revelación. Tardía, sí, pero una revelación.
Antes de seguir, confieso que los Talleres por la Paz de nuestro pueblo más cercano nunca me han llamado la atención, a pesar de ese nombre tan rimbombante que hasta ahora me ha parecido un tanto soberbio. Pero he tenido la oportunidad, una vez más, de equivocarme. Fue Gautama Buda, creo, que dijo que lo grande siempre comienza en pequeño. Y así es con los Talleres.
Por varias razones, entre ellas la dejadez, nunca he asistido a estos talleres que nacieron junto al Festival de Música de Jimena y que ahora se han independizado como corresponde. Pero el sábado, a insistencia de mi hijo y a regañadientes, estuve en la muestra de ‘final de curso’. ¡Y que bien lo pasé! (GRACIAS, Marcelo, por darme la ‘patada’ que me merecía.)
La noche del sábado en San Pablo se convirtió, al menos para mí, en algo así como una revelación. Tardía, sí, pero una revelación.
Antes de seguir, confieso que los Talleres por la Paz de nuestro pueblo más cercano nunca me han llamado la atención, a pesar de ese nombre tan rimbombante que hasta ahora me ha parecido un tanto soberbio. Pero he tenido la oportunidad, una vez más, de equivocarme. Fue Gautama Buda, creo, que dijo que lo grande siempre comienza en pequeño. Y así es con los Talleres.
Por varias razones, entre ellas la dejadez, nunca he asistido a estos talleres que nacieron junto al Festival de Música de Jimena y que ahora se han independizado como corresponde. Pero el sábado, a insistencia de mi hijo y a regañadientes, estuve en la muestra de ‘final de curso’. ¡Y que bien lo pasé! (GRACIAS, Marcelo, por darme la ‘patada’ que me merecía.)
- Alberto Bullrich y José Luis Bote, director del Taller de Fotografía y Vídeo, el sábado pasado en los Talleres-
Me dieron un par de anécdotas.
El batería, Carlitos, no tiene instrumentos en su casa: practica con los palos sobre planchas de corcho y alguna cacerola - en San Pablo le daba por tocar lo que tuviera a su alcance, macetas, rejas, cualquier cosa. Ese pequeño genio se merece una batería suya propia - ¿le encontramos una entre todos? ¿Cómo se lo hacemos llegar a Cuba? Pongámonos a pensar, que entre todos, podemos.
La Niña del trombón tuvo un regalo de un tío suyo que vive en España: un trombón nuevo de paquete. Me puedo imaginar su cara cuando se enteró; dicen que estuvo llorando de alegría toda la noche…
En fin, gracias a esos 14 chicos (el mayor tiene 15 años), gracias por venir y alegrarnos tanto. Y enhorabuena a todo el equipo de la organización, que los trajeron. ¿Y si volvieran para nuestro festival?
Abajo el Slide que Alberto ha colgado en Jimenapulse.